SALPRESS
SOMOS AGENCIA
NOTICIOSA
DEL PROLETARIADO
PERIODISMO
REVOLUCIONARIO.
NUESTRO PUNTO DE VISTA SOCIALISTA :
UN RECONOCIMIENTO A QUIEN SE NOS ADELANTO
EN ESCRIBIR LOS HECHOS DE LA HISTORIA
01/04/1984
El suicidio de Marcial
Adolfo Gilly
PRÓLOGO
SÓLO LA VERDAD ES
REVOLUCIONARIA
LA HISTORIA SOLO ES VERDADERA CUANDO
DECIMOS LA VERDAD COMPLETA CON UNA
SOLa tinta revolucion proletaria !
la historia es fraudulenta de hecho
cuando se pre fabrican las mentiras
con dobles TINTAS falsedades ...
hoy rendimos honores patrioticos
rebeldes a la consecuencia historica
y sinceramente agradecemos todas
las colaboraciones que hicieron
posible este homenaje socialista
sin concesiones al idealismo burgues.
llamamos a desarrollar la epoca
de salvador cayetano carpio
comandante solo hay uno,marcial !
marxismo leninismo revolucionario
hoy a construir el socialismo
no a las elecciones farsa electoral
de formulas presidenciales
de ingobernabilidad fascistoide...
todo el pueblo ciudadano honrado
a participar activamente en el boicot
con el abstencionismo politico
no - votar contra la farsa electoral
del 2013 - 2014 en el pais el salvador
y en otros paises el exterior !
y atencion ... atencion... colombia
uno,dos y tres vietnam !
consistente con nuestro titulo:
las farc- ep hacen una- pausa-
suspencion de negociaciones
a qui tambien lo provamos !
miren la prepotencia y lo despotico
del presidente juan manuel santos...
decia el comandante ernesto -che- guevara
no se puede confiar ni tantito
hace falta en america latina
el triunfo de otra verdadera revolucion
movimiento revolucionario
a luchar a derrocar a las tiranias...
SOMOS AGENCIA
NOTICIOSA
DEL PROLETARIADO
PERIODISMO
REVOLUCIONARIO.
NUESTRO PUNTO DE VISTA SOCIALISTA :
UN RECONOCIMIENTO A QUIEN SE NOS ADELANTO
EN ESCRIBIR LOS HECHOS DE LA HISTORIA
01/04/1984
El suicidio de Marcial
Adolfo Gilly
PRÓLOGO
SÓLO LA VERDAD ES
REVOLUCIONARIA
LA HISTORIA SOLO ES VERDADERA CUANDO
DECIMOS LA VERDAD COMPLETA CON UNA
SOLa tinta revolucion proletaria !
la historia es fraudulenta de hecho
cuando se pre fabrican las mentiras
con dobles TINTAS falsedades ...
hoy rendimos honores patrioticos
rebeldes a la consecuencia historica
y sinceramente agradecemos todas
las colaboraciones que hicieron
posible este homenaje socialista
sin concesiones al idealismo burgues.
llamamos a desarrollar la epoca
de salvador cayetano carpio
comandante solo hay uno,marcial !
marxismo leninismo revolucionario
hoy a construir el socialismo
no a las elecciones farsa electoral
de formulas presidenciales
de ingobernabilidad fascistoide...
todo el pueblo ciudadano honrado
a participar activamente en el boicot
con el abstencionismo politico
no - votar contra la farsa electoral
del 2013 - 2014 en el pais el salvador
y en otros paises el exterior !
y atencion ... atencion... colombia
uno,dos y tres vietnam !
consistente con nuestro titulo:
las farc- ep hacen una- pausa-
suspencion de negociaciones
a qui tambien lo provamos !
miren la prepotencia y lo despotico
del presidente juan manuel santos...
decia el comandante ernesto -che- guevara
no se puede confiar ni tantito
hace falta en america latina
el triunfo de otra verdadera revolucion
movimiento revolucionario
a luchar a derrocar a las tiranias...
miren la prepotencia y lo despotico
del presidente juan manuel santos...
decia el comandante ernesto -che- guevara
no se puede confiar ni tantito
hace falta en america latina
el triunfo de otra verdadera revolucion
movimiento revolucionario
a luchar a derrocar a las tiranias...
CON LAS BANDERAS EN ALTO
CON LAS MIRADAS BELIGERANTES
DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO
AL PROCESO REVOLUCIONARIO
R O M P A V
REVOLUCION O MUERTE !
EL PUEBLO ARMADO VENCERA !
LINEA PROLETARIA SOCIALISTA
PARTIDO DE LA CLASE OBRERA
FUERZAS POPULARES DE LIBERACION
"FARABUNDO MARTI"
MARXISTAS LENINISTAS
REVOLUCIONARIAS
FPLFM - FAPL- EPL- MPL
FRENTE DE LIBERACION NACIONAL
"CLARA ELIZABETH RAMIREZ"
- F L N C E R -
Sitio Oficial:
Las FPL contaban con una doble representación: Salvador Cayetano Carpio
Las Posiciones Nuestras y Porque retomamos Los Principios Revolucionarios un clic :
http://elsalvadornuestrasmontanassonlasmasas.blogspot.com
http://cedema.org/ver.php?id=597
FRANCISCO BORJA CARRANZA" CARLOS "
Fuerza Politica Revolucionaria Beligerante
Bloque Popular Revolucionario B.P.R.
Movimiento Social Autonomo de El Salvador
- M O S A E S -
Frente Revolucionario de Masas F.R.M.
Hacerle un clic aqui abajo
Sitio Oficial :
TRABAJO POLITICO DIPLOMATICO
Y DE SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
VARIOS PAISES DEL MUNDO
Frente Exterior de Lucha de Solidaridad
Anti Imperialista -Salvador Allende-
F E L S A
PROGRAMAS ESPECIAL
POR NATALICIO 94
6 DE AGOSTO 1919-2013
DE SALVADOR CAYETANO CARPIO
EL COMANDANTE MARCIAL :
RADIO REBELDE-CRR-
CADENA RADIAL REVOLUCIONARIA
Recordando en la historia que Marcial Vive !
El indicativo de - CANADA- Marcial
mucho amor a todos los pueblos del mundo!
Por Esto Con El Sol de Canada Aclaramos
las Cuestiones Politicas de los Principios
Revolucionarios y Con Nuestras Propias
Banderas que pasaremos de Mano en Mano
a las Nuevas Generaciones Revolucionarias.
Que Equivocados Estan quienes pedian
a nuestros dirigentes historicos:
ESCONDAN LAS SIGLAS...
ESCONDAN LAS BANDERAS...
ESCONDAN LOS FUSILES...
Aqui vamos andar con todas las banderas
pensadas de manera sumando a los demas !
De lo mas Simple a lo mas Complejo:
RADIO REBELDE - CRR -
CADENA RADIAL REVOLUCIONARIA
Hacerle un clic aqui abajo
SITIO OFICIAL :
Hacerle un clic aqui abajo CINE REVOLUCIONARIO
UNIVERSADAD OBRERA DE EL SALVADOR
SITIO OFICIAL DE LA BIOGRAFIA DE:
Salvador Cayetano Carpio Comandante Marcial
LEER BIOGRAFIA hacerle clic aqui abajo
Sitio Oficial :
http://marcialeneltiempoactualbeligerante.blogspot.ca/2013/06/actual-biografia-salvador-cayetano.html
6 de Agosto 1919 - 6 de Agosto de 2013
Comemorando Natalicio Revolucionario
de Salvador Cayetano Carpio
Comandante Solo Hay Uno,Marcial !
Heroico Es Un Orgullo Nuestro para
El Movimiento Revolucionario
y El Internacionalismo Proletario
El Socialismo Mundial
Por Esto Nosotros Rendimos
Este Clandestino Homenaje !
Comandante Marcial:
27 Años de la Epica Murga Salvadoreña
01/04/1984
El suicidio de Marcial
Adolfo Gilly
PRÓLOGO
SÓLO LA VERDAD ES
Las masas no se sublevan y se lanzan a sufrir los horrores de una guerra civil porque sus dirigentes sean hábiles, sean santos o sean mártires, sino porque no soportan más la opresión, la humillación, la miseria y la infamia. Una revolución no se explica o justifica por lo que hagan o dejen de hacer sus jefes, sino por esa rebelión de las masas. Estas, indudablemente, necesitan dirigentes para esa lucha y necesitan creer y confiar en ellos, así como en las organizaciones que ellos encabezan. Pero la revolución no estalla por voluntad de dirigentes o de organizaciones, sino porque las masas no soportan más y se les han cerrado todos los otros caminos. La de El Salvador es una revolución, la más grande, la más costosa, la más extraordinaria en América Latina en términos de participación y resistencia de las masas, al menos desde la insurrección de Hidalgo y Morelos y desde la Revolución Mexicana.
Una revolución así somete a sus militantes y dirigentes a dificultades y pruebas implacables. La medida de su magnitud es que el imperio estadounidense, concentrando su potencia sobre ese pequeño país, no logra doblegarla. Pero cuando ese imperio, sus aliados y sus amigos de todos los colores empeñan así sus odios contra un país pequeño y desguarnecido, cada fusil que logran los revolucionarios, cada pertrecho que reciben, significa un empleo de fuerzas incalculable. Esos esfuerzos -que el bando contrario no debe hacer- más el constante acoso de un enemigo materialmente mejor armado y más poderoso, más las presiones que significa tomar decisiones cotidianas de las cuales depende la vida o la muerte de muchos compañeros y de la revolución misma, ponen a dura y permanente prueba a los revolucionarios. Esas decisiones deben discutirse y se discuten colectivamente. Lo ideal sería que el mayor número posible participara en la discusión. Pero al mismo tiempo, esa lucha sin cuartel exige discreción y clandestinidad, encerrar la discusión, no permitir al enemigo que la influya.
En esta contradicción cotidiana vive cada organización que debe conducir una guerra revolucionaria: mientras la política quiere discutir explicar, razonar, informar, la guerra exige discreción, clandestinidad, centralización de mando. Es un arte extremadamente difícil alcanzar el equilibrio y evitar la clausura o el envenenamiento de la imprescindible discusión con el argumento, siempre falaz, de que discutir beneficia al enemigo. A esto se agrega que en cualquier guerra revolucionaria -desde la Revolución Mexicana hasta la guerra civil española- aparece inevitablemente la inclinación a ver en quién diverge de, la propia política dentro del bando revolucionario, primero a un obstáculo, después a alguien que hace el juego al enemigo y finalmente al enemigo. Y de ahí al uso de las armas para resolver esa divergencia, hay sólo un paso. La historia de todas las revoluciones lo atestigua, desde la inglesa del siglo XVII y la francesa del siglo XVIII. Sin embargo, las revoluciones siguen siendo necesarias.
Bajo estas presiones terribles, la revolución salvadoreña se encuentra ahora en una encrucijada: la dirección de una de sus organizaciones más poderosas, las FPL, se ha matado entre sí. Según la misma versión oficial, un grupo de cuadros y un dirigente mataron a la comandante Ana María, y Marcial, al saber lo que había hecho uno de los hombres en quien él confiaba, se suicidó. La Dirección Revolucionaria Unificada, al firmar el escueto comunicado, asume estos hechos y declara que considera "como un deber y una responsabilidad de todas y cada una de nuestras organizaciones, decir siempre la verdad ante nuestro pueblo".
Hay una sola manera de cumplir este compromiso y hallar una salida a esta crisis desgarradora: informar, explicar, razonar, para poder continuar la lucha y atenuar los efectos de este golpe. Esto significa explicar a fondo: 1) las diferencias políticas que existieron como base de la crisis, para que la gente conozca y decida con su propia cabeza; 2) las razones de la persistencia de estos métodos: por qué y cómo es posible que cuadros de la dirección de una organización hayan creído o aceptado creer que el asesinato resuelve un conflicto político; 3) cómo hacer para cortar tales métodos de raíz. La razón, y sólo la razón, puede ahora abrir esta llaga, limpiar esta herida y preparar el futuro de la lucha.
Un dirigente de las FPL, Salvador Samayoa, nos envía un mensaje, reiterando que cuanto dice el comunicado es la verdad, que la asumen por duras que sean las consecuencias para ellos y que hoy más que nunca es necesaria la solidaridad con la revolución y el pueblo salvadoreño. Mientras tomo con profunda seriedad este pedido, digo: compañeros, hace falta explicar más. Nadie puede pedir a la gente que siga creyendo sobre palabra. Esa época ya pasó. Hay que explicar, demostrar, convencer. La revolución salvadoreña no son sólo quienes luchan armas en mano. Es una inmensa conjunción de voluntades y esperanzas mucho más allá de El Salvador. Hasta la última señora que puso un peso para comprar armas, hasta el último señor que fue a una manifestación, hasta el último niño que llevó una pancarta, necesitan y merecen una explicación. Ellos pusieron en El Salvador mucho más que sus esfuerzos, pusieron sus creencias y sus esperanzas. A ellos hay que explicarles toda la verdad, la verdad entera. Hay que confiar en ellos: la gente sencilla, de todos los días, entiende todo esto, entiende el sufrimiento, entiende las amarguísimas disputas, entiende el suicidio, entiende la muerte mejor que nadie porque entiende la vida, esa vida en la cual la opresión curte su alma, endurece su voluntad y afina sus sentimientos solidarios. Lo que esa gente no entiende, en cambio, es la reticencia, la verdad a medias, la mentira piadosa, el ser tratados como menores de edad por aquellos en quienes ponen su confianza, el recibir consuelos o explicaciones triunfalistas para "que no se desanimen".
Para salir de esta crisis, una de las más duras de la revolución salvadoreña, hay que explicar. Que el enemigo, los aliados del imperialismo y sus amigos salvadoreños digan lo que quieran. La verdad es siempre revolucionaria. Esa verdad debe ser razonada y explicada. En conferencia pública, la dirección de las FPL y la dirección de la DRU necesitan ahora responder a todos los interrogantes políticos, para desarmar la maledicencia y el veneno de los enemigos y fortalecer la comprensión y la solidaridad de los amigos, puesta a durísima prueba por esta tragedia. Este pedido es mi homenaje ante la tumba del camarada Marcial.
(de unomásuno, 22 de abril, 1983)
1. Salvador Cayetano Carpio, el comandante Marcial, regresó desde Libia a Nicaragua el 9 de abril de 1983. Cuando su viaje se interrumpió se dirigía -por senderos y veredas del planeta- a El Salvador. En vísperas de su partida, el 1o. de abril, había expuesto por última vez sus ideas y posiciones ante militantes de su organización, las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí, en un discurso que hoy es conocido como su testamento político (publicado en México en julio de 1983 por la Organización Revolucionaria Punto Crítico). Como suelen hacer los dirigentes obreros, revolucionarios o guerrilleros cuando quedan en minoría decisiva en la dirección de sus organizaciones, Marcial se volvía al interior de El Salvador, donde estaban sus bases, a continuar desde allí la lucha por esas posiciones ahora minoritarias.
El 6 de abril de 1983 fue asesinada en Managua Mélida Anaya Montes, la comandante Ana María, segunda dirigente de las FPL después de Marcial. Ella encabezaba en la organización las posiciones opuestas a las de Carpio. El primer comunicado de las FPL atribuyó el crimen a la CIA. Marcial informado telefónicamente del asesinato, decidió interrumpir su viaje y volver a Managua. Alcanzó a asistir a los funerales de Ana María el día 9 de abril. Una foto del New York Times lo muestra en el acto fúnebre, en ropas de civil, con el rostro marcado por la preocupación y el cansancio, entre los comandantes nicaragüenses Daniel Ortega y Tomás Borge.
Ese mismo 9 de abril fue apresado por personal del Ministerio del Interior de Nicaragua Rogelio Bazzaglia, conocido como Marcelo, dirigente de las FPL y partidario de las posiciones de Marcial en la discusión interior de la organización. Según el comunicado del Ministerio del Interior del 14 de diciembre 1983 (Barricada, Managua, 15 de diciembre de 1983), Marcelo confesó ser el organizador del asesinato de Ana María. Antes habían sido capturados dos de sus cómplices, cercanos a Ana María, y el día 12 fueron detenidos otros tres todos los cuales habrían confesado su responsabilidad en el crimen. Todos ellos eran militantes de las FPL. Marcelo, dice el mismo comunicado, el día 11 de abril "declaró que su acción delictiva le había sido orientada por Salvador Cayetano Carpio". "Al conocer las declaraciones de Bazzaglia, Carpio se negó a comentar las mismas, no negándolas ni aceptándolas y sumiéndose en un silencio absoluto".
Cuando Marcial recibió esta información, ya estaba de hecho bajo arresto domiciliario en la casa habitación que ocupaba, privado de su guardia personal y asediado por versiones inquietantes sobre la investigación en curso y lo que ocurría en su organización. Junto con la incriminación, se le comunicó a Marcial que debía renunciar a sus cargos dirigentes en las FPL y el FMLN y entregar las redes de su organización (revista Por Esto, México, 28 de julio de 1983) y que sería trasladado a un destino que no hemos podido precisar. Hasta ese momento, recordemos, la versión oficial seguía siendo que Ana María había sido asesinada por la CIA. Cuando los emisarios de estas noticias se retiraron, Marcial se encerró en su habitación. Redactó, al parecer, una carta a las direcciones de las FPL, y del FMLN (ver comunicado de las FPL del 9 de diciembre de 1983, periódico Venceremos, El Salvador, diciembre de 1983, enero de 1984). Después, con su escritura de trabajador manual y su estilo de viejo militante comunista, se puso a escribir las líneas siguientes:
Palabras al heroico pueblo de El Salvador, a mi querida clase obrera y a la gloriosa FPL-Farabundo Martí. IV-12-83.
En todos los momentos duros de mi vida en la lucha contra las clases reaccionarias y explotadoras internas y contra el imperialismo yanki, ha sido y es mi pueblo y mi clase los supremos elementos de inspiración y objetivos básicos la lucha por sus intereses. En este momento, más que nunca.
He sido atacado, perseguido, calumniado, vejado, reprimido mil veces por esos bestiales enemigos del pueblo y todo lo he soportado y superado con mística por la causa de los obreros, campesinos y pueblo. Todos mis pasos son y han sido dentro de este marco, de estos intereses fundamentales, mayormente en estos últimos años de lucha, de intensificación de la lucha popular de liberación, de la fase de intensificación de las ofensivas militares e insurreccionales hacia la Toma del Poder para el pueblo y por el pueblo que tenga por base la alianza obrero-campesina y sus intereses.
Al intensificarse la guerra popular, se intensifica también la acción del imperialismo en todos los órdenes, sus conjuras, sus planes y complots. Contra todos esos planes nefastos estoy dispuesto a luchar hasta la victoria total.
Pero una cosa es luchar contra el imperialismo y sus intrigas y otra, sentir la injusticia, la calumnia y la infamia de parte de los mismos hermanos. Una negra conjura por manchar mi vida revolucionaria y dañar profundamente a las FPL está en marcha y llegando a su culminación. No sé de dónde proceden esos planes difamatorios, esa conjura contra mi vida revolucionaria. Lo único que sé es que cuando se acerca la Toma del Poder, la burguesía nacional e internacional arrecia todos sus recursos para debilitar la hegemonía proletario- campesina en la revolución y de esta manera eliminar política o físicamente a las organizaciones que son verdadera garantía de los intereses proletarios.
Pero lo que duele, lo que no puede soportarse es que hermanos revolucionarios sean engañados y acepten como si fueran ciertas la calumnia, el invento pérfido, la infamia contra un revolucionario probado mil veces en el combate popular. Que al aceptarlo, no sólo contribuyan a destruir mi probada imagen revolucionaria, sino que se lancen contra las filas de mi querida organización, considerando a todos sus miembros y redes como potenciales infiltrados del enemigo.
No puedo soportar impotente que así se trate a mi querida organización, base de la lucha revolucionaria de mi pueblo y de la unidad consecuente, ni a las exigencias de que ponga sus organismos, redes, miembros y colaboradores en manos de una investigación mal conducida y prejuiciada. Y no puedo soportar el escarnio que se hace de mi persona, la infamia de querer involucrar mi nombre aunque sea indirectamente, la torva insinuación en esa dirección, en el doloroso caso de la terrible pérdida de nuestra compañera Ana María.
Rechazo esta injusta calumnia, aunque de ella se hagan eco los hermanos. Pero es más dolorosa la injusticia cuando viene de hermanos que de enemigos. La verdad, que un día inevitablemente resplandecerá contra la calumnia y la infamia, se impondrá inevitablemente. Y por de pronto, toda responsabilidad sobre mi decisión personal tomada en este momento recae sobre quienes, aún siendo hermanos, así han procedido tratando de poner injustamente manchas a mi trayectoria revolucionaria.
Sé que mi pueblo triunfará pronto; que la clase obrera sabrá defender su derecho a hegemonizar el proceso revolucionario de mi país, y que aún sufriendo estos grandes golpes, las FPL sabrán resurgir como genuina expresión del proletariado y del pueblo. Que sabrá jugar incidencia positiva en la correcta unidad del pueblo y sabrá desempeñar con nuestra querida FAPL papel decisivo en la victoria final y en las fases que conduzcan a la creación de las condiciones para pasar al socialismo.
Me alienta la idea de que mi modesta contribución a esos logros, teniendo como norte hasta el último instante, cada acto de mi vida, los intereses del proletariado y del pueblo, en alguna medida ayudan y ayudarán a los genuinos intereses del pueblo en su futuro feliz. Revolución o Muerte! El Pueblo Armado Vencerá!
Marcial
Primer Responsable de las FPL - Farabundo Martí y Comandante en Jefe de las FAPL. Miembro de la Comandancia General del FMLN.
Como viejo conspirador, Marcial se aseguró las vías para que esta carta saliera de su casa. Después, sólo en su habitación, a las 21:23 horas de ese 12 de abril, se pegó un tiro en el corazón.
Marcial había arrojado su propio cadáver sobre la mesa de la discusión y cambiado de un golpe planes, perspectivas y versiones. Había partido, sí, con un destino imprevisto, al igual que Ana María, pero no aquel que le tenían asignado: qué hacer ahora con el muerto, y qué con la versión original sobre el asesinato de Ana María por la CIA.
2. El comprensible desconcierto provocado por la decisión de Marcial puede verse en el retraso con que se dio la información del suicidio: ocho días después, en un comunicado del Ministerio del Interior de Nicaragua del 20 de abril de 1983 (unomásuno, México, 21 de abril de 1983), en el cual se decía que se había quitado la vida después de saber que el responsable del asesinato de Ana María era uno de sus hombres de confianza. Y nada más. El 21 de abril un comunicado de la Dirección Revolucionaria Unificada del FMLN y del Comité Ejecutivo del FDR hacía suya la versión del comunicado anterior y consideraba "como un deber y una responsabilidad de todas y cada una de nuestras organizaciones, decir siempre la verdad ante nuestro pueblo". Hasta entonces, aún no había ninguna acusación contra Marcial.
Rumores y versiones circularon en los meses siguientes, pero ninguna confirmación oficial. Unas acusaban a Marcial, otras lo defendían. Una de esas versiones fue recogida por la revista mexicana Por Esto, el 28 de julio de 1983, pero el carácter notoriamente escandaloso de esta publicación restaba valor a su testimonio.
El 9 de diciembre de 1983, en un extenso comunicado fechado en El Salvador, la Comisión Política de las FPL, con la firma de diez miembros, en nombre del Comité Central de dicha organización, emitió un comunicado oficial donde informa sobre las conclusiones de la 7a. Reunión Plenaria del Consejo Revolucionario, máximo organismo de dirección de las FPL, realizada en agosto de 1983 en El Salvador. En dicho comunicado se acusa públicamente por primera vez a Marcial del asesinato de Ana María y se denuncia la aparición en El Salvador de un Movimiento Obrero Revolucionario Salvador Cayetano Carpio, que reinvindicaría las posiciones políticas y organizativas de Marcial. Al parecer dicho movimiento estaría integrado (aunque el comunicado no lo dice) por quienes formaban parte del Bloque Popular Revolucionario de El Salvador, frente de masas ligado a las FPL, a comenzar por su dirigente histórico Julio Flores. No dispongo de otra información sobre este movimiento. El comunicado oficial de las FPL dice en algunos de sus párrafos:
El Consejo Revolucionario de las FPL concluyó lo siguiente: que Salvador Cayetano Carpio, quien era nuestro primer responsable y comandante en jefe de nuestras Fuerzas Armadas Populares de liberación (FAPL), entró en los últimos años en un proceso de descomposición ideológica y política, que lo llevó a serias deformaciones y desviaciones que culminaron con el asesinato de la compañera Ana María, del cual fue el principal promotor y responsable. Entre esas desviaciones estaban las siguientes:
1) Marcial desarrolló una exagerada autoestimación, que lo llevó a considerarse como el más consecuente, puro e intachable revolucionario de nuestro país e incluso de la región; como el único intérprete verdadero del proletariado salvadoreño y de nuestro pueblo, con una fuerte inclinación a ser elogiado y alabado, y a sobreponer su persona y sus opiniones por encima del colectivo y de los organismos del Partido; a proteger y dedicar su atención únicamente a quienes le aplaudían ciegamente y al mismo tiempo ver a los demás con desconfianza; veía a quienes no aceptaban sus posiciones como un peligro para la revolución, como instrumentos inconscientes de los enemigos de ésta.
2) Producto de este exacerbado amor propio, Marcial fue cayendo en un serio atraso político y una incapacidad de poner su pensamiento y acción a la altura de las demandas históricas que planteaba el desarrollo de nuestra revolución. Marcial se aferró a esquemas y a un planteamiento dogmático y sectario, el cual junto a su obstinación por hacerlo prevalecer a cualquier costo se convirtió en retranca para el avance de las FPL y ejerció influencias negativas en el proceso unitario de las fuerzas revolucionarias en su conjunto, dañando así el esfuerzo para la liberación de nuestro pueblo. (...)
3) Las desviaciones de Marcial se fueron agravando en la medida en que se desarrollaba la guerra popular y la necesaria lucha ideológica interna para responder a dichos avances. (...)
6) Salvador Cayetano Carpio, habiendo perdido ya toda la perspectiva y el respeto que para las FPL-Farabundo Martí merece la confianza de nuestro pueblo en querer lograr sus ambiciones políticas, y su fanático autoengrandecimiento, ordenó y planificó junto con Marcelo el asesinato de la compañera comandante Ana María, perdiendo así él mismo su calidad de revolucionario y dirigente de nuestro pueblo, utilizando para ello un grupo de combatientes sujetos a la disciplina militar y en complicidad con elementos del personal de seguridad de la compañera. Descubierto Carpio en su crimen, optó en su último acto de cobardía política por el suicidio para evadir su responsabilidad y salvar su nombre ya manchado por la infamia que él mismo se echó encima.
Prefirió morir manteniéndose aferrado a su egocentrismo y autoveneración. Antes de suicidarse, Marcial añade a su ya incorregible cobardía política una nueva infamia escribiendo unas cartas, una de ellas dirigida al Comando Central; donde representa los hechos como una conspiración de falsos revolucionarios en contra de lo que él denomina su intachable trayectoria de verdadero revolucionario. Marcial dejó así veneno para continuar dañando a la revolución y a nuestra organización, en una acción igualmente desesperada y ciega para salvar su imagen por encima de todo. (...)
(...) Sin embargo, producto de la confusión, el resentimiento, oportunismo y el fanático culto a la personalidad de Marcial, algunos pocos ex compañeros fueron sorprendidos y han llegado al extremo de separarse de nuestro partido, tratando de fraccionar y dividir la unidad interna de las FPL con métodos desviados y dañinos para la revolución y para nuestro pueblo que sólo favorecen al enemigo. Este grupo sostiene las posiciones atrasadas, sectarias y antiunitarias levantadas por Marcial. Niegan el papel de vanguardia revolucionaria del FMLN y se autoproclaman únicos representantes de la clase obrera, niegan el papel que pueden jugar en nuestro proceso todas las fuerzas democráticas y progresistas junto a las clases trabajadoras. Están impregnados de un profundo pensamiento y práctica antipartido.
A este grupo de individuos está ligado el recién aparecido Movimiento Obrero Revolucionario Salvador Cayetano Carpio. Con ello pretenden levantar la figura de Carpio ante nuestro pueblo, ocultando y encubriendo lo que está claro y comprobando; que a causa de su descomposición ideológica, Marcial terminó traicionando los intereses de la clase obrera y de todo nuestro pueblo, haciendo un irreparable daño a la revolución.
El documento incluye un llamado a los "compañeros confundidos o engañados", reiterando que las filas de las FPL "están abiertas para todos aquellos que quieran volver a incorporarse". Este llamado así como las menciones del texto antes citadas, no están dirigidos al MOR, cuyos miembros provendrían del BPR y no de las FPL, sino a una parte de los miembros de esta organización, los que integran el frente de la ciudad de San Salvador.
Efectivamente, en una toma de radio realizada en San Salvador a fines de diciembre de 1983, el Frente Metropolitano Clara Elizabeth Ramírez, de las FPL, reivindicó la figura de Marcial, exigió "un informe veraz, convincente, de los acontecimientos" de abril de 1983 y "una investigación profunda y honesta de lo acontecido", rechazó la versión ofrecida y aceptada en la reunión de agosto (en la cual hubo representantes de dicho Frente), resolvió desconocer a la dirección de las FPL pero reivindicar el nombre de la organización y la pertenencia a ella y declaró que no tiene "ningún vínculo con la organización MOR". Pero sobre todo, el Frente Metropolitano critica en la actual dirección de las FPL.
