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SOCIALISMO
NUESTRO PUNTO DE VISTA SOCIALISTA :
NUESTRO DEBER ES LA SOLIDARIDAD SOCIALISTA
CON TODOS LOS PUEBLOS DEL MUNDO
QUE LUCHAN POR SU LIBERACION DEFINITIVA
CON VISION EN EL CAMPO DEL SOCIALISMO
POR ESTO CATEGORICAMENTE APOYAMOS
- EL ANTI CAPITALISMO.
- EL ANTI IMPERIALISMO.
LA VIA DE LOS PROCESOS REVOLUCIONARIOS
LA REVOLUCION PROLETARIA
POPULAR HACIA EL SOCIALISMO
EN LA PRESENTE EPOCA DE EL IMPERIALISMO
Y DE LAS REVOLUCIONES PROLETARIAS
CON EL MARXISMO LENINISMO REVOLUCIONARIO
PENSAMIENTO SALVADOR CAYETANO CARPIO
COMANDANTE SOLO HAY UNO,MARCIAL !
LUCHANDO CONTRA LAS VIEJAS IDEAS
BURGUESAS CONTRARREVOLUCIONARIAS
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Nuestro Internacionalismo Proletario
Con El Movimiento Revolucionario
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DEBATE LATINOAMERICA
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AGENCIA SALVADOREÑA
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ES COMUNICACIONAL
REVOLUCIONARIA
AL DIA NOTICIOSA
POR LOS INTERESES
DE LA CLASE OBRERA
DE EL SALVADOR
Y DE TODOS LOS
PUEBLOS DEL MUNDO.
PUEBLOS DEL MUNDO.
A REIVINDICAR
CONSECUENTE
EL 1 DE MAYO
DEL 2016
EL SINDICALISMO
REVOLUCIONARIO
A NUESTRO LIDER
HISTORICO OBRERO
PROLETARIO INDISCUTIBLE
SALVADOR CAYETANO
CARPIO COMANDANTE
MARCIAL DERROTO
AL FMLN DERECHA
REVISIONISTAS
REFORMISTAS
LOS TRAIDORES
DEL PROCESO
REVOLUCIONARIO
COMERCIANTES
DE LOS PRINCIPIOS...
LA OTRA CAMPAÑA EN EL SALVADOR Y EXTERIOR DE EL PAIS No- A la Farsa Electoral" Salvadoreños Por El Bien del Pais , No - Votes "
EL SALVADOR ESTAMOS LUCHANDO COMO LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA CON LA GUIA EL MARXISMO LENINISMO REVOLUCIONARIO PENSAMIENTO Salvador Cayetano Carpio Comandante Solo Hay Uno, Marcial !
1 DE MAYO FORJEMOS LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA CON HEGEMONIA DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO HACIA LA CONSTRUCCION DE EL SISTEMA SOCIALISTA LA CIENCIA DEL PROLETARIADO EL MARXISMO LENINISMO REVOLUCIONARIO CON EL 1 DE MAYO SOCIALISTA DEL 2016 DIA INTERNACIONAL DE LA CLASE OBRERA MUNDIAL.
PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES,UNIOS !
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL ES COMPARTIR ESTO.
La lucha popular prolongada revolucionaria y reivindicativa de la clase obrera y de el campesinado pobre y de los sectores sociales de nuestro heroico pueblo de El Salvador este 1 de Mayo del 2016 lleba el sello garantia de la lucha de clases antagonicas entre proletariado y burguesia en nuestro propio pais.
Las contradicciones antagonicas de clases sociales entre proletariado y burguesia
no son conciliables y sus formas de lucha llegaron a un enfrentamiento que es la lucha de clases mientras la burguesia criolla en el partido ARENA a hecho otra vez aliado a la pequeña burguesia de el partido FMLN ultraderecha y derecha se unen compartiendo el poder en los gobiernos de turno de el presente sistema burgues capitalista dependiente del imperialismo norteamericano y maniobran con las elecciones y las votaciones imponiendo las formulas presidenciales y a la par la manipulación y la demagogia de las farsas electorales y el engaño de el voto libre y que con este hay democracia y buen vivir de todos los ciudadanos y la paz y que el pais tiene cambios y progreso,la burguesia y la pequeña burguesia los ricos lo tienen todo poderoso caballero es Don Dinero y Democracia para ellos es la violencia institucionalizada de la tirania militar fascistoide con los atropellamientos diarios y los miles de asesinatos y ladronismo a nivel nacional contra los trabajadores pueblo salvadoreño las grandes mayorias que represetan las fuerzas productivas y que encabezan los obreros y los campesinos,estudiantes y maestros,tecnicos y profesionales,intelectuales escritores y artistas,las amas de casa,la juventud,y otros sectores de la sociedad.
Por esto organizadamente la clase obrera en alianza organica con el campesinado pobre y los sectores sociales,hoy mas que nunca estamos haciendo el trabajo de forjar de los simple a lo complejo la ALIANZA OBRERO CAMPESINA CON HEGEMONIA DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO y nuevamente es necesario organizarse para todos los niveles de la lucha popular prolongada y solo combatiendo triunfaremos y debemos mentalizarnos que pueblo que lucha triunfa por la via revolucionaria,la huelga,el paro,las tomas,las manifestaciones y el boicot a las elecciones y no votar,el abstencionismo politico ideologico contra el presente sistema capitalista de burgueses y pequeños burgueses y militares y policias fascistoides explotadores,opresores,represivos.
La importancia de la ALIANZA OBRERO CAMPESINA CON HEGEMONIA DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO es porque el poder demoledor de los trabajadores pueblo salvadoreño es capaz de derrocar a la burguesia y de derrotarla en todos los terrenos de la lucha de clases y terminar con la hegemonia de la burguesia criolla y de la tirania militar fascistoide y de sus apendices de la pequeño burguesia,necesitamos destruir a los corruptos y mafiosos partidos ARENA-FMLN-GANA-PCN-PDC-PSD-MNP- etc, y esto lo podemos hacer con educación politica ideologica,con propaganda revolucionaria,con pintas y pegas y con proclamas en las radios y con comunicados en la prensa revolucionaria y de boca en boca y de movimiento en movimiento manos a la obra triunfaremos.
En la lucha de clases antagonicas por el poder politico en toda la historia de El Salvador,tenemos que partir de la moral revolucionaria las enseñanzas que guíen la práctica revolucionaria actual y retomar que ya existe el B.P.R. Bloque Popular Revolucionario Movimiento Social Autonomo de El Salvador ( MOSA ) y Frente Revolucionario de Masas F.R.M. y la Federación Sindical Revolucionaria F.S.R. y la Federación Sindical Salvadoreña FESS,el Sindicato de Maestros y Maestras de la Educación con Participación de las Comunidades (SIMEDUCO) y la Coordinadora Sindical Salvadoreña (C.S.S.) la cual hoy aglutina al sindicalismo revolucionario de todo El Salvador y les guste o no les guste retomamos el legado proletario popular socialista de nuestro maximo lider historico intachable el Marxismo Leninismo Revolucionario Pensamiento Salvador Cayetano Carpio Comandante Solo Hay Uno,Marcial ! Y junto a el,los miles de heroes y martires revolucionarios caidos en pie de lucha por construir el socialismo,Jose Dimas Alas,Ernesto Morales,Juan Chacón,Saul Santiago Contreras,Gilberto Martinez Carranza,Justo Mejia,Apolinario Serrano,Emma Guadalupe Carpio.
Vamos cabalgando dia a dia a corto,mediano y largo plazo y derrotaremos a los burgueses criollos y a sus cuerpos represivos y a los pequeño burgueses de el FMLN de derecha los revisionistas y reformistas burocratas y delincuentes contrarrevolucionarios compartiendo el poder en conciliación y colaboración con el sistema capitalista y gobiernos de turnos responsables de la hambruna y de la extrema pobreza y los bajos salarios y la falta de fuentes de trabajo y la miseria y de el patrocinio del pillaje de las maras anti sociales y bandoleros que le roban al trabador pueblo salvadoreño su dinero y asesinan como los otros que estan de delincuentes en todas las estructuras del Estado burgues.
VIVA EL 1 DE MAYO DEL 2016 !
A LUCHAR POR UN GOBIERNO DEMOCRATICO REVOLUCIONARIO
G.D.R HACIA EL SOCIALISMO BASADO
EN LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA
CON HEGEMONIA DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO
PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES,UNIOS!
SALPRESS
ES SOCIALISMO !
AGENCIA SALVADOREÑA
DE PRENSA SOCIALISTA
NOS HONRAMOS ESTE
NUEVO 1 DE MAYO 2016
CON UN APORTE
DEL COMPAÑERO
RAFAEL CARRANZA
UN LIBRO ESCRITO
POR EL LEGENDARIO
SALVADOR CAYETANO
CARPIO COMANDANTE
MARCIAL
CON EL SEUDONIMO
DE BENEDICTO JUAREZ
La insurrección de 1932 es el acontecimiento más grande en la lucha de clases en toda la historia de El Salvador. Es necesario desentrañar sus debilidades para extraer las enseñanzas que guíen la práctica revolucionaria actual. Este es un aporte dentro de esa labor.
EDITORIAL 32
DEBILIDADES DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DE 1932
EN EL SALVADOR
Benedicto Juárez
Colección: Perspectiva
Benedicto Juárez
DEBILIDADES
DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DE 1932
EN EL SALVADOR
EDITORIAL 32
________________________________________________
Julio de 1979
PRESENTACION
Muchas han sido las experiencias combativas y revolucionarias de nuestro pueblo. Ellas han servido y servirán de lecciones al movimiento de masas que se consolida día a día en nuestro país bajo la bandera de las organizaciones consecuentes con los intereses históricos del proletariado y que representan, en el proceso revolucionario, la vía más eficaz para una liberación definitiva. El estudio crítico y el análisis de los principios más auténticamente revolucionarios que deben orientar las batallas venideras, es impostergable. Contribuir a la difusión e incremento de ese estudio, es la finalidad esencial de esta publicación.
INTRODUCCION
Creemos conveniente traspasar los límites anecdóticos en que se mueven muchos de los “relatos del 32”, e intentar la penetración en la esencia de la más grande experiencia revolucionaria del proletariado y campesinado salvadoreños que registra nuestra historia. Intentarlo es un deber de toda institución o persona que se proponga, no solo interpretar los hechos históricos sino extraer de ellos las herramientas para contribuir a la transformación revolucionaria de la sociedad.
Es evidente que un fenómeno tan grande y de tanta riqueza en cuanto a lecciones para el proletariado y sus aliados no es posible analizarlo y ni siquiera compendiar todos sus rasgos esenciales en unas pocas páginas, sobre todo tratándose de un tema poco profundizado hasta hoy por las organizaciones revolucionarias del país.
Se ubica, pues, el objetivo de estas líneas, en buscar claridad a uno de los aspectos de los acontecimientos de 1932: en la búsqueda de las principales debilidades y errores del movimiento revolucionario que condujeron a su derrota.
Con el fin de ordenar la exposición de elementos dialécticamente ligados, interrelacionados y que se influyen mutuamente, podríamos esbozar el orden siguiente: lo relacionado con la clase (o las clases); con su vanguardia revolucionaria; con su estrategia general; con su estrategia y táctica militar.
I.—LA CLASE OBRERA.
Es la clase motriz fundamental de la revolución en la sociedad capitalista. En la década del 20 y principios del 30, el desarrollo de la clase obrera era sumamente débil en el País, tanto en cantidad como en calidad. En la composición orgánica de la clase obrera, el sector obrero industrial representaba un porcentaje íntimo. Predominaba de manera aplastante el sector de los operarios de pequeños talleres semi-artesanales y, en segundo lugar, los operarios concentrados en grandes talleres manufactureros (de zapatería, sastrería, carpintería, panadera, etc.) sin maquinaria industrial pero con división de las operaciones laborales que, como se sabe, es propio de la fase de transición entre el taller artesanal y la fábrica industrial. Y, en el campo, en el sector de jornaleros agrícolas predominaba el semiproletariado (campesinado pobre, que vende su fuerza de trabajo durante una parte del año).