"... una desviación de la línea estratégica que se aparta de los verdaderos objetivos revolucionarios de nuestro pueblo. Esto se refleja al plantear el impulso de una Línea de Diálogo y Negociación, por parte de la Dirección de las FPL, que en su contenido y práctica conlleva a una descarada conciliación con la burguesía, tal como se acordó en el Séptimo Consejo Revolucionario, pues se hace con la búsqueda fundamental de ofrecer al imperialismo yanki una salida aceptable que le ponga fin a la guerra, sin importarle a estas alturas a la dirección de las FPL los 50 000 muertos de nuestro pueblo y el papel que ha jugado la burguesía con sus aparatos represivos como los responsables directos de la explotación, de la pobreza y de las masacres de nuestro pueblo. Sobre la base de este Diálogo y Negociación pretenden crear un Gobierno de Amplia Participación compartiéndolo con la criminal burguesía antes mencionada. Ante estos hechos, configuración de un bandazo que pone a nuestras FPL en un camino que las aleja cada vez más de sus verdaderos objetivos, fue en esos momentos que el compañero Marcial mantuvo una constante crítica hacia esas desviaciones y debilidades de esta dirección. (...) Recalcamos a nuestro pueblo y a todas las bases de nuestra querida FPL que no somos partícipes de resolver nuestros problemas violentamente porque nuestras armas solamente irán enfiladas hacia el corazón de los enemigos de clase de nuestro pueblo, el imperialismo yanki, la burguesía y sus aparatos represivos. (...) Lucharemos por la instauración de un Gobierno Democrático Revolucionario, donde se garantice la hegemonía del proletariado junto a su alidado principal, el campesinado, y los demás sectores populares, únicos capaces de sentar las bases del socialismo. (...) Consideramos que el proceso de Diálogo y Negociación se puede llevar adelante, siempre y cuando esto no implique hacer concesiones de los principios, ni hacer claudicaciones de los intereses inalienables del proletariado y de nuestro pueblo".
Por su parte, el 16 de diciembre de 1983 la Comandancia General del FMLN, con la firma de sus cinco miembros, los comandantes Leonel González (FPL), Roberto Roca (PRTC), Schafik Jorge Handal (PCS), Fermán Cienfuegos (FARN) y Joaquín Villalobos (ERP), emitió un comunicado "para manifestar su pleno apoyo a las FPL ante el surgimiento de un grupo que pretende dividir sus filas y oponerse al FMLN, levantando la imagen de Salvador Cayetano Carpio, Marcial, asesino de la querida y recordada comandante Mélida Anaya Montes, Ana María". El comunicado se solidariza con el documento de las FPL del 9 de diciembre y en parte repite sus calificativos hacia Marcial y sus partidarios. Dice además el comunicado del FMLN:
Hay también algunos individuos igualmente fanáticos y enemigos de la unidad que intentarán canalizar ayuda económica de los pueblos hermanos hacia el MOR, para que pueda subsistir. No tardará la CIA en vestirse con piel de oveja y suministrar su dinero para dar oxígeno a este grupo cuya existencia le permite alimentar su propaganda sobre una supuesta división del FMLN. (...)
El vil y despiadado asesinato de Ana María por Salvador Cayetano Carpio y el cobarde suicidio de éste no pueden justificarse en nombre de las ideas revolucionarias. Invocar a la clase obrera y a los campesinos para prestigiar al asesino y legitimar su nocivo sectarismo, es una ofensa al pueblo trabajador que lucha y se desangra inspirado por los más elevados ideales de justicia, liberación social y nacional. De semejantes argumentos sólo pueden sacar provecho los enemigos del pueblo salvadoreño y de su revolución.
Categóricamente afirmamos no hay ni puede haber ahora en El Salvador, revolucionarios fuera, lo menos aún en contra, del FMLN; precisamente porque la revolución está avanzando y venciendo bajo su dirección. (...)
El MOR no es ni puede ser una agrupación revolucionaria, sino que es la ciega actuación de un grupo dirigido por individuos que patrocinó Salvador Cayetano Carpio, que como él se alejan de la revolución y, queremos creer que inconscientemente, le hacen el juego al imperialismo yanqui, a la dictadura genocida y su ejército; aunque en realidad es demasiado tarde para salvar el dominio de estos verdugos. (...)
(...) hay ya y habrá aún, propaganda de los enemigos del pueblo salvadoreño alrededor de este asunto. Urdirán toda clase de falsas versiones y supuestos testimonios, se divulgarán los escritos de Carpio más insidiosos contra la unidad, pero nada de esto detendrá nuestro avance hacia la victoria de la revolución. (...)
(...) apoyarán estas maniobras solamente aquellos que, miopes y sectarios, han venido oponiéndose a la unidad revolucionaria en sus propios países, junto con los enemigos de la revolución, disfrazados de revolucionarios, que devengan salarios de la CIA
En esta amarga polémica, en la que predominan los calificativos y las acusaciones gravísimas sin aporte de pruebas mientras escasean los argumentos y las explicaciones políticas que permitan comprender el fondo verdadero de la lucha, terminó el terrible año 1983. La carta de Marcial aún no se conocía.
A los revolucionarios, militantes o partidarios del FMLN en El Salvador y en otros países, les resultaba muy difícil aceptar ese cúmulo de acusaciones, volcadas repentinamente sin más pruebas, hasta el momento, que los adjetivos que las acompañan, contra quien hasta entonces había sido presentado por el propio FMLN como uno de los mayores dirigentes de la revolución salvadoreña, un hombre cuya trayectoria de cuarenta años en huelgas, lucha clandestina, acciones armadas, lucha guerrillera y escritos políticos había podido ser conocida y juzgada por todos en esos años. Los comunicados de las FPL y del FMLN de diciembre de 1983 representaron un sacudimiento tan grande como la noticia del asesinato de Ana María y del suicidio de Marcial ocho meses antes. Sobre todo brillaba por su ausencia una explicación clara de las divergencias políticas, primera exigencia del razonamiento, abundaban explicaciones personales o psicológicas, que aún pudiendo existir jamás pueden dar cuenta de una crisis de esta magnitud.
Para los revolucionarios y los militantes de izquierda que, particularmente en Europa pero también en otras partes del mundo, recuerdan las represiones stalinistas contra los revolucionarios de los años 30, los procesos de Moscú, las tragedias de la guerra de España, los procesos de Praga y de otras democracias populares a fines de los años 40 e inicios de los 50, el lenguaje de los comunicados evocaba recuerdos terribles y suscitaba presagios sombríos.
Todas estas preocupaciones pudieron registrar los emisarios del FMLN que, ante la inquietud y los interrogantes de los amigos de la revolución salvadoreña en todo el mundo, tuvieron que defender y tratar de explicar el contenido y la forma de dichos comunicados. La preocupación expresada en mi artículo del 22 de abril y dirigida ante todo a los compañeros salvadoreños, que los dirigentes de una pequeña secta trotskista estadounidense, el Socialist Workers Party, quisieron interpretar entonces como "un ataque al FMLN" (Perspectiva Mundial, Nueva York, 30 de mayo de 1983) cobró dramática realidad: "Para salir de esta crisis, una de las más duras de la revolución salvadoreña, hay que explicar." Después de haber resumido hasta aquí los elementos informativos de que dispongo, trataré de abordar, según mi entendimiento, la tarea de esa explicación.
3. El contenido de las divergencias políticas que condujeron a la crisis de abril de 1983 quedó claro para todos el 9 de febrero de 1984. En esta fecha, la Comandancia General del FMLN y el Comité Ejecutivo del FDR dieron a conocer en conferencia de prensa en México una "Propuesta de Integración y Plataforma del Gobierno Provisional de Amplia Participación", aprobada el 31 de enero de 1984. Dicha propuesta sustituye a la Plataforma Programática del Gobierno Democrático Revolucionario, fechada el 23 de febrero de 1980 y suscrita por la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM), que había sido hasta ahora, al menos formalmente, el documento básico de objetivos del FMLN-FDR.
Esta sustitución, en la cual desaparece el Gobierno Democrático Revolucionario y su programa para dar paso a otro objetivo, el Gobierno Provisional de Amplia Participación con su propio programa, diferente del anterior, fue el motivo y la culminación de la larga y durísima lucha política interna en las fuerzas revolucionarias salvadoreñas, en cuyo transcurso fue asesinada la comandante Ana María y se suicidó el comandante Marcial.
La magnitud del cambio contribuye a explicar la violencia de la lucha: un programa de gobierno revolucionario y democrático, de reformas radicales y transición al socialismo, ha sido sustituido por un programa de gobierno de coalición de clases de larga duración, con reformas moderadas que no sobrepasan las propuestas por la democracia cristiana y por la Junta Militar reformista de octubre de 1979 ni los marcos de la república burguesa.
Una comparación entre ambos textos lo mostrará.
En su capítulo sobre Tareas y objetivos de la revolución, el programa de la CRM de febrero de 1980 contenía, entre otros, los siguientes puntos fundamentales:
1. Derrocar la dictadura militar reaccionaria de la oligarquía y el imperialismo yanki, impuesta y sostenida contra la voluntad del pueblo salvadoreño desde hace cincuenta años; destruir su criminal maquinaria político-militar y establecer el Gobierno Democrático Revolucionario, fundamentado en la unidad de las fuerzas revolucionarias y democráticas, en el Ejército Popular y en el pueblo salvadoreño.
2. Poner fin al poder y dominio político, económico y social en general, de los grandes señores del capital y de la tierra.
3. Liquidar definitivamente la dependencia económica, política y militar de nuestro país respecto al imperialismo yanki.
4. Asegurar los derechos y libertades democráticas para todo el pueblo, particularmente para las masas trabajadoras, que son quienes menos los han disfrutado.
5. Traspasar al pueblo, mediante la nacionalización y la creación de empresas colectivas y asociativas, los medios de producción y distribución fundamentales, ahora acaparados por la oligarquía y los monopolios estadounidenses: la tierra en poder de los grandes terratenientes, las empresas productoras y distribuidoras de electricidad, la refinación del petróleo, las empresas industriales, comerciales y de servicios monopólicas, el comercio exterior, la banca, las grandes empresas del transporte. Todo ello sin afectar a los pequeños y medianos empresarios privados, a los cuales se dará estímulo y apoyo, en todo sentido, en las diversas ramas de la economía nacional.
En su capítulo de objetivos básicos, el actual programa de Gobierno de Amplia Participación, de febrero de 1984, dice:
El Gobierno Provisional de Amplia Participación, será un gobierno en donde no predominará una sola fuerza, sino la expresión de la amplia participación de las fuerzas políticas y sociales dispuestas a eliminar el régimen oligárquico y rescatar la soberanía e independencia nacional, y en donde la existencia de la propiedad privada e inversión extranjera no se oponga al interés social.
Se trata de un Gobierno Provisional de Amplia Participación cuya duración estará determinada por el cumplimiento de sus objetivos básicos, de acuerdo a lo convenido entre las partes y en el entendido que será un gobierno de larga duración. Los objetivos básicos del Gobierno Provisional de Amplia Participación son:
1. Rescatar la independencia y soberanía nacional.
2. Destruir el apartado de represión y sentar las bases de una verdadera democracia en donde se dé cumplimiento pleno a los derechos humanos y libertades políticas y donde se concretice la amplia participación del pueblo para alcanzar la paz definitiva.
3. Atender las necesidades más urgentes e inmediatas de las mayorías populares y adoptar medidas económicas y sociales básicas para la transformación de esas estructuras.
4. Establecer las condiciones prácticas suficientes para resolver el actual estado de guerra.
5. Preparar y realizar elecciones generales.
El programa de 1980 contenía un capítulo de Cambios estructurales, que corresponde en líneas generales, en el programa de 1984, al capítulo de Reformas económicas y sociales. También aquí la comparación de los puntos correlativos es clara.
El programa del Gobierno de Participación Amplia dice en el punto 1 de ese capítulo:
1. Establecer las bases para la realización plena de la reforma agraria, asegurando la participación libre de los trabajadores del campo en su ejecución. Desarrollo de un programa de organización cooperativa con los pequeños propietarios individuales.
El programa del Gobierno Democrático Revolucionario decía:
Realizar una profunda reforma agraria que ponga la tierra, ahora en manos de los grandes terratenientes, a disposición de las grandes masas que la trabajan, de acuerdo con un plan efectivo que beneficie a las grandes mayorías de campesinos pobres, medios y asalariados agropecuarios y que promueva el desarrollo de la producción de la agricultura y la ganadería. La reforma agraria no afectará a los pequeños y medianos propietarios de tierra, quienes recibirán estímulos y apoyos para hacerla producir cada vez mejor.
En el punto 2 del mismo capítulo, el nuevo programa dice:
2. Establecer las bases para la realización plena de la nacionalización del sistema bancario y financiero del país, con el objeto de poner la estructura financiera y el crédito al servicio de los intereses de las mayorías nacionales.
Sobre los mismos temas, el programa del Gobierno Democrático Revolucionario decía:
Nacionalizar todo el sistema bancario y financiero. Esta medida no afectará los depósitos y demás intereses del público. (...) Establecer efectivos mecanismos de ayuda crediticia, fomento económico y técnico para la pequeña y mediana empresa privada en todas las ramas de la economía del país.
En el punto 3 el nuevo programa dice:
3. Establecer las bases para la realización plena de la reforma al comercio exterior cubriendo el control sobre las exportaciones de los principales productos: café, algodón, caña productos del mar y carne. Incluir el control sobre las importaciones de materias primas, insumos, repuestos, tecnología, útiles para la producción nacional.
El programa anterior decía al respecto: "Nacionalizar el comercio exterior."
En el cuarto y último punto de su capítulo sobre reformas económicas y sociales, el programa del Gobierno de Amplia Participación dice:
4. Establecer las bases para la solución adecuada de lo relativo a las condiciones de vivienda o habitación de los sectores de bajo ingreso, así como para la ampliación progresiva de los servicios de seguridad social y reorientar la inversión extranjera para que contribuya efectivamente a la satisfacción de las necesidades sociales.
El programa de 1980, que no hablaba de "inversión extranjera", se limitaba a decir en cuanto a la vivienda y la salud:
Realizar una reforma urbana que beneficie a las grandes mayorías sin afectar la pequeña y mediana propiedad de inmuebles. (...) Crear un Sistema Nacional Unico de Salud, que garantice a toda la población (urbana y rural) un eficiente servicio de medicina, principalmente preventiva.
Además, el programa de 1980 incluía varios puntos que no figuran en el de 1984. Por ejemplo: nacionalizar el sistema de distribución de electricidad y las empresas eléctricas; nacionalizar la refinación del petróleo; "realizar la expropiación, según la conferencia nacional, de las empresas monopólicas en la industria, el comercio y los servicios"; "establecer un sistema de efectiva planificación de la economía nacional, que permita impulsar un desarrollo equilibrado".
Me he concentrado en las propuestas de política nacional porque son las que más nítidamente marcan las diferencias entre ambos programas y determinan, al fin de cuentas, la política internacional, cualesquiera sean las formulaciones generales que ésta asuma. Para completar el examen es preciso comparar las propuestas sobre la estructura de las fuerzas armadas, columna vertebral de cualquier poder estatal.
En el primer punto de sus tareas y objetivos el programa de 1980 se proponía, recordemos, "derrocar la dictadura militar reaccionaria de la oligarquía el imperialismo yanqui" y "destruir su criminal maquinaria político-militar". Como conclusión, proponía en su punto 7:
Crear el nuevo Ejército de nuestro país, que surgirá fundamentalmente en base del Ejército Popular constituido en el curso del proceso revolucionario, al cual podrán incorporarse aquellos elementos sanos, patrióticos y dignos que pertenecen al Ejército actual.
El programa de 1984 para el Gobierno de Amplia Participación, concluye con un capítulo de procedimientos para el "proceso de diálogo-negociación", dividido en tres partes: participantes, fases y compromisos. Esta parte final dice así:
Una vez iniciado el proceso de diálogo-negociación y cuando éste se encuentre a un nivel avanzado, el FMLN-FDR manifiestan su disposición a negociar el cese de fuego.
Una vez concluidos los acuerdos, firmarán los documentos las partes en conflicto, los testigos en su carácter de garantes y los mediadores.
Inmediatamente se dará comienzo a la aplicación de los acuerdos en las fechas, plazos y orden convenido.
Este proceso culminará con la organización de un ejército nacional único, formado por las fuerzas del FMLN y las Fuerzas Armadas Gubernamentales ya depuradas. Hasta entonces ambos ejércitos mantendrán en su poder sus respectivas armas.
Cuatro años de revolución, guerra civil e intervención imperialista han transcurrido entre un programa y otro. Puede anotarse que el primero, más radical en us objetivos y en su formulación, se apoyaba en una movilización de masas en ascenso y en la crisis política y estatal del gobierno de la burguesía salvadoreña, pero contaba con un limitado y todavía inexperto poder de fuego.
El segundo, mucho más moderado en todos sus aspectos, no cuenta con la misma movilización de masas, pero se apoya en un ejército guerrillero fogueado y organizado, con mandos experimentados y una logística desarrollada que controla regiones del territorio donde ha promovido la formación de organismos de poder popular, mientras debe enfrentar una presión e intervención de Estados Unidos, con Reagan a la cabeza, mucho más fuerte y a un nivel de amenaza superior que en 1980. En relativa compensación, han crecido mucho desde entonces los apoyos y la repercusión internacionales de la revolución salvadoreña.
Pero estos desplazamientos, que en parte se compensan entre sí, no bastan para explicar un cambio tan pronunciado en el programa. Tampoco basa decir, con ingenuidad o hipocresía según los casos, que se trata sólo de una "maniobra táctica" y dirigida a inducir al enemigo a la negociación. Los programas están dirigidos ante todo a organizar las propias fuerza sociales, no las relaciones con el enemigo. Y a las clases opresoras, sobre todo si se trata de clases tan experimentadas como la burguesía salvadoreña y el imperialismo yanqui, jamás se las puede engañar con maniobras acerca de sus intereses de fondo.
Es necesario buscar desplazamientos mucho más profundos en las relaciones de fuerzas sociales, nacionales e internacionales, entre las clases y en el seno de las organizaciones revolucionarias, operandos en el transcurso de esos cuatro años, para poder explicar este desplazamiento en el programa y los trágicos acontecimientos que lo acompañaron. Entonces estaremos lejos tanto de las "maniobras tácticas" como de las explicaciones psicológicas, de apariencia o demoníacas de los hechos sangrientos, pero mucho más cerca de la realidad de la lucha social. La sangre derramada no será motivo o el pretexto para impedir, desviar u oscurecer el razonamiento, sino que la razón podrá dar cuenta -no justificación- de por qué corrió la sangre.
4. La lucha programática está en la esencia de toda revolución, irrupción violenta de los oprimidos que se propone reorganizar la sociedad sobre nuevas bases. Esta lucha se desarrolla invariablemente según un doble movimiento: contra el poder de las clases opresoras, el enemigo común de los revolucionarios en conjunto; y entre los mismos revolucionarios, por los fines, los alcances y los ritmos de la revolución. La revolución no es jamás una fiesta, sino una acontecimiento terrible y sangriento tanto para los opresores como para los oprimidos. Pero es la única vía para romper esa relación aún más terrible -porque en ella, al contrario de la revolución, no domina la esperanza- de la opresión cotidiana.
Estando las cosas así, esa lucha programática con frecuencia se tiñe de sangre. No es éste el método de la clase obrera para resolver sus diferencias internas, sino la discusión, el razonamiento y la asamblea, mientras la violencia se reserva para el enemigo: así la educa la relación social establecida en la producción, en la fábrica, en el lugar de trabajo. Pero no es la clase obrera, salvo cortos períodos, quien ha podido dictar las normas de conducta internas de las revoluciones hasta nuestros días. Desde las grandes revoluciones burguesas de los siglos XVII y XVIII, la inglesa y la francesa, hasta las revoluciones de nuestro siglo, la lucha entre los revolucionarios por el programa de la revolución (que explicaciones superficiales y psicologistas atribuyen a móviles como "la ambición de poder" o similares) nunca se ha saldado sin violencia, y a menudo con muertos. Tanto más verdad resulta esto cuanto mayor es la componente jacobina- democracia pequeñoburguesa o pequeñoburguesía radical- en la dirección de la revolución y en su contenido de clase. Antes de emitir juicios de valor sobre los asesinatos paralelos y antagónicos que en el transcurso de un año acabaron con las vidas de Emiliano Zapata, Felipe Angeles y Venustiano Carranza y sobre los móviles psicológicos de los mandantes de estas muertes, es preciso dilucidar sus fines políticos y el contenido programático de estos enfrentamientos en un proceso que hacía tiempo había dejado atrás el punto culminante de la movilización revolucionaria de las masas para convertirse en una prolongada guerra civil.
Tomás Borge con Cayetano Carpio en los funerales de la comandante Ana María
Para explicarnos los acontecimientos en El Salvador, hay que recapitular las etapas de la revolución salvadoreña.
Podemos distinguir tres períodos fundamentales en el proceso salvadoreño:
1) El período de la acumulación de fuerzas, que va desde la ruptura de Marcial con el Partido Comunista Salvadoreño (en el cual ocupaba la secretaría general) y la fundación de las FPL (primera organización político-militar) el 1o. de abril de 1970, hasta la crisis interburguesa de 1979 y el establecimiento de la Junta Militar reformista en octubre de 1979.
2) El período del ascenso revolucionario de masas, que va desde que las organizaciones político-militares (para entonces FPL, ERP y FARN) resuelven no entregar las armas y continuar la lucha de masas contra la Junta Militar (octubre de 1979), cubre todo el año 1980, culmina en la huelga general de junio de 1980, tropieza con un límite y comienza a declinar en la huelga general de agosto de 1980 y sufre una derrota que marca el fin del período con el asesinato de la totalidad de la dirección del Frente Democrático Revolucionario en San Salvador en noviembre de 1980.
3) El período de la guerra civil, que se abre propiamente con la ofensiva general (infructuosa) del 10 de enero de 1981 logra estabilizarse (después del fracaso de la contraofensiva del ejército en febrero y marzo) a partir de mediados de 1981 y continúa hasta el presente, con repliegue en la ciudad de San Salvador después de las elecciones de marzo de 1982 y con la estabilización de los frentes guerrilleros en el interior, la extensión de las redes logísticas y la conformación de un verdadero ejército revolucionario del FMLN enfrentado regularmente con el ejército de la burguesía salvadoreña abastecido y entrenado por Estados Unidos.
Estos tres períodos presentan ejes y formas diferentes de la discusión programática entre los revolucionarios.
El período de la acumulación de fuerzas (1970-1979) comienza por una escisión. Marcial y un puñado de militantes (no pasan de diez) se separan del Partido Comunista Salvadoreño y forman las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí, oponiendo a la política electoral del PCS una estrategia de lucha armada. En 1972, a partir de militantes cristianos radicalizados se constituye la segunda organización político-militar, el Ejército Revolucionario del Pueblo, que también proclama la lucha armada. En 1975, en medio de una lucha interna en la cual es asesinado el poeta y dirigente Roque Dalton, el ERP se divide y se forman las Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (FARN). tercera organización político-militar. Todas estas organizaciones van ganando fuerzas y apoyo e impulsan a su vez la constitución de frentes de masas formados por organizaciones populares amplias (Bloque Popular Revolucionario, Frente de Acción Popular Unificada y Ligas Populares 28 de febrero) cuya actividad es afín a las líneas políticas respectivas de las FPL, las FARN y el ERP. El crecimiento de la movilización de masas, estimulada por el triunfo de la revolución sandinista en julio de 1979, agudizó la crisis interburguesa y llevó al ejército a buscar una salida derribando la dictadura del general Carlos Humberto Roberto y estableciendo una Junta Militar reformista en octubre de 1979.
En este período (1970-1979) la lucha programática tiene lugar en el interior de las organizaciones, forzosamente clandestinas. Está marcada, como hemos visto, por las escisiones: sólo en 1979, con el nuevo ascenso de masas, se fortalecerá el impulso hacia la unidad y se debilitará la tendencia a la división. Las antinomias de esa lucha pueden resumirse en las siguientes: elecciones/lucha armada; organización de masas/guerrillas; partido/organización político-militar; autonomía nacional de las organizaciones/apoyos y condicionamientos externos; lucha económica sindical/autodefensa obrera. Estas antinomias no son rígidas: son más bien los temas de la discusión y se presentan en diferentes combinaciones y con diversos protagonistas.
Dominando todas estas contradicciones, y combinándose con ellas, se presenta la discusión de fondo sobre el carácter de la revolución salvadoreña: revolución socialista, es decir por un gobierno revolucionario que abre la fase de transición al socialismo resolviendo al mismo tiempo las tareas burguesas y democráticas; o revolución democrática, es decir, por un gobierno de unidad nacional que liquide los resabios "feudales" y promueva el desarrollo capitalista-democrático del país durante toda la siguiente etapa histórica, sin plantear objetivos socialistas. En otras palabras, como lo plantearía Handal en 1982, si democracia, antiimperialismo y socialismo son dos revoluciones diferentes o si constituyen fases de una sola revolución: la revolución socialista. (Hasta 1979, Handal y su partido, el PCS, defendían la primera posición; en 1982 aceptan la segunda.)
La lucha programática de este período está marcada por la clandestinidad y por el aprendizaje teórico que los mismos protagonistas van haciendo, en la discusión, el estudio y la experiencia práctica. La discusión está regida, sobre todo, por las leyes de la conspiración.
Al abrirse el segundo período, el ascenso revolucionario de masas, éstas ocupan toda la escena en la primera mitad de 1980 y las organizaciones salen a plena luz, movilizando manifestaciones de cientos de miles de personas, huelgas, mítines, asambleas y formas múltiples de autodefensa armada contra la represión militar y paramilitar en la ciudad y el campo.
La lucha programática de este período se abre con la decisión de no entregar las armas y proseguir la movilización contra la Junta Militar y su intento de neutralizar la revolución con algunas reformas más o menos superficiales. En esta decisión las FPL el ERP arrastran primero a las FARN y finalmente al PCS (el pequeño PRT-C ya había tomado la misma decisión) a romper con la Junta Militar y a avanzar hacia la unificación en un frente de las fuerzas revolucionarias. Mientras uno de los ejes de la discusión táctica en esta fase se centra en la antinomia insurrección/guerra popular prolongada, la discusión programática alcanza un punto culminante de unificación al aprobarse el programa de la Coordinadora Revolucionaria de Masas, la Plataforma Programática del Gobierno Democrático Revolucionario del 23 de febrero de 1980. Esta plataforma da una respuesta precisa a la discusión teórica sobre el carácter de la revolución salvadoreña: es una revolución socialista, cuya fase inicial de transición la constituirá dicho gobierno. Sobre esta base se forma la Dirección Revolucionaria Unificada (DRU), el Frente Democrático Revolucionario (FDR) y el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN).
Las fuerzas del ascenso de masas impulsan a la radicalización del programa y a la unificación de las organizaciones. El ala y los dirigentes más radicales y más ligados, por su pasado y por su política, a la actividad de masas, aparecen a la cabeza como las figuras más representativas. La crisis de la burguesía, de su Estado y de su ejército y la irrupción de las masas marcan el carácter de este período. La discusión se realiza públicamente y está regida, ante todo, por las leyes de la revolución.
El tercer período se abre con el intento de revertir por medios militares el repliegue de masas que comienza a hacerse perceptible a partir de la huelga general parcial de agosto de 1980. Es la ofensiva del 10 de enero de 1981, en cuya preparación y desarrollo se presenta la discusión sobre la antinomia ofensiva final/guerra prolongada. A partir del momento en que la ofensiva no obtiene los resultados esperados, pero tampoco logra los suyos la contraofensiva sucesiva del enemigo, la situación comienza a entrar en una especie de prolongada estabilización en la relación militar de fuerzas con desplazamientos paulatinos pero sin crisis de ruptura en el gobierno de la burguesía después de las elecciones de marzo de 1982.
La revolución ha pasado a la fase de guerra civil. Las masas y sus métodos propios de combate se han replegado. El enfrentamiento de clases se vuelve enfrentamiento militar. La lucha se militariza y la organización, por fuerza, se verticaliza. La disciplina militar desplaza o absorbe a la disciplina política de partido. Las acciones militares no pueden decidirse en votaciones de asamblea: la unidad de mando se vuelve indispensable y la figura del comandante sustituye a la del delegado o el representante electo. La logística, los apoyos externos que se pueden lograr, las armas, los abastecimientos, se vuelven vitales, así como se torna cada vez más importante en la relación de fuerzas la presión externa de Estados Unidos y sus aliados y el apoyo que éstos dan al gobierno y al ejército de la contrarrevolución.
Todos estos elementos entran en la nueva fase de la discusión programática, estratégica y táctica. Sus elementos políticos están subordinados, o mejor dicho están penetrados, por sus elementos militares. La discusión vuelve a encerrarse: se refugia en las cumbres y recupera las reglas de la conspiración combinadas con las de la disciplina militar, la situación menos favorable para una confrontación democrática de ideas. Ahora está regida, sobre todo, por las leyes de la guerra.
En esta situación se reabre la polémica sobre el carácter de la revolución, tienen lugar los enfrentamientos que culminan en abril de 1983 y se opera en febrero de 1984 el cambio de programa.
5. El suicidio de Marcial fue la conclusión de ese proceso, en el cual su figura política, llevada a la cúspide en 1980 como dirigente obrero de masas de larga trayectoria, se fue volviendo cada vez más irreal, así como el programa que defendía fue apareciendo, ante los ojos de un número creciente de dirigentes de su organización y del FMLN, cómo cada vez más sectario y superado.
El proceso se inició cuando, junto con la sustitución del embajador Robert White, la afirmación de la política agresiva de Ronald Reagan contra Centroamérica, los prolegómenos de la crisis económica mexicana, la superación de las crisis más agudas en los mandos del ejército salvadoreño y la realización de las elecciones en marzo de 1982, se hizo patente la estabilización de la situación y del enfrentamiento armado por un período más o menos prolongado. El ejército se demostró incapaz de derrotar o debilitar al FMLN, pero éste tampoco podía derribar al gobierno. Entretanto, la guerra continuaba desangrando al país y el cansancio ante la prolongación sin fin de la violencia se propagaba en todos los sectores de la población.