El proletariado fabril y de grandes empresas industriales apenas despuntaba. Eso no significa que no hubiera proletariado industrial, pero su peso era casi inadvertido. En el último cuarto del siglo pasado, comenzaron a desarrollarse algunas ramas nuevas de la clase obrera: ferrocarrileros, electricistas, de construcción y de transportes, principalmente y, a partir de 1919, comienzan a instalarse las primeras fábricas textiles, aunque continua predominando la producción de telares manuales.
Tal grado de desarrollo en cantidad y calidad de la clase obrera representaba una debilidad básica para las fuerzas revolucionarias en su conjunto, dado que la clase históricamente llamada a encabezar las acciones y las transformaciones revolucionarias y la marcha hasta el Socialismo se diluía en el mar de los sectores pequeño burgueses, sin capacidad de ejercer integralmente en la práctica su dirección de clase.
En esto ubicamos una de las fundamentales debilidades de la insurrección de 1932: la debilidad de la clase históricamente llamada a convertirse en clase dirigente de la revolución: la clase obrera.
Este elemento básico no dependía de la voluntad de los hombres; vale decir, que ninguna organización o persona era “culpable” de esa situación; sino que era un factor objetivo, determinado por el grado de desarrollo de las fuerzas productivas existentes en ese periodo histórico.
Como sabemos, el capitalismo cobro un desarrollo de creciente intensidad en el país en los últimos 25 años del siglo pasado, ligado a la ascendente producción y comercialización del café. Ya en 1880, el café pasó a constituir más del 50% de las exportaciones, y no es casualidad que, precisamente entonces, se inicie una serie de reformas burguesas (disolución de las comunidades indígenas, extinción de los tejidos) que abrieron paso al fortalecimiento y gigantesca extensión de la gran propiedad cafetalera sobre la tierra, del gran comercio hacia el exterior y de un creciente desarrollo del capitalismo interno (bancos, ferrocarriles, electricidad, puertos, transportes, construcción, minas, servicios, paso de la artesanía a la manufactura etc.
Es decir, el desarrollo del capitalismo se intensifica en el país, orgánicamente ligado a la creciente dependencia del imperialismo mundial, fase que alcanzan ya a estas alturas, los poderosos centros de la economía capitalista en las metrópolis, especialmente Estados Unidos y Europa (Inglaterra, Francia, Alemania). Proceso que ya a principios de este siglo estuvo en capacidad de analizar Lenin en su obra: “El Imperialismo, etapa superior del capitalismo”.
Como apéndice de la economía capitalista de las metrópolis, el capitalismo en el país se desarrollaba orientado la producción fundamental hacia afuera, hacia la exportación, constituyéndose el café en el principal producto exportable, con lo cual el sector agroexportador de las clases dominantes ligado al imperialismo (inglés, alemán, y finalmente norteamericano) es el predominante en la economía y en el Poder político del país.
A finales de la década del 20 esta situación sigue dominando la escena. La oligarquía agroexportadora es el sector de las clases dominantes que hegemoniza en el poder político y en la economía, aunque sensiblemente quebrantada por los golpes de la crisis mundial de 1929 que había hecho bajar drásticamente las exportaciones del café. El sector industrial —que décadas después le disputaría la hegemonía— estaba en pañales.
Esta situación objetiva del grado de desarrollo de las fuerzas productivas determina la debilidad cuantitativa y cualitativa del proletariado en 1932.
En lo político esto se traducía —y en tales condiciones no podía ser de otro modo— en el hecho de que en la dirección del movimiento revolucionario predominaran las capas y los cuadros radicalizados de la pequeña burguesía: el estudiantado, los maestros, los pequeños propietarios de talleres semi-artesanales radicalizados por la crisis, los operarios semi-artesanales y los campesinos (especialmente medios) impregnando al movimiento de sus fuertes características de clase: espontaneísmo, improvisación, falta de planificación, inestabilidad, etc. (características de clase que Lenin señala magistralmente en “¿Que Hacer?”).
Esta correlación en la base clasista tenía necesariamente que incidir en el desarrollo y culminación del proceso revolucionario en esa etapa. En la práctica, fueron las grandes masas campesinas las que constituyeron la fuerza fundamental de masas de la insurrección. La clase obrera representó una fuerza importante pero no la principal, lo que estaba en relación con su grado de desarrollo en cantidad y calidad. De tal manera, los operarios y obreros de las ciudades, politizados por el Partido Comunista, por el Socorro Rojo Internacional y por sus sindicatos revolucionarios, realizaron heroicos esfuerzos durante la insurrección, pero no constituyeron —como clase— ni la fuerza principal ni la fuerza dirigente. La dirigencia del movimiento popular fue extraída de las capas revolucionarias de la pequeña burguesía que había adoptado la teoría revolucionaria del proletariado, pero sin alcanzar a proletarizarse integralmente.
Resumiendo: el cuadro clasista de fuerzas motrices de la revolución en ese periodo se integró de la siguiente manera: fuerza fundamental: el campesinado; fuerza importante, pero que no jugo el papel principal: la clase obrera; fuerza hegemónica: la pequeña burguesía radicalizada.
Cualquiera que medite sobre la composición fundamental de clase de las masas participantes, la extracción social de sus dirigentes, los teatros principales de lucha, podrá constatar esta conclusión. Y el hecho de que grandes masas hayan sentido la motivación de las ideas marxistas —de las ideas científicas del proletariado— y que hubieran sido dirigidas por el partido que expresaba los intereses históricos del proletariado, no cambia en esencia ese cuadro clasista de la insurrección, ya que, como se ve repetirse muchas veces en la historia de los procesos revolucionarios de los pueblos, no siempre el “ser social” coincide con el “ser ideológico” (para decirlo con las expresiones de Debray en “Crítica de las Armas”). Lo cual es muy importante de tomar en cuenta, ya que ahora mismo en nuestro país y en Latinoamérica, muchas organizaciones revolucionarias que proclaman la teoría marxista distan mucho de estar proletarizadas, de ser orgánicas expresiones de la clase de vanguardia, lo que constituye una de las mayores debilidades del movimiento revolucionario a la altura de 1976, cuando el proletariado ha crecido notablemente, hasta haberse convertido en El Salvador, en la mayoritaria clase social. Por ello, en este terreno, la lección de la insurrección del 32 no es inoficiosa, sino que se convierte en una valiosa arma para transformar la estructura clasista de una verdadera organización revolucionaria, en el sentido de convertirse no solo ideológicamente sino en su composición social, en genuina representante del proletariado en su más alta calidad. Y en esa debilidad es donde encontramos la raíz de clase, tanto del oportunismo de derecha, como del aventurerismo de izquierda.
II. —LA ORGANIZACION VANGUARDIA REVOLUCIONARIA DE LA CLASE OBRERA.
Para comenzar, hemos de ver que el partido del proletariado no podía, a la altura del 30-32 en las condiciones de su surgimiento, sobrepasar el marco social determinado por el grado de desarrollo de las fuerzas productivas. De tal manera, su composición clasista estaba integrada por campesinos medios y pobres, estudiantes universitarios, maestros, propietarios y operarios de pequeños talleres semi-artesanales, pequeños comerciantes y jornaleros agrícolas. En su dirección predominaban los estudiantes universitarios y los propietarios y operarios de talleres semi-artesanales. Esto le daba a la dirección del partido un sello eminentemente pequeño burgués.
El partido del proletariado —partido comunista que fue fundado en marzo de 1930— nació en el gran auge del movimiento de masas trabajadoras y con legítimo derecho aspiraba a convertirse en la genuina organización de vanguardia proletaria. Desde el principio se puso a la cabeza de la dirección de todo el movimiento popular. Su actitud combativa le granjeo sólido respaldo de las masas trabajadoras de la ciudad y del campo. Es indudable que esta tónica se la daba, no solo la alta radicalización de las masas en tal periodo de tempestuosa crisis económica y política, sino también la consecuencia revolucionaria de su dirigencia y, en especial, de Agustín Farabundo Martí, el revolucionario más grande que ha producido nuestro pueblo, activo internacionalista revolucionario, anti-imperialista y verdadero comunista que luchó con las armas en la mano como oficial de las guerrillas de Sandino y que, como Marx, vela en la violencia revolucionaria de las masas la partera de la historia. Su nombre glorioso ha sido inscrito en las banderas revolucionarias de nuestro tiempo, como fuente de inspiración y continuidad histórica de la gran lucha de los humildes por su definitiva liberación, rescatándolo del olvido y la indiferencia en que lo habían arrinconado aquellos que al tomar los atajos derechistas han llevado al partido que Farabundo Martí inspiró en su fundación, hasta las posiciones de apéndice de la política burguesa.
Aunque Farabundo Martí no asistió al acto de fundación del partido comunista, pues se encontraba en México acompañando a Sandino en gestiones de ayuda para la guerrilla, fue su inspirador y su máximo dirigente y conductor.
Sin embargo, Martí actuaba en el marco de una estructura partidaria que, como hemos señalado, tenía una básica debilidad en su composición clasista y en tal contexto el mismo no podía sustraerse completamente a los rasgos propios de su origen.
a) En resumen: debilidad básica de la vanguardia, tanto en su base como en su dirección, fue su escasa composición proletaria y la débil influencia que el proletaria te como clase ejercía en su estilo y métodos de trabajo. Fueron sectores radicalizados de la pequeña burguesía los que le imprimían su sello de clase, los que ejercían la hegemonía práctica.
b) El Partido Comunista fundado en 1930, si bien era una autentica expresión de los intereses de las masas populares de ese periodo era, a la altura de 1930-32, una organización en su primera fase de desarrollo orgánico; se puede decir que se encontraba en su etapa inicial, ensayando sus primeros pasos, sin haber tenido el tiempo necesario para recabar la experiencia y preparación masiva para la confrontación decisiva con las experimentadas fuerzas reaccionarias.
Sin embargo, por el tormento histórico en que le tocó activar desde el propio instante de su nacimiento en el marco de una tempestuosa y decisiva coyuntura revolucionaria, y dentro de todas sus lagunas orgánicas ideologías, políticas y tácticas que reimprimía su fase inicial de desarrollo, tuvo que ponerse al frente de las masas trabajadoras para tratar de orientarlas en su ascenso y en sus batallas por el poder.
Es decir, que sin haber tenido el tiempo mínimo para su propia consolidación interna inicial, el naciente partido tuvo que enfrentarse a una de las tareas históricas más grandes y complejas: preparar y dirigir la insurrección de las masas populares hacia la toma del poder político.
La naciente organización, en su legítima calidad de vanguardia revolucionaria no se negó a desempeñar su función histórica de conductor de las masas trabajadoras hacia la toma del poder, pero el nivel de sus propias capacidades y debilidades tenía inevitablemente que reflejarse en la calidad de su conducción.
c) Una de las mayores debilidadas era el grado de desarrollo de su propia estructura orgánica interna, que dado el nivel en que se encontraba, no le permita coordinar eficazmente todo el vasto y complejo campo de organización, movilización y operación revolucionaria de las masas a nivel de todo el país, en lo general y en cada lugar concreto (cantón...) caserío, finca, etc.) y que se convirtió en un factor determinante en su incapacidad de ejercer la conducción política y militar en los momentos claves de la insurrección.