El primer esquema de gobierno de coalición (lo que se denomina hoy Gobierno de Amplia Participación) surgió de una reunión de diciembre de 1981, donde la dirección de la revolución salvadoreña acordó, sin hacerlo todavía público, un protocolo de negociación que incluía la autodepuración de las fuerzas armadas salvadoreñas, el respeto a su integridad, un acuerdo para avanzar hacia un ejército nacional unificado con las fuerzas del FMLN, un programa de reformas que, expresamente, no iría más allá de las reformas diseñadas por la democracia cristiana, la garantía del carácter mixto de la economía de El Salvador y la apertura de negociaciones con la participación de todos los sectores del país que ahora aparecen en la propuesta del 31 de enero de 1984. A cuanto se sabe, Marcial se opuso a ese esquema y después de una fuerte discusión se retiró sin firmar el protocolo, pero finalmente por decisión de la Comisión Política de su organización, debió reintegrarse a la reunión y firmarlo. Todo indica que desde entonces mantuvo sus reservas y que éstas se expresaron en forma cada vez más acentuada en la discusión política subsiguiente.
Sin embargo, el primer paso decisivo hacia el nuevo programa había sido dado con la firma del mismo Marcial. Este acuerdo tenía una importancia particular, pues por su prestigio ante las masas salvadoreñas, que superaba los marco de su autoridad interna en el FMLN y las FPL, se puede decir que Marcial disponía, potencialmente, de la posibilidad de ejercer una especie de veto en decisiones trascendentes. No podía determinar una mayoría interna, pero podía amenaza con llevar la cuestión al exterior y acudir a las masas (como salvando las distancias de tiempo, lugar e individuos, lo hizo Lenin en abril de 1917 y amenazó hacerlo en septiembre de mismo año, cuando parte de la dirección bolchevique dudaba ante la perspectiva de la insurrección). Fuera de él, ningún otro dirigente podía decir que contaba con tal audiencia. Pero, aparte de que las masas salvadoreñas ya no estaban en el centro de la escena, otras razones (que podrían analizarse y discutirse pero están más allá de los límites de este trabajo) deber de haber pesado en el ánimo de Marcial para que, con su firma, aceptara cerrarse ese camino y tomara el de la larga, difícil y tortuosa lucha interna en las circunstancias de 1982.
Esa lucha, de cuyos documentos conozco sólo una parte y cuyas peripecias no es el caso describir aquí, se desarrolló en líneas generales sobre las siguientes cuestiones: a) el carácter de la revolución y del nuevo gobierno a establecer; b) el diálogo, la negociación y sus objetivos; c) la composición de clases de la sociedad salvadoreña y el planteamiento, por parte de quienes proponían modificar el programa de 1980, de la existencia de una "burguesía no oligárquica" con la cual sería posible establecer alianzas para el gobierno; d) las alianzas de clases y el papel de la alianza obrera y campesina; e) la cuestión de la unidad, concebida como partido único por unos o como frente de varias organizaciones revolucionarias por los otros; f) la cuestión del partido marxista.
Un documento teórico sin duda importante de esta discusión fue el artículo de Schafik Handal, El poder, carácter y vía de la revolución y la unidad de la izquierda ("Pensamiento Crítico", San Juan, Puerto Rico, julio-agosto de 1983, núm. 34) en el cual, después de reconocer el carácter necesariamente socialista de la revolución en los países latinoamericanos, el autor se opone a "la absolutización del papel que se asigna al Programa Económico-Social para determinar el carácter de la revolución" cuando lo fundamental, a su juicio, es "el problema del poder". Este artículo, así como otros documentos, desempeñó un papel en la ofensiva contra el "esquematismo", el "sectarismo", la "rigidez" y el "atraso" del programa de 1980 y de sus defensores.
En enero y febrero de 1983 se realizó un pleno del Comando Central de las FPL, para preparar el 7o. Consejo Revolucionario, máxima instancia de la organización. En esa reunión Marcial, en minoría absoluta (según el comunicado de las FPL del 9 de diciembre, sólo tuvo el apoyo de Marcelo), firma un documento político de compromiso, en el cual cede a las exigencias de sus adversarios sobre las cuestiones en discusión pero queda redactado de tal modo que puede ser objeto de diversas Interpretaciones. Aparentemente, es después de esta reunión cuando Marcial decidió emprender su viaje y dirigirse a las bases del interior.
Abrió esta fase de la lucha interna, ya completamente defensiva y condenada a terminar muy pronto, con el discurso pronunciado en vísperas de su partida hacia Libia, el 1o. de abril de 1983, ante militantes de las FPL. Ese discurso, leído a la luz de los acontecimientos posteriores y de los documentos que ya son públicos, constituye en efecto una interpretación propia de aquellas resoluciones y una continuación más aguda de la polémica.
En dicho documento Marcial defiende las posiciones siguientes. La base de la lucha armada es la organización de las masas, sindical, política y militar. El motor de la guerra del pueblo no es solamente la liberación nacional, sino sobre todo la lucha de clases interna. La lucha de clases exige dar prioridad a la alianza obrera y campesina sobre cualquier otra alianza, de modo de asegurar la hegemonía del proletariado en la revolución y su perspectiva socialista dentro de las eventuales alianzas con otros sectores de la sociedad. La guerrilla debe desarrollarse en combinación con la organización del partido, con su vida política y con la formación política de sus militantes. El partido debe construirse como un partido obrero, con el programa del marxismo y el objetivo de la revolución socialista, que pasa por diversas fases y alianzas pero que rechaza en todo momento la hegemonía de la burguesía y su utilización de las alianzas populares para frenar la revolución. El ejército burgués debe ser destruido, en una estrategia de guerra prolongada que culmina insurreccionalmente y no mediante un "putsch" o un golpe militar.
Dentro de estos principios, el documento concibe la unidad de las organizaciones revolucionarias como un frente donde confluyan las diversas posiciones y no como un partido único donde un mando central impone su propia posición, lo cual parece una conclusión de su propia experiencia anterior en el Partido Comunista. Contra la idea del partido único, Marcial plantea la combinación entre el frente de organizaciones revolucionarias y la construcción de un partido marxista de la clase obrera. Por otro lado, concibe las negociaciones con el enemigo como un medio necesario pero auxiliar de la lucha revolucionaria y no como la vía principal, en determinado momento, para encontrar una solución favorable. Para esto invoca específicamente el ejemplo y el método de las negociaciones vietnamitas, que nunca suspendieron la acción militar mientras negociaban ni aceptaron reconocer el mantenimiento organizado del ejército de las clases enemigas como condición previa a las discusiones. En estos dos últimos puntos -carácter y formas de la unidad y relación entre negociación, guerra popular y programa- se había centrado en efecto la discusión en el FMLN en ese momento.
Doce días después, Marcial se suicidaba. Ese discurso se conoce hoy como su testamento político.
6. Dicen los comunicados del Ministerio del Interior de Nicaragua y de las FPL del mes de abril de 1983, donde por primera vez se acusa del asesinato de Ana María a Marcelo y sus cómplices, que ellos confesaron su responsabilidad y adujeron sus razones políticas para justificar el crimen. A reserva de la ratificación de esta confesión en el proceso anunciado, el comportamiento aberrante de justificar un crimen entre revolucionarios por diferencias políticas tiene lejanos y reiterados antecedentes. Mencionaré uno solo, en los primeros años de la más grande de las revoluciones de nuestro siglo: la revolución rusa. Cuenta Víctor Serge, en Memorias de un revolucionario (Ediciones El Caballito, México, 1973, p. 130):
Acababa apenas de regresar a Petrogrado con Raymond Lefevre, Lepetit, Vergeat (sindicalista francés) y Sasha Tubin, cuando sucedió un drama espantoso, que confirmaba las peores aprensiones de Martov. Resumiré; además el drama tuvo lugar en la semitiniebla. El Partido Comunista finlandés, de reciente fundación, salía exasperado y dividido de la sangrienta derrota de 1918. De sus jefes yo conocía a Sirola y a Kuusinen, que no parecían muy capaces y reconocían haber multiplicado los errores. Yo acababa de publicar sobre ese tema un pequeño libro de Kuusinen, pequeño hombre tímido, discreto y laborioso. Se había formado una oposición en el partido y detestaba a los viejos líderes, a los parlamentarios de la derrota, ahora adheridos a la Internacional Comunista. Una conferencia del Partido, reunida en Petrogrado, dio la mayoría a la oposición contra el Comité Central apoyado por Zinoviev. Este, presidente de la Internacional, hizo suspender los trabajos de la conferencia. Al poco tiempo, unos jóvenes estudiantes finlandeses de una escuela militar se dirigieron una noche a una reunión del Comité Central y fusilaron en el lugar mismo a las ocho personas presentes. La prensa mintió sin vergüenza imputando aquel atentado a los Blancos. Los culpables justificaban altaneramente su acto acusando al Comité Central de traición y pedían partir al frente. Una comisión de tres personas fue nombrada por la Internacional para estudiar el asunto. Incluía a Rosmer y al búlgaro Shablin: dudo que se haya reunido alguna vez. El asunto, juzgado más tarde por el tribunal revolucionario de Moscú (a puerta cerrada), con Krylenko como demandante, recibió una solución en parte razonable y en parte monstruosa. Los culpables, condenados para mantener las formas, fueron autorizados a partir hacia el frente (no sé qué fue de ellos en realidad), pero el líder de la oposición, Voyto Eloranta, considerado como "responsable político" y condenado inicialmente a un tiempo de cárcel, fue fusilado (1921). Abrieron pues ocho fosas en el Campo de Marte y, desde el Palacio de Invierno donde estaban expuestos los ocho féretros rojos cubiertos de ramas de pino, los condujimos a aquellas tumbas de héroes de la revolución. Raymond Lefevre debía tomar la palabra. ¿Qué decir? No paraba de proferir palabrotas: "íCarajo!...". En la tribuna denunció al imperialismo y a la contrarrevolución, por supuesto. Soldados y proletarios cejijuntos, que no sabían nada, lo escucharon en silencio.
El problema, sin embargo, va mucho más allá de los crímenes individuales cometidos en nombre de la revolución tema sobre el cual no nos faltan ejemplos en nuestra propia revolución mexicana. Tiene que ver con algo mucho más vasto y determinante en el curso de la historia: el ritmo de la revolución misma, su ascenso y declinación, el acompasamiento de sus pulsaciones con las de la guerra, la intervención o la presión exterior, la relación entre los individuos y la historia.
En una carta de 1938 (Writings, 1938-39, Pathfinder Press, New York, 1974, p. 129), León Trotsky hace este esbozo general de la cuestión:
Llegó ahora a la necesidad de clarificar una cuestión teórica que tiene también una gran importancia política. Se refiere esencialmente a la relación entre la personalidad política o histórica y su ambiente. Para ir directamente al corazón del problema, quisiera mencionar el libro de Boris Suvarin sobre Stalin, en el cual el autor acusa a los dirigentes de la Oposición de Izquierda, yo incluido, de diversos errores, omisiones, desatinos, etc., a comenzar desde 1923. De ninguna manera pretendo negar que hubo mucho errores, acciones imprudentes y hasta estupideces. Sin embargo lo importante, tanto desde el punto de vista teórico como desde el político, es la relación, o más bien la desproporción, entre esos "errores" y sus consecuencias. Precisamente en esta desproporción se expresa el carácter reaccionario de la nueva fase histórica.
Cometimos no pocos errores en 1917 y en los años siguientes. Pero el impulso de la revolución llenó esas lagunas y remedió los errores, a menudo con nuestra ayuda, a veces incluso sin nuestra participación directa. Pero hacia este período los historiadores, incluidos Suvarin, son indulgentes porque la lucha terminó en victoria. Durante la segunda mitad de 1917 y los años siguientes, tocaba a los liberales y mencheviques cometer errores, omisiones, desatinos, etcétera.
Quisiera ilustrar esta "ley" histórica una vez más con el ejemplo de la Gran Revolución Francesa en la cual, gracias a su lejanía en el tiempo, las relaciones entre los actores y su ambiente aparecen mucho más nítidas y cristalizadas.
En cierto momento de la revolución los jefes girondinos perdieron totalmente su sentido de dirección. A pesar de su popularidad y su inteligencia, no podían cometer más que errores y acciones ineptas. Parecían participar activamente en su propia caída. Después les llegó el turno a Danton y sus amigos. Historiadores y biógrafos no cesan jamás de interrogarse sobre la actitud confusa, pasiva y pueril de Danton en los últimos meses de su vida. Lo mismo ocurre con Robespierre y sus asociados: desorientación, pasividad e incoherencia en el momento más crítico.
La explicación es obvia. Cada uno de esos grupos había agotado, en determinado momento, sus posibilidades políticas y ya no podía ir adelante contra la arrolladora realidad: condiciones económicas internas, presión internacional, las nuevas corrientes que esto engendraba entre las masas, etc. Bajo estas condiciones, cada paso comenzaba a producir resultados contrarios a lo que se esperaba.
Pero la abstención política tampoco era más favorable. Las fases de la revolución y la contrarrevolución se sucedían a un ritmo acelerado, las contradicciones entre los protagonistas de determinado programa y la cambiada situación adquirían un carácter inesperado y sumamente agudo. Esto permite al historiador la posibilidad de desplegar su sabiduría retrospectiva enumerando y catalogando los errores, omisiones, ineptitudes. Pero, desgraciadamente, esos historiadores se abstienen de indicar el camino correcto que hubiera permitido conducir a un moderado a la victoria en un período de ascenso revolucionario o, en el caso contrario, indicar una política revolucionaria razonable y triunfante en un período termidoriano.
Emiliano Zapata no hizo más que caminar hacia su muerte desde fines de 1917 y durante 1918, aunque Jesús Guajardo lo asesinara realmente el 10 de abril de 1919: nunca, en las épocas de ascenso victorioso de su revolución del sur, habría cometido el grosero error de caer en la trampa que su victimario le tendió en Chinameca. Del mismo modo, acumulando pasos en falso, concesiones y contraataques políticos defensivos, se encaminó Marcial hacia su propia muerte, sean verdaderas o falsas las acusaciones que sobre él arrojan sus adversarios.
Puesto entre la carta de Marcial donde sostiene su inocencia y las afirmaciones de sus acusadores, al menos tres cuestiones me surgen de inmediato:
1) Los acusadores no presentan pruebas (y recordemos que una confesión, aun más en instructoria y cuyo contenido todavía no se hizo público, en derecho moderno no constituye por sí sola prueba suficiente). Habrá que esperar a que sean presentadas para juzgarlas en su mérito.
2) Por qué Marcial, si fue el organizador intelectual del crimen antes de partir y si ya estaba en Libia cuando el hecho se produjo, había de regresar a Managua, al lugar del crimen tan torpemente ejecutado, cuando podía continuar su camino y esperar los acontecimientos. Si su propósito, como sus actos y sus dichos lo indican, era proseguir la lucha interna, ¿por qué volvió, camino a su suicidio?
3) No encuentro coherencia entre la decisión de conducir una lucha política en minoría absoluta, en el nivel teórico en que está planteada en el discurso del 1o. de abril, y la idea aberrante de que esa situación de partida desfavorable en los organismos de dirección se puede revertir, y no agravar, mandando asesinar a quien encabeza la mayoría y cuenta con fortísimos apoyos externos a la organización. La fuerza de Marcial estaba todavía en su prestigio ante las bases y ante las masas, no ya en los cuerpos dirigentes. El método del asesinato clandestino del adversario es propio de quien cree en los aparatos y en los servicios de inteligencia para decidir las luchas políticas, no de quien se ha formado en la lucha pública de masas y puede confiar en recurrir a ellas. Para destruir la posición política de Marcial, sus adversarios necesitaban destruir ese prestigio de masas. Marcial, al hacerse responsable de un acto abominable, les habría dado el instrumento perfecto para lograr ese objetivo, que es lo que están haciendo.
Es difícil aceptar, salvo firmes pruebas en contrario, que hubiera perdido la capacidad de hacer este cálculo elemental.
Sin embargo, tal como ha quedado planteado el problema, se trata ahora de una cuestión de pruebas a ser presentadas en el anunciado proceso de Marcelo y demás acusados en Managua. Debe esperarse que ese proceso sea público, con presentación de testigos y asistencia de observadores internacionales calificados de diferentes organizaciones del movimiento obrero, pues de esa publicidad e imparcialidad la revolución nicaragüense y su justicia serán los primeros beneficiados. Las garantías jurídicas conquistadas en las revoluciones burguesas forman parte de las libertades y derechos democráticos que las revoluciones sucesivas, antes que disminuir o suprimir, necesitan afirmar y extender. El comunicado del Ministerio del Interior de Nicaragua del 14 de diciembre de 1983 autoriza a esperar que este sea el caso en este dramático proceso.
7. No soy neutral en este conflicto de ideas y tendencias. Creo que es un error y un retroceso la sustitución del programa del Gobierno Democrático Revolucionario, de febrero de 1980, por el programa del Gobierno Provisional de Amplia Participación, de febrero de 1984. Producto de la situación difícil de la revolución y de sus conflictos internos, ha habido un desplazamiento programático desde la izquierda hacia el centro. Las FPL han perdido sus dos dirigentes históricos conocidos por las masas, Marcial y Ana María. Al parecer Julio Flores, dirigente del Bloque Popular Revolucionario y firmante (junto con Juan Chacón, muerto, Héctor Recinos, preso, y otros) del programa de la CRM de febrero de 1980, se ha escindido junto con su organización para formar el Movimiento Obrero Revolucionario en San Salvador. En la lucha interna del FMLN, la izquierda ha sido derrotada por el momento -nadie sabe por cuánto tiempo- pero tampoco puede afirmarse que haya triunfado la derecha. El curso de la lucha armada y de la lucha de clases interna e internacional serán decisivos para determinar la salida definitiva.
Es obvio que no es posible levantar las mismas consignas en un período de ascenso y en otro de estancamiento o de reflujo. Es evidente que cuando se presentan las condiciones para la insurrección no se hacen los mismos llamados y propuestas que cuando es preciso ir a la negociación. Resulta claro -lo dicen sus mismos dirigentes- que el FMLN mantiene, como objetivo último, la conquista del poder, como lo mantuvo siempre el FLN vietnamita. Pero al cambiar radicalmente el camino para alcanzar ese objetivo -el Gobierno de Amplia Participación, de larga duración, no se presenta como una escala táctica- puede cambiar el objetivo mismo.
No se pueden repetir en 1984, en una situación profundamente cambiada, las mismas consignas que en 1980. Pero adecuar las consignas a los cambios en la realidad no requiere cambiar el programa. Un programa histórico -y eso es el programa de la CRM de febrero de 1980- no es producto ni monopolio de una dirección. Su adopción es, lo mismo que la unidad, el resultado de la lucha de las masas y en ellas se hace carne y conciencia. Modificar los pasos tácticos en cada etapa no significa cambiar el programa. Esto es, en cambio, lo que ha sucedido en El Salvador, como conclusión de una lucha interna que cubrió enteros los años 1982 y 1983. Vistas así las cosas, se trata esencialmente de un problema político. Nada tienen que hacer aquí las invocaciones mistificantes a Pol Pot, producto de otra realidad, otra tradición y otra formación de clases.
La revolución salvadoreña enfrenta un problema real: la guerra tropieza con un límite que parece como infranqueable el hecho de que si se aproximara un colapso del ejército gubernamental, Estados Unidos inevitablemente intervendrá con sus tropas. Pero a pesar de éxitos militares del FMLN, ni ese colapso aparece como inmediato, ni tampoco el ejército puede soñar en una victoria cercana sobre los insurgentes. Por un lado, hay evidente cansancio en las masas ante la prolongación de una guerra terrible e interminable; por el otro, la burguesía no ha podido resolver su crisis política, social y económica -al contrario, ésta se ha agravado- y esa crisis penetra en el mismo ejército.
Hay quienes aducen que el FMLN se abstiene de tomar el poder y de dar golpes definitivos al ejército porque el colapso de éste provocaría de inmediato la intervención estadounidense. Esta parece sólo una infortunada formulación propagandística para ingenuos: una revolución que, estando en condiciones de tomar el poder, por cualquier causa se abstuviera de hacerlo, se condenaría a la derrota en la forma más irresponsable. Más bien parece evidente que es la extrema dificultad de la situación, para ambos bandos, lo que hace lógica la línea de la negociación, que en principio nadie rechaza como propuesta inmediata en el bando revolucionario. Pero este es un problema de relación de fuerzas, como todo acuerdo entre enemigos, por fuerza transitorio, y no una cuestión de cambio de programa. Se puede negociar manteniendo los objetivos. Se puede también cambiar éstos y no llegar jamás a una negociación.
La línea de diálogo-negociación tropieza con grandes dificultades: a) Estados Unidos se opone a todo diálogo con el FMLN y, pese a las diferencias internas entre republicanos y demócratas, esa línea de Reagan tiene ahora apoyo bipartidista; b) las fuerzas dominantes en la burguesía salvadoreña también se oponen al diálogo, porque temen el derrumbe; c) no hay modificación en la actual estructura del Estado salvadoreño -y el Gobierno de Amplia Participación se propone sólo modificarla parcialmente, no destruirla- que haga posible el establecimiento de la democracia en medio de la crisis; en otras palabras, no hay democracia posible sin destruir esa estructura, como sucedió en Nicaragua; d) la "organización de un ejército nacional único, formado por las fuerzas del FMLN y las Fuerzas Armadas Gubernamentales ya depuradas", que en la propuesta del FDR-FMLN sería la base estructural del Gobierno de Amplia Participación, es una utopía que jamás se ha materializado en la historia. Un ejército formado por la fusión de dos ejércitos enemigos, que se están combatiendo mortalmente desde hace cuatro años, sin que uno haya derrotado al otro y representando, además, los intereses de clases antagónicas en una implacable guerra de clases como es la revolución salvadoreña, resulta ya suficientemente utópico como para además agregar la idea ilusoria, tampoco vista jamás, de la "autodepuración" del ejército represor de la burguesía salvadoreña.
Contra lo que creen sus defensores, la principal objeción que se puede hacer a este programa es su falta de realismo político y el carácter ilusorio de su propuesta central. Esto no quita la necesidad o la conveniencia de proponer o utilizar el diálogo y la negociación. Pero entonces sus objetivos tendrían que ser más reales, inmediatos y modestos, no a nivel de programas históricos.
Mientras tanto, la guerra civil en El Salvador continúa, Estados Unidos aspira a destruir primero la revolución salvadoreña y después la nicaragüense para así restablecer su dominación sobre Centroamérica hasta el Canal de Panamá, y la suerte de las dos revoluciones, junto con la de la guerrilla guatemalteca, está indisolublemente unida. La solidaridad con la revolución centroamericana no significa emitir juicios morales o psicológicos o autoengañarse sobre sus reales dificultades y problemas, sino comprender y aprender de ellos para poder organizar mejor la lucha de los trabajadores y las clases oprimidas en el propio país, que es finalmente la forma más efectiva de la solidaridad revolucionaria internacional.
8. ¿Por qué fue asesinada Ana María? ¿Por qué se suicidó Marcial? La lucha política interior no basta para explicar y mucho menos para justificar estos métodos terribles, que lesionan el interés más profundo de la revolución. Es indudable que la violencia ancestral y actual de la sociedad salvadoreña tiene su peso también en las filas revolucionarias: El Salvador se parece hoy mucho más a El llano en llamas que a un té a las cinco de la tarde. Pesa también la falta de tradiciones democráticas arraigadas en la sociedad y en las organizaciones revolucionarias, agravada por la verticalización de la vida interna impuesta por la vida militar: la lógica de masas de la revolución ha sido sustituida paulatinamente por la lógica implacable de la guerra y esto, que influye en los métodos y las concepciones organizativas, no es culpa de nadie sino resultado natural del curso de los acontecimientos. Finalmente, interviene el atraso político heredado de una sociedad con fuerte influencia campesina, congelada en su vida política por una dictadura de medio siglo, atraso al cual no pueden escapar las organizaciones revolucionarias que son producto de su sociedad y no de las teorías puras; a lo cual hay que sumar el peso de la monstruosa obra de destrucción teórica del marxismo realizada metódicamente por los burócratas del Estado soviético y políticos y escritores afines a ellos en todas las latitudes. La superación de estas condiciones será obra -lo está siendo- de más de una revolución y de más de una generación de revolucionarios en el mundo y en cada país.
Marcial mismo era un hombre de esa transición, firmemente anclado en la fe total en la Unión Soviética y al mismo tiempo en ruptura con el Partido Comunista Salvadoreño hacía un programa y una práctica opuestos a los de los soviéticos. Sus adversarios dicen que su suicidio es una prueba de su culpabilidad y un acto de "cobardía política". Si, por el contrario, cuanto dice Marcial en su carta póstuma fuera la verdad, su suicidio habría sido su último acto de combate, cuando se sintió acorralado y sin salida, para romper el cerco y defender sus ideas.
¿No le quedaba otra salida? Es difícil ahora saberlo. Es difícil también decir si algo no se rompió adentro de su espíritu: tal vez sentirse abandonado por aquellos en quienes confiaba, tal vez comprender que la dirección de la Unión Soviética no compartía sus posiciones sino las de sus adversarios, tal vez cansancio, agotamiento ante una lucha en apariencia interminable que en un momento dado parece mostrar cerradas todas las salidas. Difícil saberlo.
En cuanto a calificar al suicidio de cobardía, no pasa de ser un prejuicio religioso extraño a la mentalidad revolucionaria. Una larga lista de combatientes de temple excepcional que, por distintas razones y en las más diversas circunstancias, han optado por el suicidio como recurso extremo contra una adversidad insuperable, desmiente esa concepción sacerdotal de la vida y de la muerte. No se trata de elogiar o de condenar el suicidio. Se trata, en cada caso y en cada ser humano, de explicarlo y comprenderlo.
Esta cuestión, y muchas de las que me ocupan en este largo escrito, fueron ya discutidas en otros contextos por aquella generación de revolucionarios que, como fruto de una larga acumulación teórica y humana del proletariado europeo, conformaron ese conjunto de seres humanos excepcionales en el intelecto y en la práctica que nutrieron el marxismo y organizaron y encabezaron las revoluciones de los primeros tres decenios de este siglo. Por caminos más difíciles, tortuosos y sangrientos, esa acumulación no ha cesado desde entonces aun atravesando las experiencias negativas de la burocratización del poder revolucionario y del surgimiento de un nuevo estrato privilegiado y dominante en las sociedades postrevolucionarias. Diría tal vez, que más dolorosa, esa acumulación es todavía más rica y necesaria. De ella, de esta dura transición, deberá surgir una nueva generación de revolucionarios armada para responder a desafíos y tareas inéditos y no previstos. No se logrará este objetivo sin discutir a fondo cada experiencia. El suicidio de Marcial es una de ellas.
EPÍLOGO
Lo duca e io per quel cammino ascoso
intrammo a ritornar nel chiaro mondo;
e senza cura aver d'alcun riposo
salimmo su, el primo e io secondo,
tanto ch'i' vidi delle cose belle
che porta 'I ciel, per un pertugio tondo;
e quindi uscimmo a riveder le stelle.
Dante,lnferno, canto XXXIV.
Un domingo de marzo de 1983 fuimos con Julio Cortázar a Malinalco. Tres días antes, había querido que lo acompañara a visitar la casa de Trotsky en Coyoacán. Camino de Malinalco, nos detuvimos en el Desierto de los Leones, visitamos el convento, y luego seguimos rumbo a Chalma, donde le regaló a Anna una corona de flores. En Malinalco comimos en una fonda pequeña y luego subimos a la pirámide, entramos al recinto circular y acariciamos la cabeza de piedra del jaguar y las plumas simétricas de las águilas. Volvimos a México por el Ajusco.
Cuando apareció el artículo sobre Marcial que encabeza este escrito, envié una copia a Julio, a París. Recibí en mayo su respuesta. Ella no implica, obvio resulta, juicio alguno sobre cuanto aquí he escrito, sino únicamente sobre aquel artículo: Sólo la verdad es revolucionaria. Esta es su carta:
13/V/83
Querido Adolfo:
Acabo de leer tu texto sobre Marcial, que me parece no sólo justo sino muy necesario en esta hora donde todo parece cada vez mas confuso en tantos planos.
Quería decírtelo, así como que recuerdo con una gran felicidad el día que pase con Anna y con vos visitando tantos bellos lugares mexicanos. Se me ha quedado en la memoria como una isla, separado de los ires y venires de México las imágenes de ese día tienen una precisión y una pureza maravillosas.
Ojalá la vida nos deje pasear juntos alguna otra vez, y la espera de eso, mi abrazo a Anna y a ti con todo mi afecto,
Julio
Rafael Menjivar Ochoa
[ Q.E.P.D. ]
Un Revolucionario Consecuente.
Las FPL contaban con una doble representación: Salvador Cayetano Carpio
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CORRUPTOS VENDE PATRIA :
"La Permiabilidad de la Pequeñaburguesia"
Del Frente FMLN de Derecha
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Por Las Viejas Ideas Burguesas
Contrarrevolucionarias:
-La Mentalidad Pequeñaburguesa de Ganar
es igual a la Mentalidad Burguesa.
-El Amiguismo lo Generacional.
-El Compadrazgo andar pasando el Cerco.
-Las Complicidades Traicionar Lealtades.
-Los Malos Concejos Chovinismo.
-Las Complot Conspiraciones Madrugones.
-Las Ambiciones al Poder Comodidades.
-El Buen Vivir Imitar a los Ricos.
-Pasarse Conciliar con la Burguesia.
-Negar Los Intereses del Proletariado.
Esto Biene a Explicar El Porque Adentro
La Ex-fpl "Corriente Burguesa"
Anamarrillistas este Sector
Aliado a todos los componentes del
FMLN-CUPULA CAMARILLA-
Ellos Personalizaron
El Enemigo de Clase Burgues
en Salvador Cayetano Carpio
Comandante Marcial
en Roque Dalton Garcia
y En Los Miles de Militantes
De la Izquierda Revolucionaria
Sustentadores de Las Correctas
Ideas Posiciones Revolucionarias
Socialistas y Comunistas
Anti Capitalistas y Anti Imperialistas.
En Todos Sus Escritos
y Libros Comunicados
Bienen Con La Cantaleta :
Derrotamos Las Posiciones de Marcial...
Los del Frente FMLN de Derecha !