Lenin, al señalar las características del partido del proletariado de nuevo tipo, indicaba que era indispensable que el partido estuviera integrado por células de base —organizadas en los centros de trabajo industrial y rurales y en las localidades, células que permiten ejercer el trabajo organizado, la preparación política e ideológica, la planificación del trabajo, el control colectivo e individual y que, bajo los principios del centralismo democrático, convierten a la organización del proletariado en una compleja y coordinada red de organismos internos a distinto nivel, con una disciplina y capacidad de conducción revolucionaria cualitativamente superior al nivel de las grandes masas que se están incorporando al proceso. Eso permite a la vanguardia dirigirlas. Sin ello, su propio cuerpo orgánico y calidad conductora se diluyen en la gran masa, perdiendo capacidad de dirección.
Y este era precisamente el caso del PCS. No tenía a sus miembros sólidamente organizados en células. Su estructura de base celular prácticamente no existía. Y sus miembros, dentro de una vorágine de tareas prácticas se diluían en la masa, a tal grado que se había perdido el límite cualitativo y orgánico entre miembro y no miembro. Las reuniones de base en las localidades eran prácticamente asambleas de las masas, y eran centenares los trabajadores, sobre todo en el campo, que se consideraban confusamente miembros del partido sin estar organizados en él. Esto, que desde el punto de vista político era muy positivo y mostraba el grado de radicalización de las masas y el grado de influencia política e ideológica de la vanguardia, no era canalizado orgánicamente, por falta de una bien definida red celular. Sin esa estructura ese partido perdía no solo eficacia práctica, capacidad de coordinación y dirección, sino que su propia contextura interna se diluía en el espontaneísmo de las masas y daba lugar al estilo individual, sin control concreto del trabajo de sus cuadros; es decir, incidía en el forjamiento ideológico político y práctico de su membresía.
A tal grado era notoria esta situación interna, que en la Conferencia de la III Internacional celebrada en ese periodo, no se admitió al PCS como miembro pleno de la misma, sino en calidad de observador, por no haber llenado aun los requisitos leninistas de organización, especialmente, el de la estructura celular.
En resumen: la estructura interna del P. C., su débil red celular, le impidieron llevar a la práctica una dirección eficaz, operativa, sobre las grandes masas populares. Y ese fue uno de los principales factores de la derrota.
lll. —LA ESTRATEGIA GENERAL.
Uno de los elementos que más mueven a reflexionar, es que la línea estratégica general de la revolución no estuvo delineada con absoluta claridad, ni ante la propia vanguardia, ni ante las masas. El elemento clave conveniente a la determinación del carácter de la revolución y, por consiguiente, de sus tareas y fases de desarrollo, se internaba en la bruma de la falta de claridad.
Lo que parecía claro para la vanguardia y las masas radicalizadas era la necesidad y la tarea de luchar por la toma del Poder por parte de los obreros y campesinos, romper las bases del aparato estatal de los explotadores, para realizar profundas transformaciones revolucionarias. Pero en cuanto al carácter de estas transformaciones ya no existía la misma claridad.
¿Tendría la revolución el mismo carácter que tuvo en la Unión Soviética: una revolución socialista basada en los Soviets de obreros, campesinos y soldados?
¿O se concebía como una revolución agraria, anti-imperialista, anti feudal y anti oligárquica, con transformaciones democrático-burguesas?
Del análisis de los relates sobre el 32 y de los pronunciamientos e instructivos emitidos por el Partido Comunista y el Socorro Rojo Internacional se infiere que no había suficiente claridad ni uniformidad respecto al carácter de la revolución en ese periodo histórico.
Aún hoy, algunos sobrevivientes del 32 en sus relatos niegan que los objetivos de la revolución hayan sido los del inmediato establecimiento del Socialismo, de la Dictadura del Proletariado, basada en los Soviets (consejos) de Obreros, campesinos y soldados y se muestran enfadados (concretamente en el libro escrito por Roque Dalton sobre esos sucesos) porque así se piense, expresando enfáticamente que el gran objetivo era “la revolución democrático-burguesa”.
Sin embargo, muchos documentos e instructivos de la época desmienten tales versiones o por lo menos indican falta de uniformidad, y con toda energía llaman a “la destrucción implacable de la burguesía nacional y el imperialismo”. “Camaradas Obreros: ármense y defiendan la Revolución Proletarial” “Todo el Poder a los consejos de obreros, campesinos y soldados” (del Manifiesto del C. C. del P. C. Dado en el cuartel general del Ejército Rojo, 21 de enero de 1932). Tomado del mismo libro. Y en la práctica, la formación de los soviets durante la insurrección fue aplicada sin vacilaciones en" muchas localidades.
En cuanto a cómo habían comprendido las masas trabajadoras el lineamiento estratégico: es evidente, que había mayor confusión aun. Muchos luchaban por el comunismo en abstracto, sin comprender, naturalmente, las diferencias entre la fase socialista y la fase de la construcción del comunismo. Otros tenían como motivación el socialismo. Y una gran masa lucha simplemente por la posesión de la tierra para trabajar.
No es el objeto de este artículo intentar un análisis sobre cuál era el verdadero carácter de la revolución en aquella etapa de nuestra historia, dadas las condiciones objetivas y subjetivas reinantes; sino simplemente señalar que una de las mayores debilidades de la insurrección popular de 1932 fue la de no tener suficiente claridad en cuanto a la estrategia general de la revolución en tal periodo histórico.
Este es un punto dentro de esos acontecimientos muy importante, en cuyo análisis es necesario profundizar.
Sólo deseamos agregar que esto tenía incidencia sobre otros aspectos estratégicos importantes; por ejemplo, sobre la delimitación de los enemigos fundamentales y secundarios y sobre la clara delimitación de los aliados, de la base social de las alianzas de clase para llevar a cabo los objetivos de esa fase concreta de la revolución.
Una imprecisa delimitación en este terreno hizo más fácil a las clases enemigas fundamentales el engaño sobre enormes masas de pequeños y medianos productores, comerciantes y de capas medias y el aislamiento de los obreros y campesinos del centro y occidente del país. Para grandes masas revolucionarias, la lucha se presentaba como una lucha entre “ricos y pobres”, diluyéndose en esa caracterización global los matices de clases necesarios para que las clases revolucionarias motrices pudieran fortalecer su campo e impedir que enormes sectores no proletarios se convirtieran en reservas activas de la contrarrevolución.
IV. —LA ESTRATEGIA Y LA TACTICA MILITAR.
Finalmente, es preciso referirse a otro factor clave de la derrota del 32: a la falta de una verdadera preparación militar revolucionaria; a la ausencia de una estrategia y táctica militar apropiadas a las condiciones.
Ya hemos dicho las circunstancias en las que el partido de Farabundo Martí se vio precisado históricamente a ponerse al frente de la insurrección, apenas ocurrida su aparición. No se podía concebir que en tan poco tiempo y en las condiciones de una no completa consolidación interna la naciente organización tuviera llenadas todas sus líneas de trabajo, sus cuadros técnicos, los instructores políticos y militares, la logística e infraestructura necesaria, etc.
Teniéndolo en cuenta sin embargo, es necesario reconocer un hecho objetivo, que unido a los otros señalados y a otros de ellos derivados, tuvo una gravitación decisiva sobre el curso de las operaciones militares insurreccionales.
a) Es evidente que no había una concepción estratégica militar coherente para la conducción de la insurrección frente a la estrategia contrarrevolucionaria.
Tal estrategia tendría que tomar en cuenta la real correlación de fuerzas militares entre el enemigo y el pueblo (hombres, poder de fuego, reservas, capacidad general operativa, etc.); el grado de sus contradicciones o dificultades internas; la dirección del filo fundamental de sus golpes (del enemigo), etc., para poder actuar en el momento, en el terreno y con los métodos y medios más propicios para las fuerzas del pueblo.
b) Tal concepción tendría que guiar, naturalmente, la escogitación de las tácticas apropiadas a cada batalla y choque concreto. La ausencia, tanto del primero como del segundo elemento, determino no solo la falta de guía y proyección general de la insurrección, sino también el espontaneísmo en la adopción de la táctica en cada choque concreto. Expliquémonos: la táctica varía en cada caso de acuerdo con una serie de circunstancias en que se da cada operación militar concreta, pero debe estar dentro de los lineamientos generales estratégicos y guiados por las orientaciones tácticas generales. Al faltar esto, las múltiples acciones realizadas en los escenarios de la insurrección caían en el espontaneísmo, el empirismo, la descoordinación y la dispersión frente a planes estratégicos y tácticos del enemigo, centralizados, meditados y conducidos técnicamente.
c) La preparación técnica militar de los cuadros encargados de dirigir la operatividad a nivel local no se llevó a cabo. Fueron designados los Comandantes Rojos locales, tomando en cuenta algunas cualidades y capacidades específicas, pero sin prepararlos concretamente para la dirección de las acciones armadas, por lo que —llegado el momento— muchos tuvieron que operar dentro de un nivel muy empírico y primitivo. No obstante eso, muchos comandantes rojos dieron pruebas de un heroísmo sin límites y de una capacidad intuitiva que los condujo a grandes aciertos tácticos y aun estratégicos. Como por ejemplo, el caso del dirigente campesino Segundo Ramírez, que organizó una columna de 5.000 campesinos de la zona de Izalco e ingresó a la ciudad de Sonsonate.
Es cierto que en el fragor de los combates de clase el pueblo hace surgir a multitud de dirigentes revolucionarios capaces y experimentados en la lucha; sin embargo, la falta de mandos revolucionarios con la debida preparación militar, fue otra de las grandes debilidades de la revolución en 1932.
d) La logística militar revolucionaria. La ausencia de logística adecuada se hizo más sensible en uno de los factores fundamentales de la lucha: el armamento. Fuera de los instrumentos de trabajo —los machetes y armas similares— y de escopetas y otras armas de fuego “caseras”, las masas trabajadoras tuvieron que enfrentarse prácticamente con las manos a toda la técnica y poder de fuego de un ejército profesional reaccionario, asesorado y abastecido por el imperialismo. No se había realizado el armamento del pueblo (la armamentación). Ni siquiera el armamento de la organización que constituía el Estado Mayor de la Revolución. Esto se confirma dramáticamente en el relato de supervivientes que eran miembros del Comité Central del Partido, que cuando fueron capturados estaban desarmados, porque este organismo rector de la revolución, en general no poseía armas. Y si esto suceda con el organismo llamado a llevar la dirección estrategia político-militar de la guerra, podemos deducir el cuadro completo de las fuerzas del pueblo en este terreno.
Esto, indudablemente, fue otro de los factores claves de la derrota. Las lecciones que de allí se derivan son obvias.
Hemos reseñado lo que nos ha parecido que constituyen algunas de las principales debilidades que estuvieron en la raíz de la derrota popular de 1932. Estas no son todas las debilidades y, de las descritas, se derivan y ramifican otras que también incidieron en el proceso. La labor de desentrañarlas es necesaria para extraer las enseñanzas que guíen la practica revolucionaria actual.
Y es necesario recalcar que el campo de este artículo es solo un matiz del rico cuadro de tales acontecimientos, cada una de cuyas partes urge de la profundización en el estudio y de su concatenación, para no caer en la unilateralidad de enfoque.
Es necesario tomar en cuenta que las debilidades y errores no son más que una parte dentro de todo un gigantesco mareo de positivas experiencias; que las sombras cubren nada más que, una pequeña porción en el grandioso panorama de luz revolucionaria generada por la energía de las masas. Y que al enfocarlas lo hacemos con el objeto de extraer las experiencias necesarias para el que hacer futuro, puesto que la historia no terminó en 1932 sino que sigue su marcha hacia sus estadios más luminosos y fecundos.
La insurrección de 1932 es el acontecimiento más grande en la lucha de clases en toda la historia del país. La participación de grandes masas trabajadoras, su heroísmo sublime fue su signo descollante. El papel revolucionario desempeñado sin vacilaciones por su organización de vanguardia en su tarea de incorporar a las grandes masas a la revolución y la realidad de dirigentes revolucionarios como AGUSTIN FARABUNDO MARTI es otro de sus grandes legados.