SECTOR ANAMARILLISTAS
Ex-fpl CORRIENTE BURGUESA
http://marcialteniarazon.org/documentos-historicos/comunicado-sobre-el-asesinato-de-la-comandante-ana-maria-y-el-suicidio-del
SECTOR ANAMARILLISTAS
Ex-fpl CORRIENTE BURGUESA
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Comunicado sobre el asesinato de la Comandante Ana Maria y el suicidio del Comandante Marcial.
El Comité Central de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) "Farabundo Martí", miembro del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), comunica a la clase obrera, al pueblo salvadoreño y demás pueblos del mundo, las organizaciones revolucionarias hermanas, al movimiento revolucionario mundial y a los gobiernos progresistas, que en el curso de la compleja, difícil, sacrificada y victoriosa lucha del pueblo salvadoreño por su liberación, frente a la rabiosa y genocida dictadura militar de la oligarquía, apoyada, suministrada y asesorada por el imperialismo yanqui, las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) "Farabundo Martí", junto a las demás organizaciones revolucionarias integrantes del FMLN, han venido aplicando, desarrollando y enriqueciendo su línea estratégica, asimilando la rica experiencia revolucionaria de nuestro pueblo y de otros pueblos del mundo.
En el mes de agosto del presente año, realizamos la séptima reunión plenaria de nuestro consejo revolucionario, máximo organismo de dirección de nuestro Partido FPL "Farabundo Martí", donde en un marco de intenso trabajo, con gran seriedad, responsabilidad y elevada cohesión político-ideológica, los concejales discutimos y profundizamos los principales problemas de la guerra popular de nuestra organización y de nuestro pueblo, dotando a nuestro partido y al pueblo:
- a) De una profunda valoración del asesinato de nuestro segundo responsable, comandante Ana María, y del suicidio de nuestro primer responsable, Marcial, haciendo una científica valoración de los hechos.
- b) De un fortalecimiento de los máximos organismos de dirección de nuestro partido: El Consejo Revolucionario y el Comité Central, eligiendo a nuestro primer y segundo secretarios.
- c) De un profundo análisis científico de la situación nacional e internacional, así como del desarrollo de la guerra y de la correlación de fuerzas en lo interno y en lo internacional, a partir del cual se trazaron las líneas estratégicas para el presente período, retomando y enriqueciendo nuestra línea estratégica general. Como resultado de las investigaciones y valoraciones sobre el doloroso y repudiable asesinato de la compañera Mélida Anaya Montes, comandante Ana María, y el suicidio de Salvador Cayetano Carpio, Marcial, el Consejo revolucionario de las FPL concluyó lo siguiente:
Que Salvador Cayetano Carpio, quién era nuestro primer responsable y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación, entró en los últimos años en un proceso de descomposición ideológica y política, que lo llevó a serias deformaciones y desviaciones que culminaron con el asesinato de la compañera Ana María, del cual fue el principal promotor y responsable. Entre estas desviaciones estaban las siguientes:
- Marcial desarrollo una exagerada auto-estimación, que lo llevó a considerarse como el más consecuente, puro e intachable revolucionario de nuestro país e incluso de la región, como el único intérprete verdadero del proletariado salvadoreño y de nuestro pueblo, con una fuerte inclinación a ser elogiado y alabado, y a sobreponer su persona y sus opiniones por encima del colectivo y de los organismos del partido, a proteger y a dedicar su atención únicamente a quiénes lo aplaudían ciegamente y al mismo tiempo ver a los demás con desconfianza; veía a quiénes no aceptaban sus posiciones como un peligro para la revolución, como instrumentos inconscientes de los enemigos de esta.
- Producto de este exacerbado amor propio, Marcial fue cayendo en un serio atraso político y una incapacidad de poner su pensamiento y su acción a la altura de las demandas históricas que planteaba el desarrollo de nuestra revolución. Marcial se aferró a esquemas y a un planteamiento dogmático y sectario, el cual junto a su obstinación por hacerlo prevalecer a cualquier costo se convirtió en retranca para el avance de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) "Farabundo Martí" y ejerció influencias negativas en el proceso unitario de las fuerzas revolucionarias en su conjunto, dañando así el esfuerzo por la liberación de nuestro pueblo. Mientras tanto, la experiencia viva de la lucha adquirida a costa de sangre de miles de compañeros y la asimilación de las enseñanzas revolucionarias de otros pueblos, llevaron al conjunto de nuestra organización, dirección, cuadros y base a avanzar junto con la lucha de nuestro pueblo, enriqueciendo el pensamiento y desarrollando las líneas y orientaciones, abriéndose así, en el marco de las normas partidarias, de los estatutos que rigen a nuestro partido.
- Las desviaciones de Marcial se fueron agravando en la medida que se desarrollaba la guerra popular y la necesaria lucha ideológica interna para responder a dichos avances. Empecinado en sus opiniones y con las negativas características de su personalidad, Carpio se valió de su condición de primer responsable de las FPL "Farabundo Martí" para hacer prevalecer sus opiniones. Fue violando cada vez con más frecuencia y en asuntos cada vez más trascendentes los principios revolucionarios de funcionamiento de nuestro partido, irrespetando a los organismos de dirección como sus decisiones y acuerdos ya aprobados colectivamente por los mismos, actuando a espaldas a nuestro partido. El aspecto más agudo de esta conducta de Carpio se dirigió en contra de la compañera comandante Ana María, Mélida Anaya Montes, segunda responsable de las FPL, a quien veía con rivalidad, con un exagerado egocentrismo y al final con odio, opinando que Ana María le hacía sombra a su prestigio personal. Marcial fue alejándose cada vez más de la dinámica del pensamiento colectivo de nuestra organización y de los organismos de dirección, quiénes nunca lo apoyamos en su actitud contra Ana María.
- Mientras todo el colectivo de dirección de las FPL "Farabundo Martí" se ligaba estrechamente a las bases de nuestro partido, masas y combatientes, librando junto a ellos la lucha diaria de nuestro pueblo, Marcial se fue alejando de la dirección y de la base, rodeándose de un grupo de elementos, que veían en la relación con él, una fuente de prestigio y de autoridad dentro de nuestro partido. Estos elementos rendían un verdadero culto a la personalidad de Marcial, le adulaban, lo protagonizaban, derivando de un verdadero fanatismo a su persona, que si bien no logró apoderarse de la mente y sentimientos de la militancia de las FPL, sí afectó a algunos compañeros.
- En enero y febrero de 1983, tuvieron lugar reuniones de la comisión política y luego del comando central de las FPL "Farabundo Martí", preparatorias del séptimo consejo revolucionario, máximo organismo de nuestro partido. En dicha reunión, Marcial aprobó acuerdos y medidas que permitirían aplicar nuestra línea estratégica general popular de liberación. Salvador Cayetano Carpio, como miembro de esos organismos y primer responsable de ellos, tuvo la más amplia oportunidad para argumentar a favor de sus puntos de vista, pero no lo hizo con honestidad y franqueza, ni frente al colectivo, donde nunca tuvo la valentía proletaria de plantearlos ante los organismos colectivos de dirección: La comisión política y el comando central. Por el contrario, usó métodos para confundir a sus miembros, lanzando acusaciones denigrantes contra Ana María, que contradecían a las más elementales normas de ética revolucionaria y degradaban moralmente al mismo. Por esos procedimientos viciados, sus métodos e intenciones malsanas fueron rechazadas. Marcial sufrió así una derrota política y una derrota moral por todo el pleno del comando central, con la única excepción de Marcelo. Sin embargo, todavía la comisión política y el comando central no percibieron la profundidad y la gravedad real de las deformaciones ideológicas de Marcial, de ahí que las medidas adoptadas por estos organismos apuntan constructivamente a propiciar un contexto para favorecer su corrección y fortalecer la unidad y la cohesión de nuestro partido, las fuerzas populares de liberación -FPL- "Farabundo Martí". El colectivo le hizo a Marcial los señalamientos y críticas en la forma más fraterna, propiciando a la vez condiciones partidarias para que superara el problema como revolucionario. El comando central, en una expresión de madurez y alto espíritu partidario, reiteró su confianza en Marcial como primer responsable y fundador de nuestra organización. Confió en su capacidad para superar sus debilidades y corregir sus desviaciones. Pero Marcial ya no estaba ubicado dentro de los intereses colectivos del partido de las fuerzas revolucionarias, de la clase obrera ni del pueblo. Marcial había dejado de ser aquel dirigente del pueblo conocido en el pasado. Graves deformaciones políticas, ideológicas y morales estaban terminando de afectar su conducta y responsabilidad, agregando a todo ello su rezago en relación as la realidad político-militar del proceso y de nuestro partido.
- Salvador Cayetano Carpio, habiendo perdido ya toda la perspectiva y el respeto que para las FPL "Farabundo Martí", merece la confianza de nuestro pueblo, enceguecido por sus ambiciones políticas y su fanático auto engrandecimiento, ordenó y planificó junto con Marcelo el asesinato de la compañera comandante Ana María, perdiendo así el mismo su calidad de revolucionario y dirigente de nuestro pueblo, utilizando para ello un grupo de combatientes sujetos a la disciplina militar y en complicidad con elementos del personal de seguridad de la compañera.Descubierto Carpio en su crimen, optó en su último acto de cobardía política, por el suicidio para evadir su responsabilidad y salvar su nombre ya manchado por la infamia que el mismo se echó encima. Prefirió morir manteniéndose aferrado a su egocentrismo y auto enervación. Antes de suicidarse, Marcial añade a su ya incorregible cobardía política, una nueva infamia escribiendo unas cartas, una de ellas dirigida al Comando Central, donde presenta los hechos como una conspiración de falsos revolucionarios en contra de lo que él denomina su intachable trayectoria de verdadero revolucionario. Marcial dejó así veneno, para continuar dañando a la revolución y a nuestra organización. En una acción igualmente desesperada y ciega para salvar su imagen por encima de todo.Pero el asesinato que cometió contra Ana María está totalmente probado. El séptimo consejo revolucionario de las fuerzas populares de liberación "Farabundo Martí", realizado en el mes de agosto de 1983 en Chalatenango, conoció estas pruebas concluyentes y estudio el fenómeno en toda su profundidad, en sus factores determinantes y condicionantes, adoptando una resolución de condena a Marcial por unanimidad. Estos acontecimientos, deformaciones y desviaciones no tienen precedentes en la vida de las FPL "Farabundo Martí", sin embargo, producto de la confusión, el resentimiento, oportunismo y el fanático culto a la personalidad de Marcial, algunos pocos ex compañeros fueron sorprendidos y han llagado al extremo de separarse de nuestro partido, tratando de fraccionar y dividir la unidad interna de las FPL, con métodos desviados y dañinos para la revolución y para nuestro pueblo que sólo favorecen al enemigo. Este grupo sostiene las posiciones atrasadas, sectarias y anti-unitarias levantadas por Marcial. Niega el papel de vanguardia revolucionaria del FMLN, y se autoproclaman únicos representantes de la clase obrera, niega el papel que pueden jugar en nuestro proceso todas las fuerzas democráticas y progresistas junto a las clases trabajadoras. Están impregnados de un profundo pensamiento y práctica anti-partido. A este grupo de individuos está ligado el recién aparecido Movimiento Obrero Revolucionario "Salvador Cayetano Carpio", con ello pretenden levantar la figura de Carpio ante nuestro pueblo, ocultando y encubriendo lo que está claro y comprobado: Que Marcial terminó traicionando los intereses de la clase obrera y de todo nuestro pueblo, haciendo un irreparable daño a la revolución.Frente a todas las calumnias propaladas por este grupo acerca de supuestas desviaciones de las FPL "Farabundo Martí", y de todo el FMLN, hay un hecho indiscutible que está a la vista de todo el mundo. El poderosos avance revolucionario, las contundentes victorias político -militares, conquistadas por las fuerzas del pueblo, la crítica situación político militar en que se encuentra la dictadura, el hecho incuestionable del avance en el proceso unitario y consolidación del FMLN. Los revolucionarios conocemos a profundidad las prácticas y medidas desarrolladas por el imperialismo y la reacción mundial encaminados a destruir los movimientos revolucionarios, para lo cual trazan como uno de sus primeros objetivos la división de las organizaciones de vanguardia de los pueblos. En nuestro país son innumerables los esfuerzos y las medidas que el imperialismo yanqui y sus títeres internos implementan para dividir la vanguardia de nuestro pueblo, el FMLN, y a cada una de sus organizaciones integrantes, para nadie es desconocido que recientemente en Grenada un grupo de revolucionarios fue instrumentalizado directa e indirectamente por el imperialismo para provocar una división y enfrentamiento dentro del partido “Nueva Joya”. Creó las condiciones propicias a los agresores imperialistas yanquis para justificar y consumar la invasión a Grenada, asestándole un golpe estratégico a la revolución. Llamamos a este grupo a la cordura y a la reflexión, a comprender que su actitud es dañina a los intereses del proletariado y de todo el pueblo, siendo el enemigo el único beneficiado. La actitud de todo revolucionario ante los nefastos planes del imperialismo, la oligarquía y su dictadura títere es fortalecer la unidad interna entre los revolucionarios y consolidar el FMLN.
Para finalizar, el Comité Central de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) "Farabundo Martí", al pueblo salvadoreño y a los pueblos del mundo, expresa:
- Que les manifestamos a todos aquellos compañeros confundidos o engañados que las filas de nuestra organización están abiertas para todos los que quieran volver a incorporarse cerrando filas y unificando nuestros esfuerzos para derrotar a los enemigos del pueblo.
- Que condenamos el brutal asesinato de nuestra compañera Ana María, segunda responsable del nuestra organización, así como a los responsables del mismo, Salvador Cayetano Carpio "Marcial" y Rogelio Bazablia "Marcelo" y demás participantes. De igual forma reprobamos el cobarde suicidio de Carpio.
- Que la pérdida irreparable de la inolvidable compañera Mélida Anaya Montes, forjadora y baluarte del pensamiento unitario de nuestro pueblo, fortalece la moral combativa de nuestra organización, la decisión de fortalecer el desarrollo unitario del FMLN, la decisión de lucha infatigable, profundiza nuestro amor al pueblo y la resolución de vencer, la voluntad de ser libres, llevar la revolución contra el imperialismo y la explotación hasta el final.
- Las FPL "Farabundo Martí", estamos comprometidas indisolublemente con la clase obrera y el pueblo. Nuestra fortaleza, nuestra convicción y nuestra decisión descansa en la inquebrantable confianza, en la ilimitada capacidad creadora y revolucionaria del proletariado y del pueblo y de la confianza absoluta en la victoria popular.
- Las FPL "Farabundo Martí", como organización revolucionaria templada en el curso de la heroica lucha del pueblo salvadoreño es capaz de depurarse y avanzar con firmeza en el fortalecimiento de la unidad de todo el pueblo y en el desarrollo de la lucha revolucionaria.
- Que la reunión plenaria del séptimo consejo revolucionario de nuestra organización, ratificó la línea estratégica, político-militar de nuestra organización y la enriqueció con la base en las nuevas experiencias y exigencias dela denominación del séptimo consejo revolucionario "Todo el pueblo dispuesto a derrotar la intervención del imperialismo yanqui", dedicado a nuestra segunda responsable comandante Ana María y demás héroes y mártires de la revolución, recibe el espíritu y la disposición de las FPL y de todo el pueblo de combatir y vencer a las tropas yanquis y de otros países títeres del imperialismo que agraden nuestro suelo patrio. Al mismo tiempo, trazó los lineamientos para contribuir junto al FMLN a alcanzar la victoria popular definitiva.
- Finalmente hacemos un llamado a la clase obrera, al pueblo trabajador y a los sectores democráticos y progresistas a no dejarse confundir por la campaña de calumnias y mentiras propaladas por el enemigo y por todos aquellos que le hacen el juego directa o indirectamente. A incorporarse masivamente a la lucha armada revolucionaria, contribuir con la misma para emprender las batallas decisivas contra los enemigos del pueblo. A impulsar decididamente la lucha por las reivindicaciones políticas, económicas y sociales inmediatas. A apoyar todas las medidas para evitar la intervención yanqui o, de otras fuerzas en nuestro país ya enfrentar con resolución cualquier intento de agresión a nuestro país. A fortalecer la unidad del pueblo en torno a su vanguardia el FMLN y a cerrar filas frente a nuestros enemigos de clase. Viva la unidad político-ideológica y orgánica de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) "Farabundo Martí".
Viva el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. (FMLN).
Guerra al imperialismo, la oligarquía y su dictadura títere.
Revolución o muerte… el pueblo armado vencerá.
Proletarios de todos los países unidos.
Unidos para combatir hasta la victoria final.
Revolución o muerte…. Venceremos.
Guerra al imperialismo, la oligarquía y su dictadura títere.
Revolución o muerte… el pueblo armado vencerá.
Proletarios de todos los países unidos.
Unidos para combatir hasta la victoria final.
Revolución o muerte…. Venceremos.
Por el Comité Central de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) "Farabundo Martí", firman los miembros de su Comisión Política:
Leonel González, primer secretario de las FPL y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación.
Dimas Rodríguez, segundo secretario de las FPL y segundo jefe de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación.
Milton, Salvador Guerra, Esteban Cabrales, Mayo Sibrián, Ricardo Gutiérrez, Jesús Rojas, Valentín y Miguel Castellanos.
Chalatenango, 9 de diciembre de 1983
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Comunicado oficial de las Fuerzas Populares de Liberación FPL Farabundo Martí | 290.33 KB |
Con Responsabilidad respeto socialismo
queremos decirles una grande verdad
Salvador Cayetano Carpio
El Comandante Marcial
como todo ser humano
podia tener sus defectos
Pero en El Sobresalia lo Bueno !
Lo cual lo Confirman los Hechos
Revolucion o Muerte !
El Pueblo Armado Vencera !
Responderemos a estos Chismes
"COMUNICADO"...
A los Revolucionarios.
de El Salvador y de otros paises del Mundo.
Al Pueblo Trabajadores E Intelectuales
de El Salvador y de el Mundo.
A los Gobiernos Revolucionarios.
A los Gobiernos Democraticos.
A quienes Aceptaron estas Mentiras
Pre - Fabricadas como Verdad :
Vamos a presentarles la Verdad
antes de el 12 de Abril de 1983
Salvador Cayetano Carpio
El Comandante Marcial habia anunciado
El Suicidio lo cual fue una exigencia
de los emisarios de la muerte
es decir se le pidio que lo hiciera...
Con esto quedara claro : El FMLN...
1.- Quienes son Los Venenosos.
2.- Los del Proceso de Descomposiciones
Ideologicas y Politicas.
3.- Las Serias Deformaciones y Desviaciones
Politicas Ideologicas Mentales.
4.- Salvador Guerra es del FMLN Derecha:
Su real nombre Atilio Montalvo Cordero
a formado parte de los traidores como un
Concejal en Gobiernos Municipales de el
Frente FMLN Derechizado en la Capital
de el pais El Salvador,ademas es Asesor
de este Frente FMLN Anti Socialista y es
quien -EDITA- marcialteniarazon.org
5.- Fueron puras excusas o pretextos para No
estar cuando lo necesito un dia en la Vida
Un Amigo Salvador Cayetano Carpio El
unico Comandante Marcial;Asi la Historia
los verdaderos amigos se conocen :
-En las Carceles.
-En los Hospitales.
-En la Muerte.
Salvador Sanchez Ceren[Leonel Gonzalez]
Si estuvo con su Amiga -Ana Maria-
Melida Anaya Montes utiliso su asesinato
para hacerce 1 Responsable y destruir
lo que estuvo a su alcance e imponerse
asesinando a mas de 1000 mil camaradas
y las ambiciones al poder dinero provado
actualmente es Candidato Presidencial
por el Frente FMLN de Derecha 2014.
lo cual el FMLN de Derecha sus grupos y
Corrientes y Tendencias diversas personas
y diversas ideologias pueden Diluirse ellos
en la Clase Social y politica la Burguesia
Criolla quien es la que tiene la Hegemonia
El Poder del Sistema Capitalista.
Vamos a Ponerles un sendo -Ejemplo- !
Los que traicionaron al Partido FPLFM
GPP - GPL Linea Proletaria Socialista
Marxista Leninista Revolucionario
quienes se entregaron a otros partidos
y organizaciones,pasaron documentos y
los planes,hicieron mandos conjuntos en
lo politico militar,mas de 1000 asesinatos
en contra de militantes revolucionarios,
el caso de Napoleon Romero Garcia
[Miguel Castellanos]que fue Reclutado por
Atilio Montalvo Cordero[Salvador Guerra]
y que publicamente se paso a trabajar para
la criminal Burguesia,este es el detalle de la
mentalidad Pequeñaburguesa.
En efecto a Napoleon Romero Garcia
[Miguel Castellano]Lo enviaron a mentir
Contra Salvador Cayetano Carpio
El Comandante Marcial a hablar de que el
habia"ordenado el asesinato"de Ana Maria
y de su"descomposicion ideologica" a los
paises de Nicaragua,Cuba,URSS,Vietnam
fue en este pais Socialista que el Partido
Comunista de Vietnam -PCV- que ni Mas
ni Menos que El Ministro de Relaciones
de la Republica Popular Socialista del
Vietnam y un centenar de militates del
partido y el pueblo Vietnamita dieron
un rechazo politico revolucionario a la
-Version Oficial-"Profundo Análisis Científico"
Solamente Los Vietnamitas manifestaron
que no estaban de acuerdo y protestaron
con el tratamiento que le hicieron.
El -PCV- les pidio que reconsideraran
No acusarlo y No condenarlo que ellos
dudaban de la-Version Oficial- y que
ellos Consideraban a Salvador Cayetano
Carpio Comandante Marcial
Como el Maximo Lider Historico
del proceso revolucionario del pais
El Salvador que se habia ganado sus
meritos con trabajo revolucionario y
No con el "Culto a la Personalidad"
y que como Marxistas Leninistas
Revolucionarios reconocian en el
mas lo bueno de su personalidad
y de su calidad humana proletaria.
Los Pequeñosburgueses del Frente FMLN
de Derecha ellos Condenaron Expulsaron
a Salvador Cayetano Carpio
El Comandante Marcial
de esas organizaciones aburguesadas
Sin tener pruebas o presentarlas contra
El y tuvieron la Oportunidad en el Juicio
llevado a cabo en Managua,Nicaragua en
1984.
Por Esto en Honor a la verdad historica
millones de revolucionarios en el pais
y en el exterior otros paises del mundo
Reivindican a Salvador Cayetano Carpio
El Comandante Marcial Vive !
Para la verdad es importante Leer
Las aplicaciones de los Estatutos
del Partido FPLFM GPP-GPL
Linea Proletaria Socialista
Marxista Leninista Revolucionario
Acerca de la -Legalidad-
del asesinato de Ana Maria
y ademas -Considerar-declaraciones
de los que participaron en el asesinato
porque en El Salvador a quienes
traicionan el Proceso Revolucionario
se les a venido-Ajusticiando-por ser
Recurrentes reincidentes en sus actos
"Colaboradores" o 'Infiltrados"
a favor de la ideologia burguesa
o del Sistema Capitalista actuar
Contra el Movimiento Revolucionario
Y tambien por ser Disidentes Oponerse
a las Desviaciones de la Linea Politica
En el Movimiento Revolucionario.
Bases Estatutarias Revolucionarias
De Las FPLFM GPP- GPL
Linea Proletaria Socialista
Marxista Leninista Revolucionario
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http://elsalvadornuestrasmontanassonlasmasas.blogspot.ca/2012/06/bases-estatutarias-de-las-fuerzas.html
Disolucion de Los Renegados
Ex-fpl Desviados Aburguesados
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El Exelentisimo Embajador de Cuba
en El Salvador Habia que salvar algo...
Pruebas de CUBADEBATE.CU
La parte Cubana sobre las Presiones
de Ellos El Partido Comunista de Cuba PCC
Contra Salvador Cayetano Carpio
El Comandante Marcial
de la participaciones de Ellos
en la exigencia del Suicidio de El
Pero para quienes dudan de las relaciones
Con El Sector Ex -fpl Anamarillistas FMLN
de Derecha y La Izquierda Tradicional
aqui esta la participacion de Cuba
en nuestro propio pais saquen ustedes
sus conclusiones Ellos querian una Embajada...
Le pusieron Un Plazo de 72 Horas
los "Emisarios de la Muerte"
para su propia Vida.
La muerte de la comandante Ana María
(Mélida Anaya Montes)
(Relato)
El Periódico Nuevo Enfoque, No.28 primera Época Primera Quincena de Abril 200
enfoque@libros.com.sv
El comandante Dimas el cinco de abril de 1983 a las dos de la tarde, me dijo:
—Cecilia se alista porque vamos a ir a una misión.
No había mucho que preparar porque normalmente uno anda la “casa” en la mochila, sólo verifiqué tener suficiente baterías, la antena, papel, lapicero, que era lo que yo usaba para trabajar y el arma que se andaba siempre por cualquier situación de peligro, no era la misión pelear; pero había que andar preparado, a las tres y media me dijo:
—Cecilia nos vamos.
Cuando Dimas decía nos marchamos iba adelante y uno tenía que correr para no quedarse, estábamos por el Cerro el Picacho por La Laguna en Chalatenango y la misión hasta ahí yo no la conocía, sólo lo seguí, en el camino me dijo:
—Vamos a Cinquera, tenemos que cruzar el Lago.
Me daba pánico porque yo no sabía nadar, yo no decía lo que me daba miedo, había que enfrentar el peligro.
Llegamos a las nueve de la noche al Plan de Las Pozas, los lancheros no habían llegado todavía, hubo que esperar a la orilla del lago, habían unos zancudos terribles, picaban como si introdujeran una aguja para extraer la sangre, no podía uno descansar, tenía que estar espantando esos insectos.
Los lancheros llegaron y nos subimos en sus endebles embarcaciones, eran dos canoas, íbamos cinco en cada una, iban también Manzanares de la radio Farabundo, Nicolás y no recuerdo quien otro, pero iban tres de la radio, la seguridad de Dimas y yo de comunicaciones.
Costó cruzar el lago porque había bastante lechuga, había ratos que no se avanzaba nada, porque estaba bien saturado de esa planta acuática.
Arribamos casi al amanecer al otro lado, era una distancia corta, lo primero que hicimos fue ir a buscar el lugar donde nos íbamos a ubicar, había una reunión de jefes de frentes de guerra, cuando llegamos Dimas me dijo, Cecilia en esa casa vamos estar, había una casita vieja de bajareque, busqué el mejor lugar para transmitir, fui a buscar a un señor ahí cerca y él dijo que nos iba a dar café y que podíamos quedarnos en esa casita abandonada.
Manzanares y Nicolás empezaron a poner unas hamacas que andaban llevando con unas pitas de nailon delgaditas, y me daba risa porque cuando las ponían quedaban altas, donde se sentaban topaban al suelo, al final las lograron colocar y descansaron un rato.
Busqué como colocar la antena porque era grande, estábamos en una posición bien baja y había que ponerla lo mejor posible y orientarla hacia el lugar que más nos interesaba, como era Chalatenango y Guazapa.
Ubiqué la antena, saqué el radio e inicié a modular a las seis de la mañana, empecé a llamar a la estación a Nairobi, intenté dar señal, uno, dos, tres quien me copia, y nadie me contestaba, empecé a llamar a Naibori y a Ámsterdam, eran los indicativos que teníamos, Balboa que era el Paracentral y nadie me respondió era muy temprano.
Entonces me quedé con el radio encendido por si aparecía alguien, a las siete de la mañana volví hacer otra llamada, y apareció la estación de Managua, nosotros, el indicativo que le poníamos era lagos, cada vez que hablábamos no mencionamos Nicaragua sino que lagos, y el indicativo de la radista era Canadá.
Canadá apareció de repente y me dijo:
— Necesito que copies un mensaje.
A la radista la sentí alterada como si tenía una emergencia, algo raro, porque todos nosotros teníamos emergencia porque íbamos a transmitir rápido, porque había artillería, pero Lagos nunca tenía una emergencia, ellos todo el tiempo salían con toda la paz del mundo, se les escuchaba fuerte y claro, siempre nos hacían puente, recibían ellos nuestros mensajes y se los retransmitían a las otras estaciones cuando aparecían, pero ese día no, la compañera me dijo:
—Necesito que copies un mensaje inmediatamente.
Empezó a dictarme más rápido de lo normal, siempre le poníamos un nombre a los mensajes, este se llamaba tabú, y empezó a dictar uno siete tres cuatro cinco, o sea dictábamos en bloques de cinco y ahí se fue, era corto el mensaje quizás unas diez líneas, y me dijo:
—Voy estar aquí pendiente sácalo rápido y me decís cuando ya lo hayas terminado de descifrar.
El mensaje decía: “hace algunas horas murió la comandante Ana María”, volví a revisar el código y me parecía raro, bueno terminé de descifrar el mensaje y le pregunté, corrígeme el grupo número tal, de tal línea, ella me dijo, parece increíble pero está correcto, así es, y empezó a llorar, para mí fue una sorpresa también, cómo era posible que ahí que todo estaba bien, había muerto, me empezaron asaltar las dudas, y me dijo: dale inmediatamente este mensaje a tu hermanito, que era mi jefe, el comandante Dimas Rodríguez.
Fui a entregar el mensaje, estaba Ricardo Gutiérrez de Guazapa, Milton Méndez por el paracentral, Salvador Guerra que venía de Chalatenango, no recuerdo quienes más habían, pero eran como cinco, entré y le informé, Dimas aquí hay un mensaje y es bien delicado, le di el cuaderno con el mensaje, y él me dijo:
— ¿Cecilia estás segura que así es? ¿Este mensaje está confirmado?
— Sí lo está.
— Ya vamos a ver.
Salí, y ellos estuvieron en esa reunión hasta el mediodía.
En el mensaje cifrado no decían cómo la habían asesinado, sólo informaba hace unas horas murió la comandante Ana María, después se ampliará información y no lo firmaba nadie, parecía una iniciativa de la compañera de comunicaciones.
Después salió Dimas y me dictó un mensaje que necesitaba que transmitiera, para el comandante Marcial, necesitaba que se le ampliara la información sobre los hechos que se le narraban en el mensaje tabú y que íbamos estar esperando más información.