Con respeto, cariño y admiración, las actuales generaciones revolucionarias levantan en alto las banderas rojas en la sangre de miles de trabajadores que fecundaron el terreno de la felicidad futura de todos los humildes y oprimidos; ¡Al asaltar el Poder, al tratar de “escalar el cielo” (como decía Marx de los comuneros de París) han señalado el camino que indefectiblemente conducirá a las victorias definitivas del pueblo!.
San Salvador, mayo de 1976.
LA OTRA CAMPAÑA EN EL SALVADOR Y EXTERIOR DE EL PAIS No- A la Farsa Electoral" Salvadoreños Por El Bien del Pais , No - Votes "
EL SALVADOR ESTAMOS LUCHANDO COMO LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA CON LA GUIA EL MARXISMO LENINISMO REVOLUCIONARIO PENSAMIENTO Salvador Cayetano Carpio Comandante Solo Hay Uno, Marcial !
1 DE MAYO FORJEMOS LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA CON HEGEMONIA DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO HACIA LA CONSTRUCCION DE EL SISTEMA SOCIALISTA LA CIENCIA DEL PROLETARIADO EL MARXISMO LENINISMO REVOLUCIONARIO CON EL 1 DE MAYO SOCIALISTA DEL 2016 DIA INTERNACIONAL DE LA CLASE OBRERA MUNDIAL.
PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES,UNIOS !
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL ES COMPARTIR ESTO.
A REIVINDICAR
CONSECUENTE
EL 1 DE MAYO
DEL 2016
EL SINDICALISMO
REVOLUCIONARIO
A NUESTRO LIDER
HISTORICO OBRERO
PROLETARIO INDISCUTIBLE
SALVADOR CAYETANO
CARPIO COMANDANTE
MARCIAL DERROTO
AL FMLN DERECHA
REVISIONISTAS
REFORMISTAS
LOS TRAIDORES
DEL PROCESO
REVOLUCIONARIO
COMERCIANTES
DE LOS PRINCIPIOS...
LA OTRA CAMPAÑA EN EL SALVADOR Y EXTERIOR DE EL PAIS No- A la Farsa Electoral" Salvadoreños Por El Bien del Pais , No - Votes "
EL SALVADOR ESTAMOS LUCHANDO COMO LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA CON LA GUIA EL MARXISMO LENINISMO REVOLUCIONARIO PENSAMIENTO Salvador Cayetano Carpio Comandante Solo Hay Uno, Marcial !
1 DE MAYO FORJEMOS LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA CON HEGEMONIA DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO HACIA LA CONSTRUCCION DE EL SISTEMA SOCIALISTA LA CIENCIA DEL PROLETARIADO EL MARXISMO LENINISMO REVOLUCIONARIO CON EL 1 DE MAYO SOCIALISTA DEL 2016 DIA INTERNACIONAL DE LA CLASE OBRERA MUNDIAL.
PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES,UNIOS !
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL ES COMPARTIR ESTO.
La lucha popular prolongada revolucionaria y reivindicativa de la clase obrera y de el campesinado pobre y de los sectores sociales de nuestro heroico pueblo de El Salvador este 1 de Mayo del 2016 lleba el sello garantia de la lucha de clases antagonicas entre proletariado y burguesia en nuestro propio pais.
Las contradicciones antagonicas de clases sociales entre proletariado y burguesia
no son conciliables y sus formas de lucha llegaron a un enfrentamiento que es la lucha de clases mientras la burguesia criolla en el partido ARENA a hecho otra vez aliado a la pequeña burguesia de el partido FMLN ultraderecha y derecha se unen compartiendo el poder en los gobiernos de turno de el presente sistema burgues capitalista dependiente del imperialismo norteamericano y maniobran con las elecciones y las votaciones imponiendo las formulas presidenciales y a la par la manipulación y la demagogia de las farsas electorales y el engaño de el voto libre y que con este hay democracia y buen vivir de todos los ciudadanos y la paz y que el pais tiene cambios y progreso,la burguesia y la pequeña burguesia los ricos lo tienen todo poderoso caballero es Don Dinero y Democracia para ellos es la violencia institucionalizada de la tirania militar fascistoide con los atropellamientos diarios y los miles de asesinatos y ladronismo a nivel nacional contra los trabajadores pueblo salvadoreño las grandes mayorias que represetan las fuerzas productivas y que encabezan los obreros y los campesinos,estudiantes y maestros,tecnicos y profesionales,intelectuales escritores y artistas,las amas de casa,la juventud,y otros sectores de la sociedad.
Por esto organizadamente la clase obrera en alianza organica con el campesinado pobre y los sectores sociales,hoy mas que nunca estamos haciendo el trabajo de forjar de los simple a lo complejo la ALIANZA OBRERO CAMPESINA CON HEGEMONIA DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO y nuevamente es necesario organizarse para todos los niveles de la lucha popular prolongada y solo combatiendo triunfaremos y debemos mentalizarnos que pueblo que lucha triunfa por la via revolucionaria,la huelga,el paro,las tomas,las manifestaciones y el boicot a las elecciones y no votar,el abstencionismo politico ideologico contra el presente sistema capitalista de burgueses y pequeños burgueses y militares y policias fascistoides explotadores,opresores,represivos.
La importancia de la ALIANZA OBRERO CAMPESINA CON HEGEMONIA DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO es porque el poder demoledor de los trabajadores pueblo salvadoreño es capaz de derrocar a la burguesia y de derrotarla en todos los terrenos de la lucha de clases y terminar con la hegemonia de la burguesia criolla y de la tirania militar fascistoide y de sus apendices de la pequeño burguesia,necesitamos destruir a los corruptos y mafiosos partidos ARENA-FMLN-GANA-PCN-PDC-PSD-MNP- etc, y esto lo podemos hacer con educación politica ideologica,con propaganda revolucionaria,con pintas y pegas y con proclamas en las radios y con comunicados en la prensa revolucionaria y de boca en boca y de movimiento en movimiento manos a la obra triunfaremos.