Después Dimas se puso hablar directamente por la radio, hablaban con una clave que se tenía especialmente para esas oportunidades, pero Marcial no hablaba del otro lado, sino que la compañera radista le contestaba.
Cecilia necesito que me confirmes cómo sucedió, yo no recibí más mensajes sobre ese hecho, si estuve captando de los otros frentes para los jefes que estaban en reunión, esa noche nos quedamos ahí, no regresamos a Chalatenango, en el día no se podía cruzar el lago, en la noche lo atravesamos, llegamos al día siguiente a la Laguna, volvimos a poner las comunicaciones, y recibí otro mensaje que decía:
—Para Salvador Guerra, necesito que estés en Managua en tres días, si no llegás en ese plazo me voy a suicidar (lo firmaba Salvador Cayetano Carpio)
El mensaje era para el comandante Salvador Guerra, pero yo normalmente toda la información que recibía se la daba al comandante Dimas, lo leyó primero, él y me dijo, llame a Salvador y le comuniqué el mensaje, Salvador Guerra se preocupó y expresó:
—Pero yo no puedo salir en tres días, es imposible.
Estábamos en La Laguna y para salir había que cruzar para el lado de Guazapa, volcán de San Salvador, hasta San Salvador, o por el otro lado, caminar hasta el final del departamento por la Troncal del Norte, y otro inconveniente era que él no tenía documentos listos ni contactos, o sea eso tomaba tiempo, no menos de ocho o diez días, para que él pudiera estar en Managua.
Salvador Guerra me dijo:
—Cecilia vamos a responder, dígale que el plazo es muy corto y que es imposible salir en tan corto lapso, que me de más tiempo
Me ratificaron el mensaje, contestaron que no había más días, cabal cumplido las setenta y dos horas, recibí otro mensaje para Dimas Rodríguez que decía, el comandante Marcial se suicidó.
Posteriormente se recibieron mensajes sobrecifrados, esos los descodificó Dimas, situaciones delicadas, él usaba la clave y descifraba, y recuerdo que sólo hubo informaciones generales.
Dimas decía que ese acontecimiento no debía cambiar el rumbo de nuestra lucha, que eran problemas que se habían dado, dijo que con picahielo habían matado a Ana María, y si confiaban en él, no había por qué dividirse o fraccionarse, las pruebas que salieran en el camino se podían superar y que se lamentaba la muerte de Ana María, pero que otro compañero o compañera iba a tomar su lugar y la lucha continuaba, había que enfilar las baterías hacia el verdadero enemigo, y que confiaran en él, y les preguntó: ¿Confían en mí? ¿Están listos? ¿Vamos a seguir adelante? Y todos contestaron ¡sí!, todo mundo sentía confianza en el comandante Dimas.
Todos sabían que Dimas era un gran dirigente, entonces ahí no pasó mayor cosa, después se conoció públicamente que habían personas detenidas, pero siempre quedó la duda si Marcial se había suicidado, si lo obligaron a hacerlo o qué.
Ana María, estaba urgida por terminar el conflicto armado, era partidaria que había que negociar lo más antes posible con la fuerza armada y el gobierno salvadoreño, era afín de tener acercamiento con la administración estadounidense de Ronald Reagan, ella insistía por la opción del diálogo y la negociación.
Cayetano Carpio, de los cinco comandantes del FMLN, él era el único que se oponía a terminar la guerra con un acuerdo con el enemigo, pues sabía que la oligarquía, la fuerza armada y el imperialismo gringo eran mentirosos, que nunca habían cumplido y que jamás ejecutarían a cabalidad cualquier acuerdo de paz que se lograra.
Marcial estaba en contra de fraternizar con el enemigo, él decía que había que acumular victorias militares contundentes, aumentar el territorio controlado y modernizar el armamento bélico para tener poder de negociación, hasta entonces se debía de negociar el final del conflicto armado, porque de lo contrario sería una rendición y el gran perdedor seria el pueblo salvadoreño, el FMLN y los lisiados, torturados y muertos iban a ser en vano.
A la luz pública se dio a conocer que esta contradicción entre Cayetano y Ana María había llevado al comandante Marcial a asesinar a Ana María, posteriormente las fuerzas de seguridad del gobierno sandinista realizaron una investigación al respecto y dio como conclusión que Cayetano Carpio no mando a asesinar a Ana Maria.
El nombre de Salvador Cayetano Capio, al interior del FMLN es un tabú, inmediatamente después de su “suicidio” se dejaron de utilizar las consignas ¡Revolución o Muerte, Venceremos! ¡Patria Libre o Morir!
Casi inmediatamente después del “suicidio” las FPL y ERP desmontaron la estructura regular de ejercito guerrillero especializado y experimentado de 1900 insurgentes que tenían; las FPL poseían una estructura móvil compuesta de tres Batallones, el X21, el Ernesto Morales y el Andrés Torres, cada uno estaba compuesto de 300 guerrilleros, el ERP tenia el Brigada Revolucionaria Rafael Arce Zablah (BRAZ) compuesto por 1000 guerrilleros. En este ejército guerrillero no contaban los milicianos.
Aunque parezca mentira a los miembros del ejercito guerrillero se les dio de baja y se enviaron a formar parte de la población civil, a sus lugares de orígenes como civiles o los enviaron a los campamentos de refugiados salvadoreños que estaban establecidos en Honduras, etc.
Esta destrucción del poder insurgente en donde se conjugaba el accionar del ejército regular guerrillero con la táctica de guerra de guerrillas, los comandantes generales del FMLN, le dieron el nombre al haraquiri de “ajuste a nuestra táctica y estrategia”.
Esta situación creo malestar, inconformidad e incomprensión en los miembros del ejército guerrillero, porque después de estar combatiendo por mas de una década, de un día para otro les dijeron, muchas gracias que les vaya bien.
En su lugar se formaron pequeños grupos de guerrilleros ambulatorios, para mantener entretenido a la fuerza armada mientras negociaban.
Las consignas históricas de lucha fueron reemplazadas en la práctica política y militar de los comandantes Joaquín Villalobos, Eduardo Sancho, Leonel Sánchez Cerén y Schafik Jorge Handal, por:
• ¡Revolución o Negociación!
• ¡Patria Libre o Acuerdo de Paz!
El comandante Marcial deseaba que llegara Salvador Guerra porque era un compañero que se había ganado la confianza en el campo de batalla desde que se inicio el conflicto armado, y quería que fuera su sucesor.
Marcial no quería que eligieran a Leonel González, porque lo consideraba cercano del PC, los comunistas siempre se opusieron a la lucha revolucionaria como medio para instaurar la paz y la democracia en El Salvador.
Sin embargo, después de la muerte del comandante Salvador Cayetano Carpio, se anunció que Leonel González tomaba su lugar, era alguien de quien los combatientes nunca, jamás habían oído su nombre hasta esa fecha, era un perfecto desconocido.
Leonel llegó a Chalatenango, a trabajar allá, y se le informó a los combatientes que hasta que se realizara el Séptimo Consejo Revolucionario, él iba a estar al frente de la organización, y empezó a tomar las decisiones.
Leonel no tenía voz de mando, ni carisma, era parco, tampoco era amigable, los compañeros en lugar de acercársele se le alejaban, no daban deseos ni de saludarlo.
Cuando Leonel González llegó a Chalatenango a Cecilia la dejaron trabajando con él, ya no con Dimas Rodríguez, le correspondió quedarse en el campamento de la comandancia, era un campamento sedentario, estaban casi todo el tiempo ahí, si había invasión con anticipación se sabía por donde iba el operativo, ellos salían por la otra punta, nunca se ponía en riesgo, porque ahí se manejaba toda la información, comunicación, rastreo, todo ese aparataje siempre se movía antes de que entrara el operativo militar.
Actuan Iguales que los del
ERP-PRS RN-FARN de Ultraderecha !
Derrotamos Las Posiciones de Roque Dalton...
Aqui las pruebas:la familia de Roque Dalton
Garcia luchando solos por la Verdad !
Leer un clic aqui abajo:
http://www.contrapunto.com.sv/literatura/villalobos-y-melendez-mataron-a-roque-dalton-dicen-testigos
http://www.contrapunto.com.sv/politica/dagoberto-gutierrez-ahora-en-la-misma-cama-con-saca
Aqui las pruebas:la familia de Roque Dalton
Garcia luchando solos por la Verdad !
Leer un clic aqui abajo:
http://www.contrapunto.com.sv/literatura/villalobos-y-melendez-mataron-a-roque-dalton-dicen-testigos
http://www.contrapunto.com.sv/politica/dagoberto-gutierrez-ahora-en-la-misma-cama-con-saca
COMUNICADO
DEL
EJERCITO
REVOLUCIONARIO
DEL PUEBLO
E.R.P. PRS
COMUNICADO DEL EJERCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO
E.R.P. PRS
MAYO DE 1975
El Ejército Revolucionario del Pueblo E.R.P. acaba de salir victorioso de una de los ataques más peligrosos que lanza la tiranía y el imperialismo. Los aparatos de policía secreta del país dirigidos por la C.I.A. (Agencia de Inteligencia del imperialismo Norteamericano) hicieron el intento de infiltrarse en nuestra organización revolucionaria con el propósito de destruirla y hacer caer a las masas populares en la frustración al ver una de sus organizaciones de vanguardia aniquilada por el enemigo.
No obstante, los revolucionarios salvadoreños ya dejamos atrás el tiempo en el que la policía secreta y la C.I.A. actuaban sin ser detectadas, asesinado a revolucionarios en crímenes que nunca fueron esclarecidos, y capturando a gente trabajadora y revolucionaria.
El Ejecito revolucionario del Pueblo logro detectar y contrarrestar la infiltración enemiga y por eso el enemigo ha reaccionado con los rastrillos, las capturas, los bloqueos de carreteras con el objetivo de destruir a las organizaciones revolucionarias con los métodos convencionales, ya que sus métodos de infiltración fracasaron rotundamente.
El Ejercito Revolucionario del Pueblo fue objeto de infiltración enemiga por medio del salvadoreño Roque Dalton, quien militó durante algún tiempo en nuestra organización revolucionaria y quien estaba colaborando con los aparatos secretos del enemigo. La labor traidora que realizo Roque Dalton en el seno de nuestra organización costó a nuestra organización y a nuestro pueblo la vida de dos de sus mejores combatientes Armando y Mauricio y el fracaso de algunas acciones militares revolucionarias. Roque Dalton fue detectado, capturado y fusilado por las fuerzas del E.R.P. Existen innumerables pruebas de su labor traidora en el seno de nuestra organización.
Ante este éxito del E.R.P. contra la infiltración, el enemigo ha reaccionado rabiosamente con los rastrillos, los cercos, los bloqueos de carreteras y mas refinadamente tratando de confundir a los sectores populares, publicando volantes y difundiendo rumores a nombre del E.R.P. Hacemos un llamado a todos los sectores revolucionarios y progresistas a no dejarse confundir con estas medidas del enemigo.
El Ejercito Revolucionario del Pueblo E.R.P. siempre reconocerá públicamente las acciones militares que realice y sus comunicados tiene que ser suscritos por el Estado Mayor del E.R.P. o bien por el Partido de la Revolución Salvadoreña marxista-leninista (actualmente en formación).
La prueba por la que ha pasado nuestra organización ha sido dura, pero también ha consolidado y compactado a nuestras filas. La decisión inquebrantable de Vencer o Morir, que ya se ha manifestado en múltiples combates con el enemigo, se mantendrá hasta el triunfo de la Revolución Salvadoreña.
VENCER O MORIR
ESTADO MAYOR
DEL EJERCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO E.R.P.
POR LA CAUSA PROLETARIA,
RESISTENCIA NACIONAL
(R.N.FARN)
MARZO ABRIL, 1976
I - PRESENTACION
Ya va a hacer un año que la RESISTENCIA NACIONAL nace a la vida revolucionaria del país, como una organización independiente; dicho nacimiento, sin embargo, es en realidad el resultado de un largo proceso de depuración en las filas del antiguo Ejército Revolucionario del Pueblo (E.R.P), que tuvo su culminación en el mes de mayo de 1975 con el cobarde asesinato de dos valiosos combatientes del pueblo, Roque Dalton y "Pancho", y la clarísima delimitación de dos vertientes, de dos tendencias, que venían gestándose en el seno del ERP: en primer lugar la corriente aventurera, militarista y blanquista responsable ya de varios crímenes contra la revolución y en segundo lugar la Resistencia Nacional que se presenta así, como una de las organizaciones que heredan la tradición revolucionaria del país y que ahora intenta sistematizar y aplicar la ciencia marxista-leninista a nuestra realidad concreta.
Desde entonces, en torno a la división ERP-RN y los dos asesinatos, han abundado las especulaciones; el enemigo mismo ha sacado provecho de la falta de información y de la situación misma, para arrojar lodo contra el movimiento popular salvadoreño.
Creemos, pues, que ya es hora de contribuir al esclarecimiento de un proceso que forma parte de la historia de la revolución salvadoreña; esta es una exigencia que hacemos nuestra y que encaramos con toda la seriedad y honestidad revolucionarias que el momento reclama. Esto significa que debemos revisar, re-hacer nuestra propia historia (que en última instancia es la historia del proceso), sacando a luz hechos y circunstancias hasta ahora desconocidos para el pueblo, pero que creemos necesarios para la comprensión global del problema.
La tarea no es nada fácil. El revisar nuestra historia y ubicarla dentro del marco de la lucha de clases en nuestro país, ha implicado reavivar viejas heridas y dolorosas experiencias; ha significado, también, un difícil proceso de auto crítica que intentamos plasmar en este documento. Y bien sabemos que esta situación puede ser aprovechada no solo por el enemigo, cada vez más refinado en su embestida ideológica contra el pueblo, sino también por los revisionistas, reformistas y oportunistas de toda laya que están prestos a batir palmas ante cada derrota parcial que sufre el proceso revolucionario salvadoreño. Tenemos previsto, pues, que toda la fauna oportunista gozara al ver plasmado un episodio doloroso de la historia salvadoreña; ya los veremos, en los corrillos y cafetines, en su dorada burocracia, en la verborrea impune, hacer comentarios superficiales e inútiles, del precio que la lucha del proletariado ha tenido que pagar en la búsqueda de una línea consecuente con sus principios, lejos de la conciliación con la burguesía.
Y sin embargo no nos preocupa esa situación. Nosotros lanzamos esta autocrítica abierta, de cara al pueblo, porque sabemos que el proceso nos lo está demandando. Y esta misión, no es de revolucionarios eludirla. Porque, además, si bien es cierto que nuestra crítica y auto-critica tiene su lado "negativo" (en el sentido de errores cometidos; pero sabemos que incluso los errores son valiosos en la experiencia), este ha sido el costo menor, necesario, para consolidar una línea política que va demostrando ser la correcta.
Porque ya pocos niegan que la RESISTENCIA NACIONAL, se ha convertido en elemento indispensable para la construcción del Partido de Vanguardia del proletariado en el proceso revolucionario salvadoreño; este hecho, no tan simple por cierto, explica los errores y los coloca en su real perspectiva. Motivo de más para que lancemos a la luz pública este documento que, desde ya, dedicamos a la gloriosa memoria de dos grandes combatientes: ROQUE DALTON y "PANCHO".
II - DESARROLLO DEL E.R.P.
PRIMERA FASE (71 - 72)
I- ORIGEN Y NACIMIENTO (Situación y avance de la lucha de masas 67 -71)
Todavía falta una historia de la guerrilla en nuestro país; ubicar su nacimiento y consolidación como vía hacia la toma del poder, exige por lo menos una revisión de la historia de la lucha de clases en El Salvador.
Es con el triunfo de la Revolución Cubana que el debate sobre las vías al poder se agudiza en los núcleos revolucionarios del país; el burocratizado Partido Comunista Salvadoreño (PCS) estancado por la inactividad y la falta de un análisis global de nuestra formación social concreta, se vio sacudido por el debate. Es por demás sintomático que los cuadros proletarios fogueados en la lucha contra la tiranía, desde los tiempos del castanedismo pasando por Osorio y Lemus, apoyados por otros grupos nacidos de la pequeña-burguesía radical, conducían aquella lucha ideológica. Estos compañeros, que no partían de una práctica burocrática sino que habían vivido la experiencia de la lucha de masas, interpretaban así, a su modo, la nueva situación creada por un proletariado en ascenso que peleaba su organización, consolidación y hasta su misma supervivencia, ante los embates de la dictadura.
La vieja burocracia del PCS, sin embargo, logró capear el temporal y aunque el debate siguió cada vez más agudo, logro ser absorvido* (*así en el original) y diluido en complicados y largos mecanismos burocráticos. Por otra parte es de notar que en esta época (1960-66) se producían nuevas reagrupaciones políticas en el seno del pueblo, y la dictadura misma, alborozada por la perspectiva del MCC y la seudo-industrialización, se permitía una seudo-apertura "democrática" que terminó por encandilar a la vieja burocracia del PCS y esta, en la realidad, pospuso el debate sobre la vía armada hacia la toma del poder.
El capitalismo dependiente, sin embargo, mostraba ya una seria fisura en la segunda mitad de la década de los sesenta; una profunda crisis se abatió sobre el MCC y la seudo-industrialización, llegando hasta la estructura agraria y sacudiendo el edificio burgués. Los mecanismos "democráticos" burgueses comenzaron a mostrarse peligrosos para la dictadura y, en la brecha abierta por la crisis, irrumpieron las masas populares con todo su ímpetu creador. Es la época de la Gran huelga General del 67, de las grandes movilizaciones en torno a las huelgas de ANDES, etc.
Los cuadros revolucionarios, fogueados en aquellos combates, revitalizaron el problema de la vía armada hacia la toma del poder; ellos no hacían más que estructurar la experiencia misma de las masas populares, que habían apuntado, en los enfrentamientos de calle, a nuevas formas de organización y de lucha. La guerrilla, pues, había nacido en realidad en las calles de San Salvador; las masas populares, en la defensa de sus intereses y ante las crueles y bestiales embestidas de la dictadura, habían aprendido, espontáneamente, que ese era el camino.
Ahora, correspondía a los revolucionarios sistematizar la experiencia, dar la perspectiva, sistematizar una vía hasta entonces embrionaria: la vía armada. El PCS por su parte se desenmascaró ya en esta coyuntura: la "apertura a la derecha" abrió el camino a una serie de pasos agigantados que habrían de conducirlo al revisionismo más descarado. Y esta situación ya no era posible que la soportara el movimiento revolucionario.
Los cuadros revolucionarios se convirtieron, así, en los herederos de la larga tradición de lucha del pueblo salvadoreño, mientras el revisionismo sentaba sus reales en la burocracia del PCS. 1967-71, sin embargo, todavía marco un compás de espera: los cuadros surgidos de la lucha de masas, y que expresaban los intereses de la revolución proletaria, no acertaban a aglutinarse ni a consolidar todavía una línea coherente. El revisionismo, por su parte, conducía a las masas al matadero de la derrota electoral de 1972 y, con la desviación ya consolidada, lejos de atraer la experiencia de la misma, empujo a las masas a la conciliación y el oportunismo.
Por eso 1972 es un nuevo punto de inflexión: el pueblo derrotaba a la burguesía en su propio campo (las elecciones) pero al mismo tiempo la burguesía derrotaba al revisionismo en sus aspiraciones electoreras (demostrando su ineficacia como vía hacia la toma del poder). Doble negación que tendría su expresión política en la consolidación de una nueva alternativa: en 1972, nacían el E.R.P y las F.P.L intentando conducir al pueblo por el camino de la vía armada, en un intento por retomar el hilo de la historia de la revolución salvadoreña que fuera sangrientamente truncada en 1932.
El ERP se formaba con núcleos dispersos y nacidos al calor de la lucha de masas, lo cual significo el pago de un enorme precio: se negó al Partido como concepción, nos aislamos de las masas y de la lucha de masas, pusimos el acento en la lucha clandestina y los pequeños grupos conspirativos. Todo lo que "hueliera * (*así en el original) a Partido" era despreciado, y se concebía la revolución como la tarea de una secta clandestina.
Este precio, en realidad, era el precio de una primera negación: la negación del Partido (para entonces, "partido" era el PCS). Hasta entonces no había conciencia de que era necesaria una segunda negación que pusiera en marcha un proceso encaminado a la construcción del verdadero Partido de Vanguardia.
Así es come se inición* (*así en el original) en nuestra organización y en el proceso salvadoreño, la larga marcha hacia el Leninismo.
II-2 VIA ARMADA HACIA LA TOMA DEL PODER:
El nacimiento del ERP se remonta al año 1972. El principal elemento aglutinador de aquella época, radicaba en la conciencia de la necesidad de dar organización e impulso a la lucha armada como vía hacia la toma del poder. La práctica política de quienes luego formaríamos el ERP, nos había demostrado que las estructuras orgánicas tradicionales (Partido Comunista, Organizaciones Sindicales, Organizaciones políticas nacionales y estudiantiles, organismos gremiales y de masa, etc* [*así en el original]) por su concepción y su estructura orgánica, constituían impedimentos reales objetivos y subjetivos para que de su seno mismo surgiera la práctica militar ligada a una práctica política. Sobre todo, la desviación de derecha en el partido había llegado al estado de negar la lucha armada como vía hacia la toma del poder para el proceso revolucionario salvadoreño, sustituyéndola por la vía pacífica, la vía electoral. Como resultado de esta situación, las nuevas organizaciones nacimos afirmando la necesidad de construir el aparato armado, impulsando la actividad guerrillera y negando el Partido. Es así como en los años 71 y 72, predominó en las nuevas organizaciones una concepción militarista, no solo en sus aspectos organizativos internos y clandestinos, sino en la misma argumentación y defensa de la lucha armada. La raíz de nuestra errónea concepción residía en el siguiente argumento: es necesario negar la concepción orgánica y política del PCS, su desviación de derecha, solo así puede construirse el aparato armado que siempre se han negado a construir en la práctica. Este análisis mecánico nos condujo a trabajar durante dos años en forma unilateral: construyendo el aparato armado para el proceso revolucionario salvadoreño. No caímos en la cuenta de que por negar un partido que no había alcanzado la calidad de marxista-leninista, negábamos también para nuestra propia formación, la necesidad de construir desde el principio núcleos políticos de Partido; y de esta forma caímos en una desviación de izquierda al unilateralizar* (*así en el original) el trabajo orgánico orientado a la construcción de nuecleos* (*así en el original) militares y para-militares que fundamentalmente determinaron el desarrollo y vida del ERP. Caímos pues en el error de un desarrollo orgánico en una sola dirección: la construcción militar, abandonando la construcción del trabajo político en el seno de las masas y en el seno mismo del ERP.
II-3) GUERRILLERISMO - MILITARISMO:
Al predominar una línea organizativa militarista, se hacía difícil tener una visión de conjunto y buscar el camino político correcto. A nivel de la dirección, existía teóricamente la inquietud por el trabajo de masas y por la vida política interna, pero la estructura misma y la necesidad concreta de construir orgánicamente el aparato armado, impedían dar impulsos prácticos a esta inquietud.
Por otro lado, se comienzan a impulsar actividades militares revolucionarías y este ejercicio absorvió* (*asi en el original) en forma casi total el quehacer del ERP. La práctica misma orientada hacia la actividad militar de núcleos aislados de las masas, constituyó el caldo de cultivo para que, a nivel de las bases (que naturalmente venía con debilidades teóricas y políticas no superadas en su militancia interna en el ERP por carecer de la concepción y metodología adecuadas para dar impulse a la vida partidaria), se comenzaba a enraizar la concepción y la práctica militarista y guerrillerista, profundizándose no sólo la negación al trabajo político y de masas del PCS sino el desprecio a las tareas señaladas, considerándolas como una "fase superada e inferior" a la fase militar dentro de la cual nacía y se afirmaba la existencia misma del ERP. Poco a poco va cobrando forma este sentimiento de desprecio respecto al trabajo político y de masas al cual se le identifica con la desviación revisionista de derecha que habíamos criticado al Partido Comunista y que constituía la negación primaria para nuestra propia afirmación y existencia.
A finales del 71, iniciamos la publicación de "EL COMBATIENTE" en cuyos primeros números se evidencia el énfasis sobre la necesidad de construir el aparato armado, la negación al partido y la afirmación de la práctica militar como fundamento de la lucha revolucionaria y la existencia del ERP.
II-4) PRIMERAS APROXIMACIONES TEORICAS SOBRE LA CONCEPCION ESTRATEGICA Y LA LINEA POLITICA:
Los acontecimientos políticos y militares de marzo del 72 a nivel nacional, impactaron profundamente en el seno del ERP, y a nivel de la dirección, se tuvo la visión de la gran debilidad que la orientación unilateral de nuestro trabajo organizativo le imprimía al ERP en su conjunto. En un esfuerzo de interpretación de la realidad concreta, se plantean las primeras aproximaciones teóricas sobre la concepción estratégica, la caracterización del período y la línea política.
Es a estas alturas que por primera vez se habla en nuestra organización del peligro de una corriente fascista en el seno de las clases dominantes y en consecuencia de la necesidad de estructurar una respuesta política de las masas. Este esfuerzo lleva a sentar las primeras bases de elaboración de la concepción de "La Resistencia" como línea política del ERP. Cabe señalar que todo este proceso de cuestionamiento, análisis y elaboración, se dio a niveles de dirección con poca participación de algunos cuadros intermedios; la gran mayoría de nuestra organización, estaba ausente de estos avances y por lo tanto, la estructura y el trabajo del ÉRP en su conjunto, continuaba su marcha unilateral por la vía práctica del guerrillerismo, desligado de las masas y profundizando gérmenes de múltiples desviaciones ideológicas y políticas.
En octubre del 72, damos nacimiento al periódico " POR LA CAUSA PROLETARIA", el cual surge como un órgano político e ideológico destinado a las masas y las bases de la organización y a nombre de la "Resistencia Nacional". Sin embargo, los 10 primeros números evidencian la dispersión ideológica y política en el seno mismo del ERP, en ellos puede analizarse las dos tendencias que pugnan por desarrollarse, por derrotarse, por unificarse. Es un procese complejo y que se desarrolla sin control de los organismos de Dirección. La misma aparición no planificada ni estable del periódico, indica la falta de visión interna para darle su lugar a la Prensa Revolucionaria como elemento aglutinador y orientador tanto en lo interno como en la proyección hacia las masas.
De esta primera fase del ERP, consideramos positivo su propio nacimiento, en relación al estado de la lucha de clases en su conjunto; y negativo, la dirección unilateral hacia la construcción del aparato armado que determinó la vida y el quehacer de la organización en esta etapa.
SEGUNDA FASE (72 - 73)
II-1-a) ESTILO FEDERATIVO DE CONDUCCION INTERNA - COMPOSICION SOCIAL DEL GRUPO DE DIRECCION:
En la práctica, y desde su fundación, el ERP se integró por la sumatoria de diversos núcleos que hacían de él una federación de grupos con su respectiva representación a niveles de Dirección. Este fue el estilo de conducción predominante durante los años del 71 al 74. La Dirección central podía mantener la cohesión por el espíritu militar con que era coordinado el quehacer todo de la organización desde la Dirección. Los lineamientos de trabajo se transmitían desde arriba en forma es estrechamente vertical (por la estructura y la concepción que imperaban) de forma tal que la militancia aceptaba la línea sin discusión.
En este marco, las opiniones divergentes y los cuestionamientos a "la línea" llegaban inmediatamente a puntos muertos y provocaban inminentes rupturas de personas o pequeños grupos a los cuales el ERP y su dirección fueron incapaces de conservar a través de un proceso de lucha ideológica. Esta debilidad no fue vista en forma auto-crítica por los niveles de Dirección; por el contrario, se buscaron mecanismos de justificación y se hablaba de que los desprendimientos eran el resultado natural de un proceso de "depuración ideológica" en el seno de la organización. Durante todo este período, no se tomó conciencia de que estos hechos aislados y en cierto modo insignificantes* para el ERP en su conjunto, eran el síntoma de la falta de vida política y discusión ideológica en el seno de la organización.
El volumen de trabajo a nivel de la Dirección, se recargaba hacia las tareas de coordinación de las actividades militares, intercambio de informes y "rectificaciones sobre la marcha" en forma superficial y sin profundizar seriamente sobre el proceso todo de desarrollo y construcción del ERP come organización de Vanguardia. Las raquíticas discusiones ideológico-políticas que se daban a este nivel de Dirección, no llegaron a cuajar en crear un estilo serio de trabajo colectivo en el núcleo de Dirección; cada uno de sus miembros exponía sus tesis y criterios, se tomaban acuerdos "concretos" para el quehacer inmediato: y la revisión y afinamiento de las concepciones y principios iba siendo relegado constantemente.
Con este estilo de trabajo el espíritu federativo fue profundizándose, los miembros de dirección, aparentemente unificados por acuerdos "políticos y tácticos" bajaban a sus bases a impulsar los acuerdos y la "línea" dando un estilo y sello de interpretación personal que, lejos de unificar teórica, ideológica y políticamente a la organización, profundizaba su división, al impulsar en la práctica diversas concepciones e interpretaciones de los "acuerdos políticos" de la Dirección Nacional. El resultado era que el mismo acuerdo tomado a nivel superior, generaba prácticas completamente distintas y hasta contrarias en las bases del ERP. La dispersión ideológica y la carencia de una concepción estratégica general constituía* la gran deficiencia del ERP y su Dirección Nacional. Esta misma situación federativa fue creando algunas condiciones objetivas para un proceso de burocratización de algunos miembros de la Dirección Nacional.
Es nuestro deber señalar ahora que la composición social de la Dirección Nacional, la procedencia de clase de quienes la constituíamos, tiene indudablemente que haber influido en las posteriores desviaciones en el seno de la organización. El núcleo de dirección del ERP, tenía una composición de clase pequeño-burguesa que, durante toda la primera fase y por la estructura misma, así como por el proceso de separación dirigencia-base; impedía desarrollar los presupuestos y mecanismos para que cuadros orgánicos de la clase obrera y el campesinado fueran proporcionados a los niveles de Dirección superior e intermedio de la organización.
A nivel de la Dirección, se permitió y fomento el liberalismo manifestado en el "dejar hacer, dejar pasar", se consideraba que por su nivel, cargo y funciones, los miembros de Dirección no necesitaban ser cuestionados ni vigilados, y fue así como no se impulsó el proceso de crítica y auto-crítica, vigilancia del colectivo sobre sus mismos miembros y mucho menos vigilancia crítica de las bases sobre su Dirección Nacional; el estilo federativo, la verticalidad estrecha y la compartimentación mal entendida, condicionaron este quehacer.
Esta situación llegó al grado de que, a la altura de 1973, la base social del ERP era ya en su mayoría proletaria, mientras su Dirección Nacional se conservaba, con la composición de clase original, y los cuadros que durante esa etapa habían ascendido a dicho nivel, procedían también de la pequeña-burguesía. El proceso de proletarización científica que hubiera servido para superar las naturales desviaciones del origen de clase, no podía impulsarse acertadamente debido a la no hegemonía de los criterios proletarios en el seno de la Dirección, a la no vigilancia de las bases y al liberalismo en el estilo de trabajo y conducción.
II-2-a) EL COYUNTURALISMO COMO POLITICA DE PROYECCION Y LIGAZON CON LAS MASAS:
Es en esta fase, especialmente en el año 73, que el ERP hace intentos por proyectarse hacia las masas. Sin embargo, la propia naturaleza de su estructura orgánica, le impide realizar un trabajo constante y de vinculación permanente, y le obliga a buscar una incidencia coyuntural y desde afuera. El estilo federativo y la carencia de una concepción estratégica unificada, hacen que, según la agudización de las coyunturas en el proceso, se busque "incidir" desde la Vanguardia. Esto propicio la profundización mayor del guerrillerismo: no habiendo vinculación permanente con las masas, alejados de la práctica política y encaminados en la práctica militar, la "incidencia" del ERP en las coyunturas se traducía corno respuestas militares de núcleos aislados de la masa, frente a las embestidas del enemigo de clase.
La concepción de "Resistencia Nacional", no encontraba todavía en el seno mismo de la organización, concreción práctica significativa, las bases del ERP no estaban preparadas para comprenderla, asimilarla e impulsarla, y la Dirección Nacional no había impulsado y desarrollado un método de estudio y discusión interna que permitiera este proceso. Por ello, durante toda esta fase, si bien a niveles de Dirección se iba clarificando y depurando la concepción, la práctica del ERP continuaba siendo fiel a la concepción original militarista y coyuntural desligada de la masa.
II-3-a) DESARROLLO MILITAR ESPONTANEO Y DISPERSO:
En realidad no había en el seno de la organización, una clara concepción de la lucha armada; la práctica militar se veía solo como la secuencia de acciones exitosas, como el crecimiento mecánico de unidades militares que impulsaran el activismo armado.
Es así como fuimos construyendo un aparato armado desligado de la lucha de masas. Esta posición errónea permitía cultivar y enmascaraba la tendencia a buscar acciones sensacionalistas, a la par que propiciaba la profundización de la desviación de la futura camarilla militarista: el desprecio a las masas, a la lucha de masas y al trabajo político como eje y dirección del trabajo militar.
Es también este activismo militar lo que propicia otro tipo de desviaciones tales como el individualismo, la concepción de que "el mejor guerrillero combatiente es el mejor revolucionario" por sus cualidades personales aplicadas al combate y no por el nive1 de su conciencia política y de clase, o por su capacidad de conducción revolucionaria hacia las bases de la organización y las masas.
El criterio de la disciplina militar y el estrechamiento de la vida política e ideológica como sistema y estilo de trabajo en los núcleos del ERP, así como el respeto total a la "autoridad" del Jefe Militar, se traducen en la sumisión de las bases a la concepción política que dicho jefe sustenta, sin discusión ni cuestionamiento.
La garantía de la conducción desde la Dirección Nacional, descansaba también en las cualidades individuales y las capacidades personales que encontraban campo irrestricto para la aplicación de iniciativas individuales en cada sector. Al no existir una concepción estratégica política y militar unificada y al depender el trabajo de iniciativas personales de los respectivos jefes militares, los militantes no participaban de ninguna discusión y se iban acostumbrando a ser sujetos que recibían órdenes y actuaban en consecuencia. Todo ello se reflejaba en el desarrollo desigual en lo militar, según las capacidades e iniciativas de cada jefe militar, surgen las mil escuelas y se profundiza la división en el seno de la organización. La Dirección Nacional que pretende estructurarse como una Dirección Política, encuentra entre ella y las bases, el valladar de una estructura orgánica militar compuesta por Jefes Militares que dan a los lineamientos políticos aplicación metodológica dentro de los marcos de la disciplina militar, ahogando con ello la posibilidad de vida política en la organización. El Mando Central, organismo ejecutivo de la actividad militar y que formalmente se somete y depende de la Dirección Nacional, va adquiriendo en la realidad un cierto grado de autonomía e independencia, ya que la estructura misma le permite la conducción real sobre la militancia.
II-4-a) DESARROLLO Y PROFUNDIZACION DE LA CONCEPCION DE RESISTENCIA:
Mientras la militancia marcha desarrollándose dentro del marco señalado, en el seno de la Dirección Nacional se profundizan los análisis teóricos sobre la concepción, se afina la tesis de Resistencia como propuesta orgánico política de trabajo del ERP hacia la masa y se elaboran los primeros documentos de esfuerzo interpretativo de la realidad ("Avance Estratégico", "Análisis Político de la Situación Nacional", Combatientes No. 4 y 5). Esto determina también el primer esfuerzo de evaluación interna, y a finales del 72 y principios del 73, la Dirección Nacional reconoce la política coyunturalista* (*así en el original) que había venido aplicando, descubre la contradicción entre las aproximaciones teórico políticas y la estructura orgánica de corte militar, y se propone la sitematización* (*así en el original) del trabajo a través del impulso de una escuela de formación teórico-política y de un proceso de reorganización interna con el objeto de crear bases políticas en el seno del ERP.
De este esfuerzo y de este impulso, no participan todos los miembros de Dirección Nacional, si bien en forma declarativa es aceptado el balance crítico de la fase 71-72, en la práctica no se hace el esfuerzo por transformar la estructura orgánica en función de las nuevas concepciones políticas y militares en desarrollo, ni se impulsa en forma unitaria, la escuela de formación. Esto profundiza el desarrollo desigual y el proceso de estructuración de las dos tendencias que continúan gestándose en el seno del ERP. Por un lado, la tendencia de seguir desarrollando el activismo militar como tarea fundamental de la organización, negando en la práctica el trabajo político orientado hacia las masas; y por otro, se pretendía impulsar la conjugación dialéctica del trabajo político y militar bajo el principio de que lo político priva sobre lo militar.
TERCERA FASE (73 - 74)
II-1-b) MADURACION DE LA CONCEPCION ESTRATEGICA (POLITICA Y MILITAR) Y DE LA LINEA:
En el seno de la Dirección Nacional es ya indetenible el proceso de maduración de la concepción estratégica; a partir del planteamiento de Resistencia.
Esta es la época en que la organización se pone a la cabeza de la izquierda revolucionaria en lo que a desarrollo teórico se refiere. Se logra caracterizar adecuadamente el período de dominación (escalada fascista de la dictadura militar), se ubica la contradicción principal de la sociedad salvadoreña, se define el estado de la lucha de clases y se encaminan los esfuerzos hacia la clarificación de la aplicación táctica de la línea política. Es a estas alturas que se deslinda todavía más la frontera entre las dos tendencias: la concepción militarista no derrotada ideológica, política, ni orgánicamente en el seno del ERP, busca subsistir con nuevos argumentos, mientras la concepción de Resistencia Nacional, profundiza sus esfuerzos por desarrollarse y superar las deficiencias del pasado en un proceso de unificación de criterios y síntesis dialéctica de ambas tendencias.
II-2-b) LOS PROBLEMAS DE ADECUACION DE LA ESTRUCTURA ORGANICA:
Los esfuerzos de la nueva concepción por llenar la vida de la organización y reorientar su práctica de conjunto bajo los lineamientos del marxismo-leninismo, encontraban dificultades concretas en la misma estructura orgánica que canalizaba el quehacer del ERP. Agregado a esto las profundas deficiencias del núcleo de Dirección donde el estilo federativo y el liberalismo habían conducido a un quehacer distorsionado y habían deformado las funciones de una Dirección revolucionaria, permitiendo la entronización de elementos burocráticos que, sin apoyo de un trabajo en las bases, buscaban sostenerse en sus puestos a través de malabarismos y radicalismos cada vez más aventureros e irresponsables.
A pesar de la poca vida política e ideológica de las bases, esta es también la fase en que se produce un proceso de profunda crítica de la militancia dirigido a la Dirección Nacional. La falta de métodos, canales e instrumentos y el poco ejercicio de la crítica y la auto-critica así como la ausencia de practica en la lucha ideológica interna, impide que este sano proceso de critica que intuitivamente inicia la base, se lleve por canales adecuados y sirva para consolidar a la organización. Por el contrario, el proceso se da fuera de los organismos tanto superiores como inferiores y en vez de llegar a resultados positivos, impulsa otra desviación: la discusión y crítica personal e incorrecta fuera de los colectivos. Este ejercicio viciado permitirá después a la camarilla impulsar maniobras y engaños para su propio provecho.
II-3-b) LA CONCRECIÓN DE LA VIA ARMADA HACIA LA TOMA DEL PODER:
Producto del esfuerzo de interpretación y elaboración, es a estas alturas, el hecho de contar con aproximaciones teóricas que apuntan hacia la posibilidad de estructurar una verdadera organización de Vanguardia que cuente con una concepción estratégica política y militar definida, con una estructura orgánica adecuada a la concepción y con una línea política para ligarse al trabajo amplio de masas. Es así como la organización define que la vía armada hacia la toma del poder en el proceso revolucionario salvadoreño, deberá impulsarse a través de la Guerra Revolucionaria y Prolongada del Pueblo y la Insurrección; afirma que la conducción y aplicación de esta concepción exige y presupone la construcción de un Partido de Vanguardia del Proletariado; y reafirma la necesidad de la construcción de un Ejército Revolucionario, subordinado al Partido, como garantía, de la conquista y sostenimiento del poder político.
II-4-b) BÚSQUEDA Y ENCUENTRO CCN LAS MASAS:
A partir de las anteriores concepciones, se comienza a volcar el trabajo hacia la búsqueda de las masas, este proceso, ayuda a confirmar en la práctica los aciertos y a corregir las deficiencias. Sin embargo, ya la diferenciación de ambas tendencias se refleja en la práctica: mientras el esfuerzo de unos sectores del ERP se enfila hacia la búsqueda de las masas para impulsar la construcción de un Partido estrechamente ligado al pueblo a través de métodos y principios leninistas de conducción política revolucionaria; otros sectores de la organización buscan en la masa el apoyo de sus tendencias militaristas y ven el trabajo político en función de lo militar, profundizándose más la desviación militarista.
La irrupción del trabajo de masas en el seno de la organización, agudiza las contradicciones internas y hace estallar en todos los niveles la lucha ideológica para la cual, hemos señalado, no existían condiciones objetivas ni subjetivas que permitieran su adecuada canalización.
Por el carácter federado que privaba en la organización, este aprendizaje con las masas se desarrolló en forma desigual, evidenciando las posiciones que despreciaban el trabajo de masas y continuaban haciendo énfasis exclusivo en las tareas militares, despreciando también la necesidad de elaboración teórica de la
concepción militar y profundizando el simple activismo, el guerrillerismo, pretendiendo incorporar a las masas a la vía armada a través de un proceso anti-dialéctico en que el pueblo, sin problemas, pasaría de sus condiciones de pasividad, neutralización y concepciones reformistas y revisionistas, a empuñar las armas y a asaltar el poder político arrebatándoselo a la burguesía. Desde esta concepción, cualquier coyuntura de agudización de la lucha de clases era propicia para el asalto armado de las masas conducidas por el ERP, hacia la toma del poder.
Este es también el momento en que aflora el profundo odio de la camarilla contra el Bloque Socialista, despreciando los frutos de la experiencia revolucionaria internacional, echan lodo sobre la revolución cubana y la revolución rusa, califican a la Unión Soviética de social-imperialismo y al estado cubano como satélite de aquella, impulsando la campaña contra el revisionismo internacional visualizado como enemigo irreconciliable de los movimientos revolucionarios y de liberación latinoamericanos y africanos. Inclinándose por otro lado y en forma servil a la tendencia "maoísta" que ellos santifican corno "la única experiencia y ejemplo revolucionarios en el mundo y la historia".
La dispersión ideológica se profundiza en el seno del ERP al nacer en este período, múltiples organismos de propaganda que eran elaborados en forma sectorizada y federativa, así surgen las publicaciones: "BANDERA ROJA", "DESPERTAR CAMPESINO", "TRINCHERA JUVENIL", "EL ARTILLERO" y "PENSAMIENTO PROLETARIO", desde las cuales y según el sector de la federación correspondiente, se planteaban las concepciones que privaban en cada lugar, desorientando y confundiendo a la militancia y a las masas que tenían acceso a tales publicaciones.
Las relaciones base-dirigencia se terminan de deteriorar cuando se tratan de impulsar los lineamientos tácticos para desarrollar el trabajo entre las masas. A nivel de Dirección se evidencia ya en forma clara el grupo que se preocupa seriamente por los múltiples y complejos problemas de la relación Vanguardia - Masa, mientras otro grupo, por sus concepciones desviadas y su asilamiento* del trabajo de masas, se desinteresa de problemas a los cuales no da ninguna importancia y los cuales no entiende por no constituir su práctica cercana.
Lo anterior evidencia que, a nivel de Dirección, había también un desarrollo desigual bastante pronunciado, quienes se habían empeñado en mantener las viejas concepciones y los errores de origen, quedaban rezagados y no podían ya mantenerse a la cabeza de la organización en el plano objetivo, aunque formalmente estuvieran ahí parasitando e incrustados burocráticamente en el seno de la Dirección por meras razones históricas y sin ningún argumento o razón política que diera fundamento al ejercicio de un cargo de Dirección. Si fue posible que conservaran tal función, fue porque la Dirección se había burocratizado y estaba desligada de las bases, la fuerza de la costumbre y los resabios liberales de la procedencia de clase de todos sus elementos, pesaba para impedir el cuestionamiento de los "intocables" dirigentes; nadie se atrevía a cuestionar el "papel histórico" que cada uno cumplía, y el liberalismo establecía lazos superficiales de unificación, que ya no tenían ninguna base ideológico-política consecuente con las necesidades de Dirección de una organización que pretendía convertirse en Vanguardia de la clase.
El colectivo de Dirección no existía en sus dimensiones reales, su estilo de reuniones era la de un grupo que llegaba a escuchar aportes individuales y donde la decisión de aplicarlos o no al trabajo concreto, quedaba al arbitrio individual; de es-
ta manera se impedía la transmisión hacia abajo de las ideas de otros sectores, así como la comprobación práctica de las diferentes experiencias y la tarea de síntesis y unificación en el nivel superior. Frente a este estancamiento de la Dirección, se propuso la ampliación de la misma, con el objetivo de llevar a su seno representantes de los sectores obreros y campesinos ya desarrollados. Fue cerrada y terca la oposición que a este proceso de apertura y ampliación de la Dirección manifestaron los militaristas, alegando los más diversos argumentos, desde sostener que llevar obreros por llevarlos a la Dirección Nacional, era caer en el "obrerismo", pasando por alegar que no había en la organización ningún obrero o campesino "suficientemente capacitado" para .asumir tareas de Dirección; hasta querer "demostrar" que los miembros de la Dirección tradicional del ERP, si bien tenían origen pequeño-burgués, estaban ya garantizados por un proceso de "proletarización científica" que se hacía descansar en criterios tales como el de ser "profesionales", de "haber combatido militarmente", etc. etc. En lo concreto, quienes estaban ligados desde sus bases con el amplio trabajo de masas, venían asumiendo la dirección política de la organización; mientras los otros se iban arrinconando en el quehacer militar, lo que iba replegándolos y dejándolos en una situación cada vez más evidente de burocracia y oportunismo.
Esta situación en el seno de la Dirección Nacional se volvía insostenible, más temprano que tarde, haría crisis y los elementos rezagados, que mantenían concepciones ya superadas iban a ser depurados por la lucha ideológica y la rectificación de estilos de trabajo que venían subiendo de las bases y los cuadros intermedios ya ligados al trabajo de masas.
Ante la amenaza de perder sus puestos de dirección, la desviación de los elementos militaristas, practicistas* y coyunturalistas* se profundiza y pretenden asumir para sí mismos la conducción política del trabajo de masas que ya no tienen en el seno de la Dirección.
El más grave error del grupo de dirección que sostenía posiciones políticas consecuentes, fue en aquel momento el no medir la profundidad de la desviación militarista y en su incapacidad para impulsar enérgicamente un proceso de crítica y auto-crítica de la Dirección Nacional, apoyado en las bases, abriendo la discusión ideológica con suficiente anticipación, antes de que las contradicciones a nivel de la Dirección llegaran a ser insuperables.
La tradición burocrática, la no costumbre de trabajar estrechamente ligado a las bases como miembros de Dirección, y el liberalismo que impedía el juzgamiento de las concepciones y los comportamientos personales, posibilitó más adelante la maniobra y el desconcierto de la militancia, frente a una lucha ideológica que para las bases estallaba sin antecedentes, como una tormenta en cielo sereno.
Ese desbordamiento provocó el desconcierto, las dudas, las inquietudes y la desconfianza respecto a una Dirección a la que se había santificado y de la cual se tenía la idea de solidez y cohesión y que ahora se presentaba profundamente dividida y en total proceso de descomposición. Dentro de este marco, la deshonestidad y las maniobras encontraron el campo propicio que necesitaban para sorprender la buena fe de muchos compañeros, y los desenlaces posteriores de esta furiosa lucha ideológica interna, han constituido uno de las más duros ejemplos y dolorosas experiencias para los revolucionarios salvadoreños y centroamericanos.
III- LA DIVISIÓN ERP - RN Y LOS ASESINATOS
(Finales 74 - Principios 75)
III-1) LA DIVERGENCIA DE CONCEPCIÓN Y APLICACION TACTICA:
El año de 1974, significó para el ERP, el afinamiento casi definitivo de su Concepción Estratégica y su Línea Política. A nivel teórico declarativo, todos parecíamos coincidir en que las tareas estratégicas para la organización se centraban por un lado, en construir el Partido de Vanguardia y buscar las formas y métodos de ligarlo a la masa para asumir la conducción de la lucha popular y orientarla por los cauces revolucionarios; y por otro lado, en construir el ejército revolucionario del pueblo, buscando asimismo afinar la concepción militar a través de la cual y bajo la conducción del Partido, fuera posible incorporar a las masas a la vía armada hacia la toma del poder.
En la aplicación de los lineamientos tácticos para perseguir estos objetivos, surgieron las divergencias: el grupo de la camarilla militarista comienza en la práctica a negar el Partido, a negar la necesidad de ligarnos a la masa a través de diversos niveles de lucha y de conciencia, a negar el predominio de lo político sobre lo militar; y en la práctica, impulsan todo lo contrario a la concepción y a la línea: proponen no "entretenernos" en la construcción del Partido y poner todo el énfasis en la construcción del ejército, alegando que la coyuntura previsible inmediata es un desenlace insurreccional inminente donde lo militar es la tarea política fundamental de una organización revolucionaria; afirman que "el auge de las masas" barrerá de un plumazo con toda otra forma de lucha que no sea la militar y que por lo tanto trabajar por Conducir* y orientar a las masas desde sus diversas formas de lucha, es rezagarse y marchar a la cola del proceso.
Estas tesis chocan frontalmente en lo teórico y en lo práctico, con la concepción de desarrollar un intenso y amplio trabajo político tanto interno como de proyección hacia las masas. En relación a la construcción del Partido, considerábamos que era preciso un proceso de unificación de la izquierda y un proceso de maduración y de fogueo de los sectores trabajadores en la lucha de masas que comenzaba a reactivarse en el país; En relación al ejército, reconocíamos la gran deficiencia de no contar con una concepción militar que respondiendo a la concepción política, permitiera estructurar un trabajo de organización militar que fuera incorporando a las masas a la lucha armada.
El mes de enero de 1975, transcurre para la Dirección Nacional en un profundo proceso de lucha ideológica donde las posiciones militaristas no presentan argumentos ideológicos ni políticos de suficiente solidez y se sostienen a base de declaraciones cada vez más radicales, aventureras y voluntaristas.
Se plantea entonces un "impasse" a nivel de Dirección, en el seno de la cual las posiciones contrapuestas no encuentran forma de llegar a la síntesis de unificación, decidiéndose entonces bajar a las bases en consulta y discusión de la concepción y la línea, a fin de decidir por los mecanismos del centralismo democrático según el concenso* (*asi en el original) de la mayoría de la organización. Esta decisión se toma a mediados de febrero del 75 y coincide con una de las maniobras más hábiles de la camarilla: la presión por que el Mando Central se convierta en Estado Mayor, alegando razones de división del trabajo, esta situación permitió a la camarilla refugiar
se en el Estado Mayor, a pesar de que en el acuerde de su constitución, se afirmaba que seguía siendo un organismo ejecutivo de la actividad militar, sometido a la Dirección Política y que tenía como primera tarea la elaboración de la concepción militar basándose en la concecion* política, la camarilla utilizo sus nombramientos para preparar todas las maniobras, arbitrariedades e injusticias que enlodaron para siempre el nombre del ERP.
III-2) GESTACIÓN DE LA CAMARILLA E IMPULSO DE SUS MANIOBRAS:
(Febrero a Marzo del 75)
Es evidente que durante todo este proceso de lucha ideológica intensa a nivel de la Dirección Nacional, los elementos militaristas débiles en lo ideológico y en lo político, comienzan a impulsar diversas maniobras que les permitan impedir, mediatizar o sustituir los mecanismos de lucha ideológica.
Aprovechando la situación de la estructura militar en la cual se han refugiado, comienzan un proceso paralelo a la lucha ideológica que se daba en las bases políticas, convocan militarmente a multitud de cuadros, los mantienen concentrados alegando actividades militares impostergables, impidiendo con ello la asistencia a la vida política de los núcleos en los cuales va a impulsarse la lucha ideológica
Sabiendo que la misma concepción militar estaba en cuestionamiento y que su primera tarea a nivel del Estado Mayor consistía en presentar a plazo fijo un documento sobre la concepción militar a fin de que fuera discutido y aprobado por la militancia de la organización en el seno de su estructura política, toman una serie de medidas aceleradas en relación a "preparar las condiciones de la insurrección" y van militarizando cuanto pueden a su alrededor.
Socavan las bases políticas impulsando campañas de desprestigio personal de dirigentes que no comulgan con sus ideas, "reclutan" con criterios policiacos a miembros de base a los cuales les encargan tareas de "vigilancia política" contra sus propios compañeros y responsables de célula; mantienen y crean redes de verdaderos "orejas" en el seno de la organización que les informan sobre las opiniones y criterios que se vierten en la lucha ideológica, lanzan asimismo una intensa campaña contra el "revisionismo interno" identificando esa desviación con la posiciones políticas que buscan el acercamiento a las masas y la combinación de todas las formas de lucha útiles al proceso revolucionario.
Este proceso de maniobras y medidas no-revolucionarias, los va llevando necesariamente a definirse come una camarilla que constituye un doble poder y que se refugia en el "Estado Mayor" del ERP, desde el cual comienza a funcionar en forma paralela a la Dirección Nacional.
A pesar de todas sus maiobras* y esfuerzos, la discusión se les vuelve insostenible, sus argumentos políticos no tienen la solidez capaz de "*convencer a los sectores más politizados y por el contrario, los argumentos de la otra tendencia van ganando terreno y no pueden ser rebatidos por las bases que ellos conducen ni por ellos mismos; la estrecha apertura que se han visto obligados a permitir, comienza a ponerlos en evidencia frente a su misma base, comienza a generar cuestionamiento y amenaza con derrotarlos a pesar de todos sus esfuerzos y maniobras.
A nivel de la Dirección, se ha suspendido la lucha ideológica, con la negativa rotunda de la camarilla de permitir que la Dirección, en un último esfuerzo de cumplir con sus funciones, elabore seriamente y por escrito un documento en el cual se plasmen responsablemente las dos concepciones y que sea la base de la lucha ideológica que oriente la discusión de la militancia. A pesar de ello, se elaboran documentos cuya discusión sacude a la militancia, esto los obliga a a* deslizarse más y más por la pendiente de la maniobra, la calumnia y la deshonestidad.
Incapaces de reconocer su derrota ideológico-política, cegados por la desesperación del inalcanzable triunfo de sus posiciones a través de un proceso correcto de lucha ideológica, y trasladando la imagen de su propia situación al resto de la organización, van creyendo que, de la misma forma en que en sus sectores la camarilla es la única que entiende, comparte y defiende su "concepción" a través de un método de sometimiento militar de las bases en relación a dicha concepción, "tiene" que existir en los otros sectores de la organización, un núcleo o cabeza pensante que sea la fuente de la concepción que se les opone; de esta aberración no es nada difícil pasar a pensar en la solución de "neutralizar" esa cabeza para que el resto de la organización, a la que consideran incapaz, no consciente y "na nejada"* (*asi en el original) por el seguidismo (como ellos manejan a su base) se sienta débil y sea permeable a sus imposiciones.
Este papel de "cabeza pensante y gestor de la concepción" se lo adjudicanal compañero Roque Dalton, en quien consideran tener su "máximo adversario", como el único "capaz" por sus cualidades teóricas, de ser la fuente y sostén de la concepción.
Grave error de apreciación de la camarilla militarista, que aislada del desarrollo político de amplios sectores de la organización, no fueron capaces de comprender que si bien el compañero Roque Dalton, compartía y defendía esa concepción, no había jugado en su gestión, desarrollo y defensa, el papel fundamental y decisivo que en sus mentes desviadas le querían adjudicar. Total incomprensión del proceso de elaboración y maduración de una línea y una concepción que por su envergadura no podía provenir de un individuo, sino que constituía la síntesis del esfuerzo elaborativo*, la experiencia práctica procesada y el aporte de muchos colectivos de la organización ligados al trabajo de masas.
III-3) EL PLAN DE ASALTAR EL PODER POLÍTICO INTERNO:
(Abril del 75)
Con la idea preconcebida de "deshacerse" (políticamente por el momento) del compañero Roque Dalton, corno un paso que les permitiría avanzar en sus posiciones, planifican aceleradamente maniobras de provocación constantes, tendientes a propiciar una oportunidad de eliminarle de las discusiones, y de paso, que diera lugar al impulso de otra maniobra: la de involucrar a algunos miembros de la Dirección Nacional, en el "complot" que habrían de adjudicarle contra el Estado Mayor del ERP.
Este plan se pone en marcha a través de intentos de neutralizar una serie de cuadros intermedios, impulsando acusaciones y campañas de desprestigio personal contra los responsables políticos, en forma descarada y de provocación arrogante. Así mismo se intensifica la militarización acelerada de la militancia, a través de convocatorias constantes al activismo militar de acciones espectaculares y de gran envergadura.
Cierran la llegada a sus bases de los miembros de Dirección Nacional que tienen posiciones contrarias a las suyas y presionan intensamente por "visitar" al resto de sectores que no han caminado bajo su conducción directa. Alegando razones de fuerza mayor y necesidad por el volumen de las actividades militares planificadas, concentran en sus manos todos los recursos económicos y militares de la organización.
Lanzan la tesis insurreccional corto-placista* y blanquista pretendiendo centrar la lucha ideológica en torna a decir "si" ó "no" a dicha tesis, negando rotundamente la necesidad de la discusión a nivel de la concepción estratégica, con el argumento de que ello indica tendencias intelectualizantes* desviadas de la práctica concreta; y de paso, utilizando la aceptación o rechazo a sus tesis insurreccionales como un termómetro para "medir" el grado de decisión o vacilación de la militancia.
Elevan a la calidad suficiente y necesaria para ser miembro de "Vanguardia", la exclusiva participación en combates militares y el hecho formal de ser profesionales en el seno de la organización. Convierten la tesis de construir el partido de Vanguardia de la clase, en la de construir el "Partido de la insurrección" caracterizándose dicho "partido" por ser un partido en guerra en el cual predomina lo militar sobre lo político.
13 de Abril: Se provoca una situación en la que el compañero "PANCHO" es forzado a un comportamiento que la camarilla juzga de "rebeldía militar" y es capturado de inmediato en forma violenta y grosera. Dos horas después, es capturado el compañero Roque Dalton, acusado de haber incitado a "Pancho" a observar la actitud de rebeldía; así mismo, se decreta el arresto para los miembros de Dirección Nacional que ocasionalmente se encontraban presentes al momento de las capturas y en menos de 24 horas se procede al "Consejo de Guerra" contra los compañeros.
Momentos antes de realizarse el "Consejo de Guerra" el cual estará a cargo de la camarilla que ha efectuado la provocación, los arrestos y va a montar la farsa erigiéndose como jueces y partes todopoderosos de la situación, el resto de miembros de la Dirección Nacional exigimos una reunión de emergencia con el objeto de impedir los irracionales sucesos que se avecinaban. En dicha reunión, uno de los miembros de la camarilla se autonombra "jefe político de la organización", niega a la Dirección Nacional reunida en pleno, su capacidad y autoridad para impedirle al Estado Mayor la realización de un Consejo de Guerra; niega a la Dirección Nacional su derecho de apelar a las bases en defensa de los compañeros y lanza amenazas directas de muerte contra los miembros de Dirección Nacional que pretenden en cualquier forma oponerse a lo acordado por el Estado Mayor.
14 de Abril: El "Consejo de Guerra" se lleva a cabo y en él, miembros de la camarilla acusan a Roque Dalton como instigador de la conducta "en rebeldía" de Pancho y como complotador contra el Estado Mayor, pidiendo su ajusticiamiento inmediato. La defensa es llevada por un miembro de la Dirección Nacional y consigue que el Estado Mayor, constituido en tribunal por auto-nombramiento, decida resolver penas de arresto contra los compañeros acusados.
Creímos entonces de buena fe, que el peligro más grave había pasado y que la camarilla respetaría sus propios acuerdos en relación a los compañeros juzgados, considerando que el problema interno en el seno del ejército, no debería de incidir en el proceso de lucha ideológica que estaba pendiente en las bases de la organización. Sin embargo, la camarilla se sabía ya incapaz de permitir y sostener tal proceso hasta sus últimas consecuencias sin salir derrotados.
16 de Abril: Se emite un boletín del Estado Mayor en que informa de las capturas, el "Consejo de Guerra" y las penas de arresto decretadas contra los compañeros. En la misma fecha, un sector de la organización denuncia las maniobras de un miembro del Estado Mayor que ha pretendido personalmente desconocer a la Dirección Nacional y asumir la conducción política del sector, solicitando que se le destituya por su actitud.
17 de Abril: Se realiza la última reunión de Dirección Nacional del viejo ERP en la cual la camarilla toma por asalto el poder político disolviendo el organismo de Dirección bajo el pretexto de que algunos miembros de ella formaban parte de una fracción oportunista de derecha jefeada* supuestamente por Roque Dalton, y argumentándose que la camarilla y sus bases constituían la "mayoría política" de la organización. Dan por terminada la lucha ideológica decretando el triunfo de sus posiciones y abriendo un nuevo proceso de sometimiento en relación a los sectores que les son adversos.
A partir de ese día la discusión política se suspende en el seno de las bases por ellos conducidas y en el resto de la organización pretenden someter bajo amenazas de expulsiones, destierros y ajusticiamientos, toda oposición y divergencia con la "línea" de la "mayoría política".
20 de Abril: En un esfuerzo por no romper la unidad orgánica del ERP, los sectores que ahora constituimos la Resistencia Nacional, hacemos un llamado a todas las bases de la organización para celebrar un Congreso o evento en que se defina en forma total la línea y la concepción estratégica. Este documento ni siquiera es dado a conocer a la militancia por parte de la camarilla la cual pasa a una nueva fase de maniobras: revelan internamente la identidad del compañero Roque Dalton (que en el seno de la organización era conocido por "Julio Delfos Marín") señalándolo como un revisionista de derecha y agente pro-cubano infiltrado en el ERP. No logrando que esta acusación impacte a la militancia y la incline a su favor, en días posteriores lanzan su cobarde acusación de ser un agente de la CIA, motivo por el cual, la organización entra en "emergencia militar", el "ejército" asume la dirección total de la organización a través de su "estado mayor" para "salvar" al partido. Decretando que en tales condiciones no es posible abrir ni la lucha ideológica m mucho menos un evento como el Congreso, mientras el "ejército" no garantice la total depuración de la infiltración realizada, según ellos, por el compañero Roque Dalton.
1o. de Mayo: Es en estas circunstancias que los responsables políticos de lo que ahora constituye la Resistencia Nacional, en consulta total con nuestras bases, realizamos una reunión de emergencia y acordamos la separación orgánica de la camarilla militarista que habiendo irrespetado todo principio leninista de conducción, todo principio revolucionario, carecía de solvencia moral y revolucionaria para continuar en cargos de dirección en el seno de nuestra organización. El documento de separación también es ocultado a las bases y la camarilla asume bajo su personal responsabilidad todos los hechos que se suceden posteriormente.
8 de Mayo: La respuesta ciega e irracional de la camarilla militarista enquistada en el seno del ERP, fue la de asesinar sin ninguna consideración a los miembros de la Resistencia Nacional. En esta fecha, se prepararon tres atentados criminales, todos los cuales a pesar de la zaña* con que son impulsados, resultan fallidos y no les permiten consumar sus criminales planes contra miembros de la Resistencia Nacional.
9 de Mayo: Apresuradamente y para justificar sus acciones criminales del día anterior, elaboran un "comunicado" firmado por el Estado Mayor en el cual condenan a la muerte o al exilio a todos los que consideran responsables políticos de la Resistencia Nacional.
10 de Mayo: Impotentes y rabiosos por la frustración de los asesinatos que pensaban cometer en miembros de la Resistencia Nacional, ceban su furia contra los compañeros capturados y asesinan irresponsablemente a "PANCHO" y ROQUE DALTON.
El compañero PANCHO, fue uno de los más altos exponentes de su clase, obrero industrial, con larga trayectoria combativa, iniciador del proceso de lucha armada en nuestro país, uno de los más valientes y bravos combatientes de la guerrilla salvadoreña, que por su decidida participación en innumerables acciones armadas, había alcanzado en el seno de las filas revolucionarias el grado de sub-oficial, Jefe de Escuadra y Primer Instructor Militar técnico y táctico de nuestras fuerzas armadas.
El compañero ROQUE DALTON GARCIA, se distinguió políticamente desde 1960 en las luchas populares, contra el régimen de Lernus del cual fue uno de los más fuertes adversarios. Siendo miembro del Partido Comunista Salvadoreño (PCS) inició su indetenible trayectoria como poeta e intelectual de izquierda alcanzando renombre internacional. Exiliado por el régimen, vivió en Praga, donde fue miembro de la Plana de Redacción de la Revista Internacional Comunista. Posteriormente radicó en Cuba donde trabajó en Casa de las Américas hasta su incorporación a la guerrilla salvadoreña, donde rindió militancia con grado de soldado combatiente y como miembro de una Célula de Vanguardia (del Partido en formación) del ERP, hasta su cobarde asesinato.
16 de Mayo; En un acto de desesperación y de ceguera política que ha recibido el total repudio de la conciencia revolucionaria nacional e internacional y la condena de la historia, se hunden para siempre en el abismo de la ignominia al declarar públicamente ser los autores del asesinato de Roque Dalton, sobre cuya memoria pretenden lanzar el lodo de la calumnia y de la infamia.
Frente a la inminencia de enfrenamientos armados entre R.N. y E.R.P. a causa de las cRIMinales* (*asi en el original) provocaciones de la camarilla militarista empeñada en continuar su baño de sangre revolucionaría, las FUERZAS POPULARES DE LIBERAC1ON (F.P.L.) "FARABUNDO MARTI", asumen el histórico papel de intermediarios, exigiendo a nombre del proceso revolucionario, el cese de hostilidades y el mutuo respeto a la integridad física y a la vida política independiente de ambas organizaciones.
A partir de ese momento, el proceso se vuelve irreversible, la RESISTENCIA NACIONAL camina para siempre desligada de la camarilla militarista, y el tiempo transcurrido ha venido a demostrar ante el pueblo y la conciencia proletaria, los alcances de la profunda desviación militarista que hegemonizó en el seno del ERP.
IV - LECCIONES PARA EL PROCESO.
Para quienes hayan leído con algún detenimiento lo descrito hasta el momento en estas páginas, resultara posible comprender que, los hechos que condujeron a la división del ERP y al asesinato de dos revolucionarios, forman parte de un proceso cuyos rasgos esenciales yacen dispersos a lo largo de nuestra exposición. Creemos que es necesario hacer una breve síntesis de los elementos más importantes.
1) El ERP surge en 1972, como una negación orgánico-política del PCS, este radical rechazo de todo lo que se relaciona con "el partido" sentó las bases de una desviación inicial de tipo guerrillerista y militarista que determino el desarrollo posterior del ERP.
2) La línea política, estructura orgánica y metodología de trabajo iniciales (72-74) se configuraron impulsadas por una concepción alejada del trabajo de las masas y sus luchas; esto permitió la entronización y burocratización de una Dirección Nacional que si bien en sus inicios jugo un papel histórico fundamental, posteriormente se convirtió en un obstáculo para los avances de conjunto.
En la medida en que la organización fue superando sus concepciones iniciales y consolidando su vinculación con las masas (la clase obrera en particular), parte de esa Dirección Nacional fue quedando histórica y políticamente desfasada y al no ser renovada por medio de la aplicación de los principios leninistas de organización (especialmente el Centralismo Democrático) propició en su seno el germen de la camarilla militarista.
3) Este desfase de una parte de la Dirección en cuanto a los avances ideológico-políticos de la organización en su conjunto, fue la condición básica concreta que determino la gestación de dos tendencias opuestas (militarismo versus línea de masas) que al desarrollarse desembocan en dos posiciones antagónicas que terminan por fraccionar la organización. La no unificación política de la Dirección Nacional y la falta de tradición de lucha ideológica y uso de mecanismos adecuados para resolver las contradicciones internas, determinaron la eventual división de una organización política.
4) Una organización revolucionaria debe centrar sus esfuerzos de desarrollo político interno, más que en el crecimiento orgánico cuantitativo; en el desarrollo de una Escuela de Formación revolucionaria que dote a la organización de la metodología adecuada para la correcta y efectiva transmisión de la línea política (elaborada en base a una estrategia y táctica adecuadas) entre los diferentes niveles de la organización.
En este sentido, la experiencia del ERP es bastante ejemplificante*, puesto que fue precisamente la falta de tradición interna en la discusión y elaboración colectiva de la línea, lo que dio al traste con los intentos de lucha ideológica desarrollados en el seno de la organización entre enero y abril del 75. Cabe señalar que esta carencia de tradición de lucha ideológica, ha sido una de las tristes herencias del Partido Comunista Salvadoreño que nunca supo impulsarla en su seno.
5) En una organización revolucionaria con estructura partidaria (ya formada o en proceso de formación) pueden y deben coexistir las tendencias ideológico políticas que posibiliten el correcto desarrollo de la lucha ideológica para hacer avanzar a la organización en sus concepciones, siempre y cuando se cumplan dos requisitos mimimos:
a) Que las tendencias se den en torno a una línea política única y plenamente aceptada por todas las tendencias en sus elementos básicos y fundamentales (objetives estratégicos, caracterización del período, vía para la toma del poder, y Táctica General).
b) Que la elaboración de la línea política sea un proceso continuo en el que bases y Dirección participen (en forma dialéctica y según los principio del centralismo democrático) en la depuración y adecuación táctica de la misma.
A este respecto, si se analiza con más detenimiento las páginas de este
folleto en donde se describe el período 73-75 del ERP, se verá que fue
precisamente el incumplimiento de estos principios básicos lo que
permitió que una de las tendencias (la de la camarilla militarista)
se transformara en fracción y precipitara la división de la organización.
V - DAÑOS CAUSADOS AL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO.
Nuestro balance incluye, auto-críticamente, los daños que se han causado al movimiento revolucionario salvadoreño; en esto reconocemos la responsabilidad de la Resistencia Nacional, no pretendemos eludirla. Sabemos que gran parte de la responsabilidad recae sobre quienes estando en los niveles de Dirección del antiguo ERP, no supimos ubicarnos en el contexto general de la lucha ideológica que se desarrollaba; pero, y aunque esto no es una justificación, también debemos decir que no podíamos hacerlo con la claridad que ahora nos ofrece la visión retrospectiva.
Porque ya ha trascendido que la principal fuente de las divisiones (y en última instancia de la dispersión ideológica) de la izquierda en nuestro país lo ha sido el ERP; de su seno se han desprendido importantes sectores que han venido a complicar el panorama de la izquierda revolucionaria en el país. En esto*, sin embargo, no somos los únicos responsables; en realidad, ha sido quizás el origen pequeño-burgués de las
divisiones y fragmentaciones en el seno del ERP, el que se ha enmarcado en los grandes procesos de reagrupación de las fuerzas populares en las principales coyunturas que marcan el desarrollo del proceso revolucionario. Y esto es propio de la vida de un Partido, y más de un Partido en formación.
La intensidad de la lucha ideológica en el seno de nuestra organización, no marcaba sino la misiva intensidad de la búsqueda de la vía correcta para la revolución; que esto es así, lo demuestra que el largo y doloroso proceso de las depuraciones condujo a la consolidación de la línea militarista, aventurera y blanquista del actual ERP, Y este es un alto precio, es un gran daño para el movimiento proletario, en cuya gestación reconocemos nuestra parte de culpabilidad.
La consolidación del aventurerismo del ERP, ha servido, en realidad, a las más oscuras fuerzas contra-revolucionarias. Nadie más que ellos han sacado el máximo provecho de la situación. El proletariado salvadoreño ha tenido que pagar por la consolidación de una tendencia blanquista, el elevado precio del terror que las clases dominantes han lanzado pretendiendo confundir en un mismo saco la sanguinaria desviación del ERP y la "izquierda" en general. Y así, cada acto del ERP, cada acción aventurera e irresponsable de esa tendencia es aprovechada por el enemigo para consolidar al ejército burgués, para aglutinar a la tropa, para emprender campanas de terror entre los elementos avanzados del pueblo, y para justificar los actos más arbitrarios y despiadados en contra de las masas trabajadoras.
Esto ha significado la desmoralización de elementos avanzados de las luchas populares que, incapaces de ver la situación en su conjunto y de ubicar a la tendencia blanquista del ERP en su contexto, se asquean y abandonan la lucha, dejando el campo abierto a la desmovilización de amplios sectores populares que, confundidos, no aciertan a encontrar el camino de la lucha revolucionaria. Y este es otro precio alto que el movimiento popular ha tenido que pagar.
Pero quizás el peor daño de todos ha sido el de la subsistencia de la tendencia rnisma; el aventurerismo del ERP, que cabalga sobre el cínico engaño a sus bases y la explotación de su honestidad y poco desarrollo político, ha sentado el precedente nefasto del asesinato como medio de zanjar la lucha ideológica, segando así vidas que podrían ser valiosas para el movimiento popular. Por eso, y por la existencia misma de la irresponsabilidad y el aventurerismo organizados, que de seudo-revolucionarios han pasado al papel de provocadores contra-revolucionarios, el movimiento proletario salvadoreño todavía tiene una inmensa tarea que cumplir para aislar dicha tendencia, y neutralizar sus nefastas influencias, si quiere hacer menos doloroso el paso al socialismo.
Pero los elementos mínimos ya están dados. El proceso revolucionario avanza incontenible, y los errores están pasando al archivo del proceso; el hecho mismo de que comencemos a tocarlos y analizarlos, sin temor a reavivar las llagas, es una prueba de que estamos madurando y de que, en última instancia, el pueblo mismo sale ganando. Pues los pueblos solo se plantean los problemas cuando ya están en capacidad de resolverlos.
La izquierda revolucionaria que consecuente y responsablemente quiera asumir el papel histórico de conducir las luchas populares en el proceso de su liberación, debe comprender que ha llegado la hora de impulsar seriamente un sostenido proceso de unificación de las filas revolucionarias, que así consolidadas puedan marchar hacia el triunfo de sus objetivos.
El proletariado avanzado por su parte, debe exigir de sus organizaciones político-militares la realización de este proceso de unificación, madurando así las condiciones para que surja en el proceso la Vanguardia de la clase, y la lucha revolucionaria cuente con una dirección capaz de conducirla a la conquista del poder político, la derrota del enemigo de clase y la construcción del socialismo.
LUCHA ARMADA HOY, SOCIALISMO MAÑANA!!!!!
DIRECCIÓN NACIONAL DE LA R.N.
COMISIÓN MILITAR DE LAS F.A.R.N.
(marzo*-abril* de 1976) (*Asi en el original)
REFLEXIONES POLITICAS
Y TODAVIA HAY QUIENES
DICEN :
YO SOY DEL FMLN...
YO SOY DEL ERP - PRS...
YO SOY DE LA RN- FARN...
Los Pequeñosburgueses Son Corruptos
Hacen sus Propios Documentos
Comunicados y Libros los Acomodan
Tergiversando Los Hechos La Historia
Y ademas ponen sus Interpretaciones
Anti Marxistas y Anti Leninistas
Por Esto Tenemos que Luchar :
Tergiversando Los Hechos La Historia
Y ademas ponen sus Interpretaciones
Anti Marxistas y Anti Leninistas
Por Esto Tenemos que Luchar :
CONTRA LA FALSEDAD
POLITICA IDEOLOGICA
DE LOS FALSOS REVOLUCIONARIOS
DE LOS FALSOS IZQUIERDISTAS
LOS RENEGADOS ABURGUESADOS
TRAIDORES DE LA REVOLUCION
VAMOS A RESPONDERLES
CON POESIA TRES POEMAS
De Roque Dalton Garcia
Asesinado por:ERP-PRS RN-FARN FMLN
Joaquin Villalobos
Varios Gobiernos Mexico-Colombia
El Salvador
y Jorge Melendez [ Jonas ]
Asesor C.I.A.
Gobierno de El Salvador
Asesor C.I.A.
Varios Gobiernos El Salvador-Mexico
Eduardo Sancho[Ferman Cienfuegos ]
Asesor C.I.A.
Varios Gobiernos El Salvador-Mexico
Asesor C.I.A.
Varios Gobiernos El Salvador-Mexico
DECIRES
(Roque Dalton)
«El marxismo-leninismo es una piedra
para romperle la cabeza al imperialismo
y a la burguesía.»
«No. El marxismo-leninismo es la goma elástica
con que se arroja esa piedra.»
«No, no. El marxismo-leninismo es la idea
que mueve el brazo
que a su vez acciona la goma elástica
de la honda que arroja esa piedra.»
«El marxismo-leninismo es la espada
para cortar las manos del imperialismo.»
«Qué va! El marxismo-leninismo es la teoría
de hacerle la manicure al imperialismo
mientras se busca la oportunidad de amarrarle las manos.»
¿Qué voy a hacer si me he pasado la vida
leyendo el marxismo-leninismo
y al crecer olvidé
que tengo los bolsillos llenos de piedras
y una honda en el bolsillo de atrás
y que muy bien me podría conseguir una espada
y que no soportaría estar cinco minutos
en un Salón de Belleza?
La pequeña burguesía
( ROQUE DALTON )
Los que
en el mejor de los casos
quieren hacer la revolución
para la historia, para la lógica,
para la ciencia y la naturaleza,
para los libros del próximo año o el futuro,
para ganar la discusión o incluso
para salir por fin en los diarios
y no simplemente
para eliminar el hambre
de los que tienen hambre,
para eliminar la explotación de los explotados.
Es natural entonces
que en la práctica revolucionaria
cedan solo ante el juicio de la historia
de la moral, de la lógica y las ciencias,
los libros, los periódicos
y se nieguen a conceder la palabra
a los hambrientos, a los explotados
que tienen su propia historia de horror,
su propia lógica implacable
y tendrán sus propios libros
su propia ciencia,
naturaleza
y futuro.
en el mejor de los casos
quieren hacer la revolución
para la historia, para la lógica,
para la ciencia y la naturaleza,
para los libros del próximo año o el futuro,
para ganar la discusión o incluso
para salir por fin en los diarios
y no simplemente
para eliminar el hambre
de los que tienen hambre,
para eliminar la explotación de los explotados.
Es natural entonces
que en la práctica revolucionaria
cedan solo ante el juicio de la historia
de la moral, de la lógica y las ciencias,
los libros, los periódicos
y se nieguen a conceder la palabra
a los hambrientos, a los explotados
que tienen su propia historia de horror,
su propia lógica implacable
y tendrán sus propios libros
su propia ciencia,
naturaleza
y futuro.
LA GRAN BURGUESÍA
(Roque Dalton)
Los que producen el aguardiente
y luego dicen que no hay que aumentar el sueldo
a los campesinos
porque todo se lo van a gastar en aguardiente.
Los que en la vida familiar
hablan exclusivamente en inglés
entre cuadros de Dubuffet y cristales de Bohemia
y fotografías tamaño natural
de yeguas traídas de Kentucky y de Viena
y nos cobran diariamente en sudor y sangre
su doloroso despertar cotidiano
en este país de indios sucios
tan lejos de New York y París.
Los que han comprendido que Cristo
si se miran bien las cosas
fue realmente el Anticristo
(por todo eso de amaos los unos a los otros
sin distinguir entre los pelados y la gente decente
y esto de los cristianos primitivos conspirando
en la complicidad de las catacumbas
y de la agitación contra el Imperio Romano
y el pez tan parecido al martillo y la hoz)
y que el verdadero Cristo nació en este siglo
y se llamó Adolfo Hitler.
Los que votan en El Salvador
por el Presidente electo de los Estados Unidos.
Los que propician la miseria y la desnutrición
que produce a los tísicos y a los ciegos
y luego construyen
hospitales tisiológicos y centros de rehabilitación de ciegos
para poderlos explotar
a pesar de la tuberculosis y la ceguera.
Los que no tienen patria ni nación aquí
sino sólo una finca
que limita al noreste con Guatemala al norte con Honduras
al sureste con el Golfo de Fonseca y Nicaragua
y al sur con el Océano Pacífico
en la cual finca los americanos han venido
a montar algunas fábricas
y en donde poco a poco han ido surgiendo
ciudades pueblos villas y cantones
llenas de brutos que trabajan
y de brutos armados hasta los dientes que no trabajan
pero mantienen en su puesto
a los brutos que trabajan.
Los que dicen a los médicos y a los abogados y a los arquitectos
y a los agrónomos y a los economistas y a los ingenieros
que quien a buen palo se arrima buena sombra lo cobija
y que hay que hacer cada año Códigos Penales más drásticos
y hoteles y casinos iguales a los de Miami
y planes quinquenales iguales a los de Puerto Rico
y operaciones civilizadoras
consistentes en eliminarles la mancha azul del culo
a los distinguidos señores y señoras
y regadíos que lleven la poquita agua de todos
exclusivamente hacia la tierra donde crece
ese buen palo que tan buena sombra da
sobre todo a quienes no están profesionalmente dispuestos
a dar vela en el entierro a tanto jediondo y a tanto descalzo.
Los que para tener libertad de prensa
y derechos constitucionales
compraron diarios y radios y plantas de TV
con todo y periodistas y locutores y camarógrafos
y compraron la constitución política con todo y
Asamblea Legislativa y Corte Suprema de Justicia.
Los que para dormir seguros
no pagan el sereno de la cuadra o del barrio
sino directamente al Estado Mayor Conjunto
de las Fuerzas Armadas.
Los que
efectivamente
tienen todo que perder.
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por el sector de “Ana María”, Salvador Sánchez Cerén.
PARA LEER EL LIBRO RENEGADO
"CON LA MIRADA EN EL SUELO "
LAS IMPOSTURAS TRINQUETERAS
PRE FABRICADAS LAS MENTIRAS
VISITAR LA PUPUSERIA
RENEGADOS DEL NOMBRE
" ANA MARIA"
ABUSANDO CONSPIRANDO...
DEL NOMBRE DE MARCIAL !
aqui abajo
http://www.fmln.org.sv/oficial/index.php
SE DAN CUENTA DEL
OPORTUNISMO
DE DERECHA A IZQUIERDA
EL FMLN DERECHISTA
SE MUEVE SEGUN
LE COMBIENE DESDE
QUE FUE CREADO ...
MIREN LO QUE SUCEDIO ESTE DIA
MIERCOLES 7 DE AGOSTO DEL 2013
- LA RADIO MAYA VISION-
PROPIEDAD PRIVADA DEL FMLN
LA SECRETARIA DE LA MEMORIA
HISTORICA DEL FMLN
RECUERDA EL LEGADO
" 95 NATALIO...
DE CAYETANO CARPIO
A SI LO DICE LOS DEL FMLN:
- MIGUEL MARMOL MILITANTE.
- GUIDO JACINTO FLORES.
PERIODISTA Y LOCUTOR
DE ESTA RADIO PRIVADA...
AQUI LAS PRUEBAS LO CUAL BIENE
A CONFIRMAR POLITICAMENTE
LO QUE CUESTIONAMOS CON
ESTE TRABAJO ESTUDIO
CONSISTENTE ANALISIS:
HACERLE UN CLIC
aqui abajo
http://www.radiomayavision.net/jsite/audio/AGO13/INFO12-070813-4.mp3
http://www.radiomayavision.net/jsite/index.php/prensa/1260-recuerdan-legado-de-cayetano-carpio
SE DAN CUENTA DEL
OPORTUNISMO
DE DERECHA A IZQUIERDA
EL FMLN DERECHISTA
SE MUEVE SEGUN
LE COMBIENE DESDE
QUE FUE CREADO ...
MIREN LO QUE SUCEDIO ESTE DIA
MIERCOLES 7 DE AGOSTO DEL 2013
- LA RADIO MAYA VISION-
PROPIEDAD PRIVADA DEL FMLN
LA SECRETARIA DE LA MEMORIA
HISTORICA DEL FMLN
RECUERDA EL LEGADO
" 95 NATALIO...
DE CAYETANO CARPIO
A SI LO DICE LOS DEL FMLN:
- MIGUEL MARMOL MILITANTE.
- GUIDO JACINTO FLORES.
PERIODISTA Y LOCUTOR
DE ESTA RADIO PRIVADA...
AQUI LAS PRUEBAS LO CUAL BIENE
A CONFIRMAR POLITICAMENTE
LO QUE CUESTIONAMOS CON
ESTE TRABAJO ESTUDIO
CONSISTENTE ANALISIS:
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RECUERDEN QUE EN MEDIO
DE LO PLASTICO
SE VEN LAS CARAS
DE ESPERANZAS
PERO NO SE DEJEN CONFUNDIR ...
BUSQUEN EL FONDO
DE LA POLEMICA
AQUI ESTAN LAS PRUEBAS
NOTORIAS BURGUESAS
DE LA FALSIFICACIONES
DE LOS IMPOSTORES DEL FMLN
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TRAS EL FRACASO DE LA "OFENSIVA FINAL" contra la Junta Revolucionaria de Gobierno (JRG), en enero de 1981, todas las fuerzas del FMLN se plantearon la necesidad de una negociación. Pero no todas la entendían de la misma manera, ni buscaban los mismos objetivos.
Había dos posiciones bien marcadas. La del sector de las FPL controlado por Salvador Cayetano Carpio, comandante “Marcial”, hablaba de sostener e incluso intensificar la guerra mientras se negociaba, como había ocurrido unos años antes en el conflicto de Estados Unidos contra Vietnam. Las pláticas, al final, sirvieron para negociar la retirada estadounidense de Vietnam del Norte, en 1973, y del Sur, en 1975. El fin era la creación de un régimen socialista, encabezado por obreros y campesinos, y apoyado por capas medias, como estudiantes, pequeños empresarios, intelectuales y sectores “progresistas”.
La otra posición, sostenida por el Partido Comunista Salvadoreño, dirigido por Schafik Handal, y seguida por las demás organizaciones, incluido el sector de “Ana María”, era más moderada. Buscaba una negociación inmediata, que podía incluir una tregua, y la formación de un gobierno de amplia participación.
Aunque todo el FMLN apoyaba esta posición, incluida una parte de las propias FPL, “Marcial” controlaba más de la mitad de todos los efectivos guerrilleros, incluidas las Unidades de Vanguardia, un pequeño ejército regular –que después de su muerte sería desarticulado– formado por los mejores combatientes, sin contar las milicias.
Desde mediados de 1982, “Marcial” había encargado a sus asesores varios estudios políticos y militares para determinar si era posible lanzar y ganar una nueva ofensiva, y si ésta podía ser sostenida solamente por las FPL. Para finales de 1982 le aseguraron que era posible bajo determinadas circunstancias. Ordenó entonces un plan, que estaría listo para los últimos días de marzo o los primeros de abril, y ya desde 1980 contaba con una plataforma de gobierno, la misma que debía instrumentarse de triunfar la ofensiva de 1981.
Según los resultados de los estudios, la ofensiva podía lanzarse entre agosto y octubre de 1983. Los preparativos incluían una serie de movimientos diplomáticos, y es probable que entre ellos estuviera la gira que realizaba en el momento del asesinato de “Ana María”.
COSAS DE SALVADOREÑOS
Pero, en diciembre de 1982, Fidel Castro convocó a una serie de reuniones en La Habana a los dirigentes del FMLN: Eduardo Sancho por la Resistencia Nacional, Joaquín Villalobos por el Ejército Revolucionario del Pueblo, Schafik Handal por el Partido Comunista y Francisco Jovel por el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos. Las FPL contaban con una doble representación: Salvador Cayetano Carpio y, por el sector de “Ana María”, Salvador Sánchez Cerén.
Además de Castro, en las reuniones estuvieron presentes por el lado cubano, entre otros, Manuel Piñeiro, encargado de América Latina; el encargado para El Salvador, de pseudónimo “Ibrahim”, y el embajador en Nicaragua, que respondía al nombre de “Martín”. Se presionaría a “Marcial” para que se sumara a la posición del resto del FMLN y se buscara una negociación desde posiciones menos “duras”. Según algunas versiones, se le obligó a firmar un documento en el cual aceptaba un compromiso.
Sin embargo, lo que se planteó a “Marcial” fue más crudo aún: la revolución salvadoreña no podía triunfar militarmente, y más bien el mensaje era que no debía hacerlo, bajo el riesgo de una invasión estadounidense a El Salvador, pero también a Nicaragua y quizá a Cuba.
Había dos posiciones bien marcadas. La del sector de las FPL controlado por Salvador Cayetano Carpio, comandante “Marcial”, hablaba de sostener e incluso intensificar la guerra mientras se negociaba, como había ocurrido unos años antes en el conflicto de Estados Unidos contra Vietnam. Las pláticas, al final, sirvieron para negociar la retirada estadounidense de Vietnam del Norte, en 1973, y del Sur, en 1975. El fin era la creación de un régimen socialista, encabezado por obreros y campesinos, y apoyado por capas medias, como estudiantes, pequeños empresarios, intelectuales y sectores “progresistas”.
La otra posición, sostenida por el Partido Comunista Salvadoreño, dirigido por Schafik Handal, y seguida por las demás organizaciones, incluido el sector de “Ana María”, era más moderada. Buscaba una negociación inmediata, que podía incluir una tregua, y la formación de un gobierno de amplia participación.
Aunque todo el FMLN apoyaba esta posición, incluida una parte de las propias FPL, “Marcial” controlaba más de la mitad de todos los efectivos guerrilleros, incluidas las Unidades de Vanguardia, un pequeño ejército regular –que después de su muerte sería desarticulado– formado por los mejores combatientes, sin contar las milicias.
Desde mediados de 1982, “Marcial” había encargado a sus asesores varios estudios políticos y militares para determinar si era posible lanzar y ganar una nueva ofensiva, y si ésta podía ser sostenida solamente por las FPL. Para finales de 1982 le aseguraron que era posible bajo determinadas circunstancias. Ordenó entonces un plan, que estaría listo para los últimos días de marzo o los primeros de abril, y ya desde 1980 contaba con una plataforma de gobierno, la misma que debía instrumentarse de triunfar la ofensiva de 1981.
Según los resultados de los estudios, la ofensiva podía lanzarse entre agosto y octubre de 1983. Los preparativos incluían una serie de movimientos diplomáticos, y es probable que entre ellos estuviera la gira que realizaba en el momento del asesinato de “Ana María”.
COSAS DE SALVADOREÑOS
Pero, en diciembre de 1982, Fidel Castro convocó a una serie de reuniones en La Habana a los dirigentes del FMLN: Eduardo Sancho por la Resistencia Nacional, Joaquín Villalobos por el Ejército Revolucionario del Pueblo, Schafik Handal por el Partido Comunista y Francisco Jovel por el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos. Las FPL contaban con una doble representación: Salvador Cayetano Carpio y, por el sector de “Ana María”, Salvador Sánchez Cerén.
Además de Castro, en las reuniones estuvieron presentes por el lado cubano, entre otros, Manuel Piñeiro, encargado de América Latina; el encargado para El Salvador, de pseudónimo “Ibrahim”, y el embajador en Nicaragua, que respondía al nombre de “Martín”. Se presionaría a “Marcial” para que se sumara a la posición del resto del FMLN y se buscara una negociación desde posiciones menos “duras”. Según algunas versiones, se le obligó a firmar un documento en el cual aceptaba un compromiso.
Sin embargo, lo que se planteó a “Marcial” fue más crudo aún: la revolución salvadoreña no podía triunfar militarmente, y más bien el mensaje era que no debía hacerlo, bajo el riesgo de una invasión estadounidense a El Salvador, pero también a Nicaragua y quizá a Cuba.
El mensaje de Fidel Castro era que había que salvar lo que se pudiera de la revolución salvadoreña, nada más, y que sobrevivieran la cubana y la nicaragüense. Según testigos, “Marcial” agradeció el consejo, dijo que los asuntos salvadoreños los resolvían los salvadoreños y se retiró.
Las presiones venían de más lejos que La Habana. Pese a lo que se decía, la Unión Soviética siempre estuvo en desacuerdo con la lucha armada en El Salvador, la posición que sostenía el Partido Comunista.
Excepto las FPL, las organizaciones del FMLN dependían de Cuba y países cercanos a la URSS para sobrevivir. “Marcial”, a pesar de que se le acusaba de ser un comunista intolerante, obtenía ayuda de lugares ajenos a la órbita soviética: Al Fatah, de la Organización para la Liberación de Palestina, de línea socialdemócrata; Yugoslavia, la “oveja negra” del mundo socialista; Libia, abiertamente antisoviética, y diversos países europeos y latinoamericanos más cercanos a la socialdemocracia. “Marcial” podía darse el lujo de desairar al gobierno cubano, y eso hizo.
Quedaba la posibilidad de desplazarlo de la jefatura de las FPL, y en efecto sus tesis fueron derrotadas en los órganos de dirección, cooptados por el sector de “Ana María”, a principios de 1983. En abril debía reunirse el Consejo Revolucionario de las FPL, y allí “Marcial” sería destituido. A través de una serie de maniobras, logró que se aplazara hasta agosto siguiente, la fecha aproximada para la cual se consideraba el lanzamiento de la nueva ofensiva, con o sin el resto del FMLN. (Si era factible o no es un tema que escapa al alcance de este breve recuento.)
UN FINAL SIN EPÍLOGO
En abril de 1984, un año después del suicidio de “Marcial”, el juez que condenó al comandante “Marcelo” declaró a petición del abogado defensor que, “...de conformidad con el art. 186 del Código de Instrucción Criminal, en razón de su fallecimiento debe sobreseerse definitivamente en la presente causa a Salvador Cayetano Carpio (Marcial), mencionado por la Procuraduría Penal como autor intelectual del delito investigado. Siendo opinión de esta autoridad que se adhiere a lo expresado por el defensor Gutiérrez Mayorga en su escrito de defensa, que no fueron aportadas pruebas en el proceso que respalden tal imputación.”
En otras palabras, Salvador Cayetano Carpio fue declarado inocente (o más correctamente “no culpable”) del asesinato de Mélida Anaya Montes. A pesar de todas las investigaciones de los sandinistas y las FPL, la autoría intelectual sólo pudo ser atribuida a Rogelio Bazzaglia. Es un dato que el FMLN nunca dio a conocer, y hasta la fecha.
Como resultado de la muerte de “Marcial”, mientras tanto, la mayor parte de sus colaboradores y seguidores, los que no se sumaron a la “nueva línea”, dirigida por Salvador Sánchez Cerén, fueron expulsados, y existe el rumor de que muchos fueron “purgados” a través de las acciones de “Mayo Sibrián”, el comandante psicópata de la zona parecentral, responsable del asesinato de al menos un millar de militantes y colaboradores. Otros, como su esposa, fueron enviados a Cuba en un virtual arresto; otros simplemente se retiraron, y sólo unos cuantos trataron de formar nuevas organizaciones, que se esfumaron en poco tiempo.
Había el rumor insistente, en los días del asesinato de “Ana María”, de que los sandinistas le habían colocado un dispositivo de vigilancia especial, que incluía a militares y perros bien entrenados. Tres semanas antes del crimen, se dice, el dispositivo fue retirado sin mayores explicaciones. Pero esto no hay nadie vivo que pueda o que quiera confirmarlo. Sería como decir que alguien dejó a la comandante a la absoluta merced de sus asesinos.
MUERTE POR SUEÑO
La pregunta está en pie: si era inocente, ¿por qué se suicidó “Marcial”? En una entrevista realizada por este autor en 2002, su esposa, Tula Alvarenga, da una respuesta posible, que a muchos sonará simple, pero que es simplemente humana. A continuación se transcribe un fragmento:
“Le ofrecí de cenar a Salvador, unos huevitos con frijoles o algo. Me dijo que no quería comer, que no tenía hambre, que mejor le preparara un té negro. Así que fui a la cocina y le preparé un té con limón, y otro para mí.
“Me di cuenta de que el té como que no le pasaba, como que no se lo podía tomar. Se lo tomaba a gotas, como por cucharadas, y seguía escribiendo.
“En una de ésas me dice:
“–Mirá, debías ir a ver si la Clarita [su nieta] se puso la pijama para dormir.
“Llegando al dormitorio oí los gritos de las compañeras. ‘Marcial se mató, Marcial se mató’, gritaban. No oí el ruido del disparo. No sé por qué, pero no lo oí. Debió sonar fuerte, pero no lo oí, sólo los gritos de las compañeras: ‘Marcial se mató, Marcial se mató.’ Y ya me olvidé de Clarita y no fui a ver si se había puesto la pijama.
“Estaba sentado en la silla y parecía que estaba vivo, pero tenía un balazo en el corazón. La sangre le había manchado los zapatos, le había manchado el pantalón, toda la ropa le estaba manchando. Salía la sangre a borbollones. En el corazón se dio el disparo. Tenía un hoyo y de allí le salía toda la sangre.
“Pero tenía una expresión serena, como si estuviera dormido. Bien serena. Hacía mucho que no le veía una expresión tan serena.
“No me acuerdo mucho de lo que pasó después, porque me puse muy mal. Mi primera reacción fue gritar ‘Lo mataron, lo mataron. ¿Por qué lo mataron? ¿Por qué?’
“Porque a Salvador nunca le conocí actitudes así, ideas suicidas. El no era así. Yo creí que lo habían matado.
“Desde lo que le hicieron a Ana María no había dormido. Desde ese momento no durmió, desde que salió de Libia. Llegó a Managua y tuvo reunión tras reunión tras reunión, con todo el mundo se reunía, y no era para menos con lo que había pasado: reuniones con los sandinistas, con los compañeros, con la comandancia, y trabajaba y trabajaba y trabajaba. Cuando se mató estaba trabajando, se había pasado toda la tarde escribiendo después de varias reuniones, y sin dormir ni un minuto en cinco días.
“Yo creo que una persona que no duerme en tanto tiempo no piensa igual que una que ha dormido aunque sea un rato. No ve las cosas del mismo modo. Estaba muy cansado. A lo mejor si hubiera dormido un poquito en todo ese tiempo hubiera visto que las cosas podían arreglarse de otro modo. A lo mejor no se hubiera matado. No sé. Eso no se puede saber.
“Lo que yo sé es que, si ‘Marcial’ hubiera dado la orden, no hubiera permitido que ‘Marcelo’ y otra gente pagaran por lo que no debían. Salvador siempre se responsabilizaba de sus actos.”
Las presiones venían de más lejos que La Habana. Pese a lo que se decía, la Unión Soviética siempre estuvo en desacuerdo con la lucha armada en El Salvador, la posición que sostenía el Partido Comunista.
Excepto las FPL, las organizaciones del FMLN dependían de Cuba y países cercanos a la URSS para sobrevivir. “Marcial”, a pesar de que se le acusaba de ser un comunista intolerante, obtenía ayuda de lugares ajenos a la órbita soviética: Al Fatah, de la Organización para la Liberación de Palestina, de línea socialdemócrata; Yugoslavia, la “oveja negra” del mundo socialista; Libia, abiertamente antisoviética, y diversos países europeos y latinoamericanos más cercanos a la socialdemocracia. “Marcial” podía darse el lujo de desairar al gobierno cubano, y eso hizo.
Quedaba la posibilidad de desplazarlo de la jefatura de las FPL, y en efecto sus tesis fueron derrotadas en los órganos de dirección, cooptados por el sector de “Ana María”, a principios de 1983. En abril debía reunirse el Consejo Revolucionario de las FPL, y allí “Marcial” sería destituido. A través de una serie de maniobras, logró que se aplazara hasta agosto siguiente, la fecha aproximada para la cual se consideraba el lanzamiento de la nueva ofensiva, con o sin el resto del FMLN. (Si era factible o no es un tema que escapa al alcance de este breve recuento.)
UN FINAL SIN EPÍLOGO
En abril de 1984, un año después del suicidio de “Marcial”, el juez que condenó al comandante “Marcelo” declaró a petición del abogado defensor que, “...de conformidad con el art. 186 del Código de Instrucción Criminal, en razón de su fallecimiento debe sobreseerse definitivamente en la presente causa a Salvador Cayetano Carpio (Marcial), mencionado por la Procuraduría Penal como autor intelectual del delito investigado. Siendo opinión de esta autoridad que se adhiere a lo expresado por el defensor Gutiérrez Mayorga en su escrito de defensa, que no fueron aportadas pruebas en el proceso que respalden tal imputación.”
En otras palabras, Salvador Cayetano Carpio fue declarado inocente (o más correctamente “no culpable”) del asesinato de Mélida Anaya Montes. A pesar de todas las investigaciones de los sandinistas y las FPL, la autoría intelectual sólo pudo ser atribuida a Rogelio Bazzaglia. Es un dato que el FMLN nunca dio a conocer, y hasta la fecha.
Como resultado de la muerte de “Marcial”, mientras tanto, la mayor parte de sus colaboradores y seguidores, los que no se sumaron a la “nueva línea”, dirigida por Salvador Sánchez Cerén, fueron expulsados, y existe el rumor de que muchos fueron “purgados” a través de las acciones de “Mayo Sibrián”, el comandante psicópata de la zona parecentral, responsable del asesinato de al menos un millar de militantes y colaboradores. Otros, como su esposa, fueron enviados a Cuba en un virtual arresto; otros simplemente se retiraron, y sólo unos cuantos trataron de formar nuevas organizaciones, que se esfumaron en poco tiempo.
Había el rumor insistente, en los días del asesinato de “Ana María”, de que los sandinistas le habían colocado un dispositivo de vigilancia especial, que incluía a militares y perros bien entrenados. Tres semanas antes del crimen, se dice, el dispositivo fue retirado sin mayores explicaciones. Pero esto no hay nadie vivo que pueda o que quiera confirmarlo. Sería como decir que alguien dejó a la comandante a la absoluta merced de sus asesinos.
MUERTE POR SUEÑO
La pregunta está en pie: si era inocente, ¿por qué se suicidó “Marcial”? En una entrevista realizada por este autor en 2002, su esposa, Tula Alvarenga, da una respuesta posible, que a muchos sonará simple, pero que es simplemente humana. A continuación se transcribe un fragmento:
“Le ofrecí de cenar a Salvador, unos huevitos con frijoles o algo. Me dijo que no quería comer, que no tenía hambre, que mejor le preparara un té negro. Así que fui a la cocina y le preparé un té con limón, y otro para mí.
“Me di cuenta de que el té como que no le pasaba, como que no se lo podía tomar. Se lo tomaba a gotas, como por cucharadas, y seguía escribiendo.
“En una de ésas me dice:
“–Mirá, debías ir a ver si la Clarita [su nieta] se puso la pijama para dormir.
“Llegando al dormitorio oí los gritos de las compañeras. ‘Marcial se mató, Marcial se mató’, gritaban. No oí el ruido del disparo. No sé por qué, pero no lo oí. Debió sonar fuerte, pero no lo oí, sólo los gritos de las compañeras: ‘Marcial se mató, Marcial se mató.’ Y ya me olvidé de Clarita y no fui a ver si se había puesto la pijama.
“Estaba sentado en la silla y parecía que estaba vivo, pero tenía un balazo en el corazón. La sangre le había manchado los zapatos, le había manchado el pantalón, toda la ropa le estaba manchando. Salía la sangre a borbollones. En el corazón se dio el disparo. Tenía un hoyo y de allí le salía toda la sangre.
“Pero tenía una expresión serena, como si estuviera dormido. Bien serena. Hacía mucho que no le veía una expresión tan serena.
“No me acuerdo mucho de lo que pasó después, porque me puse muy mal. Mi primera reacción fue gritar ‘Lo mataron, lo mataron. ¿Por qué lo mataron? ¿Por qué?’
“Porque a Salvador nunca le conocí actitudes así, ideas suicidas. El no era así. Yo creí que lo habían matado.
“Desde lo que le hicieron a Ana María no había dormido. Desde ese momento no durmió, desde que salió de Libia. Llegó a Managua y tuvo reunión tras reunión tras reunión, con todo el mundo se reunía, y no era para menos con lo que había pasado: reuniones con los sandinistas, con los compañeros, con la comandancia, y trabajaba y trabajaba y trabajaba. Cuando se mató estaba trabajando, se había pasado toda la tarde escribiendo después de varias reuniones, y sin dormir ni un minuto en cinco días.
“Yo creo que una persona que no duerme en tanto tiempo no piensa igual que una que ha dormido aunque sea un rato. No ve las cosas del mismo modo. Estaba muy cansado. A lo mejor si hubiera dormido un poquito en todo ese tiempo hubiera visto que las cosas podían arreglarse de otro modo. A lo mejor no se hubiera matado. No sé. Eso no se puede saber.
“Lo que yo sé es que, si ‘Marcial’ hubiera dado la orden, no hubiera permitido que ‘Marcelo’ y otra gente pagaran por lo que no debían. Salvador siempre se responsabilizaba de sus actos.”
A PRIMERAS HORAS DE LA TARDE, el 12 de abril de 1983, Salvador Cayetano Carpio, comandante “Marcial”, salió hacia su casa en la urbanización Las Colinas, luego de una reunión con el jefe del Ejército Sandinista, Humberto Ortega, y el ministro del Interior de Nicaragua, Tomás Borge. Había llegado como primer responsable de las Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí” (FPL), y salió bajo arresto, rodeado por agentes de la Seguridad del Estado y efectivos del Ejército Popular Sandinista.
La noticia del arresto la conocieron algunos de sus allegados. Le propusieron activar un plan de contingencia que estaba preparado desde hacía algún tiempo: una operación armada para sacarlo de su casa junto con su esposa, Tula Alvarenga, para luego trasladarlo clandestinamente a Chalatenango, donde podría seguir como dirigente indiscutido de su organización, la mayor y más poderosa del FMLN.
El plan se había fraguado en enero anterior, luego de que las tesis de Carpio acerca de la guerra fueran derrotadas en la Comisión Política de las FPL por la fracción que encabezaba Mélida Anaya Montes, la comandante “Ana María”, asesinada seis días atrás. Era casi seguro el desplazamiento de “Marcial” de la jefatura de su organización, pero aún faltaban algunos meses para que se produjera, y había en marcha un plan que cambiaría radicalmente el curso de la revolución salvadoreña.
Aunque la liberación y fuga de “Marcial” parecía factible, éste se negó. Nadie supo el motivo, pero hay un dato importante: para ese momento, Carpio llevaba cinco días sin dormir. Había pasado en incontables reuniones, y la última no había sido la más fácil.
UN EXILIO ROJO
Humberto Ortega y Tomás Borge le mostraron, durante la reunión, las pruebas de que gente manejada por Rogelio Bazzaglia, comandante “Marcelo”, responsable de inteligencia de las FPL, había perpetrado el asesinato de Ana María. En el primer comunicado acerca del suicidio de “Marcial” se aseguró que éste se había matado abrumado por la noticia de que alguien tan cercano había sido el culpable.
Según otras fuentes, el asunto no fue tan sencillo. Durante la reunión, los comandantes sandinistas le dijeron a Carpio que la investigación seguía abierta, y que esperaban su cooperación. Como primera medida, le exigieron que entregara los archivos de las FPL. “Marcial” se negó: significaba entregar a toda una organización clandestina y en lucha a gente extraña.
Las presiones de los sandinistas no se hicieron esperar. En un principio le dijeron que, si no cooperaba, podían acusarlo de proteger a los asesinos, y que eso tendría consecuencias para su imagen y para la revolución salvadoreña. “Marcial” siguió negándose, y entonces los sandinistas le advirtieron que, si no entregaba los archivos, lo acusarían de ser el autor intelectual del crimen, y el daño para él y para su lucha sería irreparable. Al ver que la negativa continuaba, apostaron a la carta mayor.
Debía entregar los archivos y, mientras se realizaba la investigación, retirarse de su cargo. No se daría a conocer al público, incluso si se encontraba evidencia en su contra, y seguiría apareciendo como el jefe máximo de su organización. Su firma iría en los comunicados de las FPL y del FMLN. Durante ese tiempo, él y su esposa vivirían en un “país amigo”, alejado del centro de las cosas políticas salvadoreñas –es decir Managua–, y se mencionó a Cuba y Alemania Democrática como destinos probables.
Parte de los datos anteriores los confirma Salvador Sánchez Cerén en el libro “Con la mirada en alto”, de la chilena Martha Harnecker, y precisamente él era uno de los interesados en que “Marcial” entregara los archivos: era uno de los más cercanos a “Ana María”, y terminaría sustituyendo a Carpio.
Según Sánchez Cerén, en cierto momento “Marcial” se negó a seguir hablando. Fue entonces que lo colocaron bajo arresto, que debía cumplir junto con su esposa, quien también tenía una larga carrera como dirigente política desde hacía cuatro décadas.
Luego de llegar a su casa y de hablar con algunos militantes de las FPL, Marcial se dedicó el resto del día a escribir dos o tres cartas (aún no se sabe con exactitud). Por lo menos una de ellas era su carta de suicidio, que se reproduce junto con esta nota.
UN ASUNTO POLÍTICO Y ACERCA DE LA CONSPIRACION PARA DESPLAZARLO
Hasta ahora, las FPL y el FMLN han tratado de presentar el “caso Marcial–Ana María” como un asunto de carácter policial, hasta el grado de presentar a Carpio como un megalómano que asesinó a una rival que quería desplazarlo, y no mucho más que eso. Y el desplazamiento era casi seguro, al menos de los órganos de dirección de las FPL, y el plan de sacarlo a Chalatenango estaba listo para cuando ocurriera: en Managua, Carpio estaba a expensas de los sandinistas; en Chalatenango se movería en su territorio y bajo sus reglas.
Había además otras fuerzas y gobiernos que también querían el desplazamiento de “Marcial”, y que apoyaban a “Ana María” y su gente para sacarlo del mapa. Las pugnas más fuertes se habían producido tras la derrota de la “ofensiva final” de enero de 1981, promovida por las otras fuerzas del FMLN, y sólo en parte por las FPL. (Hay información al respecto en el libro “Tiempos de locura. El Salvador 1979–1981”, del autor de estas líneas, publicado por FLACSO en 2006, y de próxima reaparición.)
Tras las enseñanzas de la derrota, “Marcial” preparaba desde hacía menos de un año el lanzamiento de una nueva ofensiva militar, que debía ocurrir en algún momento entre agosto y octubre de 1983. Era esto lo que le urgía detener al sector de “Ana María” y a las demás organizaciones del FMLN, en aras de una negociación.
El último intento por frenar a Carpio “por las buenas” había sido una serie de reuniones convocadas por Fidel Castro en La Habana, en diciembre de 1982. Es probable que allí se sellara el destino de “Marcial”, y quizá también el de “Ana María”.
La noticia del arresto la conocieron algunos de sus allegados. Le propusieron activar un plan de contingencia que estaba preparado desde hacía algún tiempo: una operación armada para sacarlo de su casa junto con su esposa, Tula Alvarenga, para luego trasladarlo clandestinamente a Chalatenango, donde podría seguir como dirigente indiscutido de su organización, la mayor y más poderosa del FMLN.
El plan se había fraguado en enero anterior, luego de que las tesis de Carpio acerca de la guerra fueran derrotadas en la Comisión Política de las FPL por la fracción que encabezaba Mélida Anaya Montes, la comandante “Ana María”, asesinada seis días atrás. Era casi seguro el desplazamiento de “Marcial” de la jefatura de su organización, pero aún faltaban algunos meses para que se produjera, y había en marcha un plan que cambiaría radicalmente el curso de la revolución salvadoreña.
Aunque la liberación y fuga de “Marcial” parecía factible, éste se negó. Nadie supo el motivo, pero hay un dato importante: para ese momento, Carpio llevaba cinco días sin dormir. Había pasado en incontables reuniones, y la última no había sido la más fácil.
UN EXILIO ROJO
Humberto Ortega y Tomás Borge le mostraron, durante la reunión, las pruebas de que gente manejada por Rogelio Bazzaglia, comandante “Marcelo”, responsable de inteligencia de las FPL, había perpetrado el asesinato de Ana María. En el primer comunicado acerca del suicidio de “Marcial” se aseguró que éste se había matado abrumado por la noticia de que alguien tan cercano había sido el culpable.
Según otras fuentes, el asunto no fue tan sencillo. Durante la reunión, los comandantes sandinistas le dijeron a Carpio que la investigación seguía abierta, y que esperaban su cooperación. Como primera medida, le exigieron que entregara los archivos de las FPL. “Marcial” se negó: significaba entregar a toda una organización clandestina y en lucha a gente extraña.
Las presiones de los sandinistas no se hicieron esperar. En un principio le dijeron que, si no cooperaba, podían acusarlo de proteger a los asesinos, y que eso tendría consecuencias para su imagen y para la revolución salvadoreña. “Marcial” siguió negándose, y entonces los sandinistas le advirtieron que, si no entregaba los archivos, lo acusarían de ser el autor intelectual del crimen, y el daño para él y para su lucha sería irreparable. Al ver que la negativa continuaba, apostaron a la carta mayor.
Debía entregar los archivos y, mientras se realizaba la investigación, retirarse de su cargo. No se daría a conocer al público, incluso si se encontraba evidencia en su contra, y seguiría apareciendo como el jefe máximo de su organización. Su firma iría en los comunicados de las FPL y del FMLN. Durante ese tiempo, él y su esposa vivirían en un “país amigo”, alejado del centro de las cosas políticas salvadoreñas –es decir Managua–, y se mencionó a Cuba y Alemania Democrática como destinos probables.
Parte de los datos anteriores los confirma Salvador Sánchez Cerén en el libro “Con la mirada en alto”, de la chilena Martha Harnecker, y precisamente él era uno de los interesados en que “Marcial” entregara los archivos: era uno de los más cercanos a “Ana María”, y terminaría sustituyendo a Carpio.
Según Sánchez Cerén, en cierto momento “Marcial” se negó a seguir hablando. Fue entonces que lo colocaron bajo arresto, que debía cumplir junto con su esposa, quien también tenía una larga carrera como dirigente política desde hacía cuatro décadas.
Luego de llegar a su casa y de hablar con algunos militantes de las FPL, Marcial se dedicó el resto del día a escribir dos o tres cartas (aún no se sabe con exactitud). Por lo menos una de ellas era su carta de suicidio, que se reproduce junto con esta nota.
UN ASUNTO POLÍTICO Y ACERCA DE LA CONSPIRACION PARA DESPLAZARLO
Hasta ahora, las FPL y el FMLN han tratado de presentar el “caso Marcial–Ana María” como un asunto de carácter policial, hasta el grado de presentar a Carpio como un megalómano que asesinó a una rival que quería desplazarlo, y no mucho más que eso. Y el desplazamiento era casi seguro, al menos de los órganos de dirección de las FPL, y el plan de sacarlo a Chalatenango estaba listo para cuando ocurriera: en Managua, Carpio estaba a expensas de los sandinistas; en Chalatenango se movería en su territorio y bajo sus reglas.
Había además otras fuerzas y gobiernos que también querían el desplazamiento de “Marcial”, y que apoyaban a “Ana María” y su gente para sacarlo del mapa. Las pugnas más fuertes se habían producido tras la derrota de la “ofensiva final” de enero de 1981, promovida por las otras fuerzas del FMLN, y sólo en parte por las FPL. (Hay información al respecto en el libro “Tiempos de locura. El Salvador 1979–1981”, del autor de estas líneas, publicado por FLACSO en 2006, y de próxima reaparición.)
Tras las enseñanzas de la derrota, “Marcial” preparaba desde hacía menos de un año el lanzamiento de una nueva ofensiva militar, que debía ocurrir en algún momento entre agosto y octubre de 1983. Era esto lo que le urgía detener al sector de “Ana María” y a las demás organizaciones del FMLN, en aras de una negociación.
El último intento por frenar a Carpio “por las buenas” había sido una serie de reuniones convocadas por Fidel Castro en La Habana, en diciembre de 1982. Es probable que allí se sellara el destino de “Marcial”, y quizá también el de “Ana María”.
Pruebas Revolucionarias Historicas
Para Derrotar A Quienes Pre Fabricaron
Las Mentiras Contrarrevolucionarias :
La Inocencia de Salvador Cayetano Carpio
El Comandante Marcial en los Sucesos
de Managua, Nicaragua 1983.
Además de la carta de suicidio de Marcial, hay un pequeño detalle que al FMLN se le ha olvidado mencionar en los últimos 30 años: que el líder obrero fue explícitamente declarado inocente de haber ordenado el asesinato de Mélida Anaya Montes, la comandante Ana María. Y fue declarado inocente por un juez nicaragüense. No un juez contrarrevolucionario (por mencionar la descalificación por antonomasia) , sino bien sandinista, el mismo que conoció del caso y condenó a prisión al comandante Marcelo, responsable directo del crimen. Quizá la legalidad no haya parecido un aspecto importante a los sucesores de Cayetano; quizá estén esperando el momento oportuno para reivindicarlo.En el libro Nuestras montañas son las masas. Documentos escritos de la revolución salvadoreña, publicado por Antonio Morales Carbonell, (Viena, Edition Del Keil, 1999), se señala:
El crimen de Ana María fue aclarado. Los tribunales nicaragüenses declararon culpable a Marcelo y a otros tres militantes de las FPL, quienes aceptaron su participación en los hechos criminales. Marcelo, por su parte, aceptó la exclusiva responsabilidad del asesinato al declarar que Marcial ignoraba totalmente su iniciativa y que, de conocerla, se hubiera opuesto a ella.
A petición del abogado defensor Gutiérrez Mayorga, el tribunal hizo constar en su sentencia, que en el proceso no se habían presentado pruebas que permiten respaldar la acusación de la fiscalía nicaragüense sobre la autoría intelectual de Marcial en el crimen de Ana María. El abogado, en su alegato, presentado el 15 de marzo de 1984, manifestaba:
“[...] solicito que se consigne en la sentencia a dictarse si se han aportado o no pruebas que permitan tener a Salvador Cayetano Carpio junto con Marcelo, como coautor intelectual. La procuraduría lo ha mencionado como tal y en honor a la verdad histórica debe hacerle relación a este asunto en su sentencia. Hasta el momento la procuraduría no ha presentado ninguna.
“...de conformidad con el art. 186 del Código de Instrucción Criminal, en razón de su fallecimiento debe sobreseerse definitivamente en la presente causa a Salvador Cayetano Carpio (Marcial), mencionado por la Procuraduría Penal como autor intelectual del delito investigado. Siendo opinión de esta autoridad que se adhiere a lo expresado por el defensor Gutiérrez Mayorga en su escrito de defensa, que no fueron aportadas pruebas en el proceso que respalden tal imputación.”
A pesar de la declaración de la justicia nicaragüense sobre la ausencia de pruebas en contra de Marcial, los dirigentes de las FPL y de otras organizaciones del FMLN siguen considerando a Marcial como el responsable intelectual del asesinato de Ana María.
Las autoridades de las FPL aseguraron que Marcelo había grabado un video en el que confesaba que recibió la orden de Carpio, y fue lo que se dijo dentro y fuera de El Salvador. Otro pequeño detalle es que el video nunca fue presentado, a pesar de las promesas de los dirigentes guerrilleros.
Consideramos que es Bien dificil que el Frente FMLN de Derecha y sus tendencias o corrientes reivindiquen a Salvador Cayetano Carpio El Comandante Marcial despues que han pasado 30 años..
En todo caso el Frente FMLN de Derecha y sus tendencias y corrientes quedaron descubiertos de ser unos
grupos de personas conspiradoras Falsos Revolucionarios y Falsos Izquierdistas de PequeñosBurgueses.