En la lucha de clases antagonicas por el poder politico en toda la historia de El Salvador,tenemos que partir de la moral revolucionaria las enseñanzas que guíen la práctica revolucionaria actual y retomar que ya existe el B.P.R. Bloque Popular Revolucionario Movimiento Social Autonomo de El Salvador ( MOSA ) y Frente Revolucionario de Masas F.R.M. y la Federación Sindical Revolucionaria F.S.R. y la Federación Sindical Salvadoreña FESS,el Sindicato de Maestros y Maestras de la Educación con Participación de las Comunidades (SIMEDUCO) y la Coordinadora Sindical Salvadoreña (C.S.S.) la cual hoy aglutina al sindicalismo revolucionario de todo El Salvador y les guste o no les guste retomamos el legado proletario popular socialista de nuestro maximo lider historico intachable el Marxismo Leninismo Revolucionario Pensamiento Salvador Cayetano Carpio Comandante Solo Hay Uno,Marcial ! Y junto a el,los miles de heroes y martires revolucionarios caidos en pie de lucha por construir el socialismo,Jose Dimas Alas,Ernesto Morales,Juan Chacón,Saul Santiago Contreras,Gilberto Martinez Carranza,Justo Mejia,Apolinario Serrano,Emma Guadalupe Carpio.
Vamos cabalgando dia a dia a corto,mediano y largo plazo y derrotaremos a los burgueses criollos y a sus cuerpos represivos y a los pequeño burgueses de el FMLN de derecha los revisionistas y reformistas burocratas y delincuentes contrarrevolucionarios compartiendo el poder en conciliación y colaboración con el sistema capitalista y gobiernos de turnos responsables de la hambruna y de la extrema pobreza y los bajos salarios y la falta de fuentes de trabajo y la miseria y de el patrocinio del pillaje de las maras anti sociales y bandoleros que le roban al trabador pueblo salvadoreño su dinero y asesinan como los otros que estan de delincuentes en todas las estructuras del Estado burgues.
VIVA EL 1 DE MAYO DEL 2016 !
A LUCHAR POR UN GOBIERNO DEMOCRATICO REVOLUCIONARIO
G.D.R HACIA EL SOCIALISMO BASADO
EN LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA
CON HEGEMONIA DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO
PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES,UNIOS!
SALPRESS
ES SOCIALISMO !
AGENCIA SALVADOREÑA
DE PRENSA SOCIALISTA
NOS HONRAMOS ESTE
NUEVO 1 DE MAYO 2016
CON UN APORTE
DEL COMPAÑERO
RAFAEL CARRANZA
UN LIBRO ESCRITO
POR EL LEGENDARIO
SALVADOR CAYETANO
CARPIO COMANDANTE
MARCIAL
CON EL SEUDONIMO
DE BENEDICTO JUAREZ
La insurrección de 1932 es el acontecimiento más grande en la lucha de clases en toda la historia de El Salvador. Es necesario desentrañar sus debilidades para extraer las enseñanzas que guíen la práctica revolucionaria actual. Este es un aporte dentro de esa labor.
EDITORIAL 32
DEBILIDADES DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DE 1932
EN EL SALVADOR
Benedicto Juárez
Colección: Perspectiva
Benedicto Juárez
DEBILIDADES
DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DE 1932
EN EL SALVADOR
EDITORIAL 32
________________________________________________
Julio de 1979
PRESENTACION
Muchas han sido las experiencias combativas y revolucionarias de nuestro pueblo. Ellas han servido y servirán de lecciones al movimiento de masas que se consolida día a día en nuestro país bajo la bandera de las organizaciones consecuentes con los intereses históricos del proletariado y que representan, en el proceso revolucionario, la vía más eficaz para una liberación definitiva. El estudio crítico y el análisis de los principios más auténticamente revolucionarios que deben orientar las batallas venideras, es impostergable. Contribuir a la difusión e incremento de ese estudio, es la finalidad esencial de esta publicación.
INTRODUCCION
Creemos conveniente traspasar los límites anecdóticos en que se mueven muchos de los “relatos del 32”, e intentar la penetración en la esencia de la más grande experiencia revolucionaria del proletariado y campesinado salvadoreños que registra nuestra historia. Intentarlo es un deber de toda institución o persona que se proponga, no solo interpretar los hechos históricos sino extraer de ellos las herramientas para contribuir a la transformación revolucionaria de la sociedad.
Es evidente que un fenómeno tan grande y de tanta riqueza en cuanto a lecciones para el proletariado y sus aliados no es posible analizarlo y ni siquiera compendiar todos sus rasgos esenciales en unas pocas páginas, sobre todo tratándose de un tema poco profundizado hasta hoy por las organizaciones revolucionarias del país.
Se ubica, pues, el objetivo de estas líneas, en buscar claridad a uno de los aspectos de los acontecimientos de 1932: en la búsqueda de las principales debilidades y errores del movimiento revolucionario que condujeron a su derrota.
Con el fin de ordenar la exposición de elementos dialécticamente ligados, interrelacionados y que se influyen mutuamente, podríamos esbozar el orden siguiente: lo relacionado con la clase (o las clases); con su vanguardia revolucionaria; con su estrategia general; con su estrategia y táctica militar.
I.—LA CLASE OBRERA.
Es la clase motriz fundamental de la revolución en la sociedad capitalista. En la década del 20 y principios del 30, el desarrollo de la clase obrera era sumamente débil en el País, tanto en cantidad como en calidad. En la composición orgánica de la clase obrera, el sector obrero industrial representaba un porcentaje íntimo. Predominaba de manera aplastante el sector de los operarios de pequeños talleres semi-artesanales y, en segundo lugar, los operarios concentrados en grandes talleres manufactureros (de zapatería, sastrería, carpintería, panadera, etc.) sin maquinaria industrial pero con división de las operaciones laborales que, como se sabe, es propio de la fase de transición entre el taller artesanal y la fábrica industrial. Y, en el campo, en el sector de jornaleros agrícolas predominaba el semiproletariado (campesinado pobre, que vende su fuerza de trabajo durante una parte del año).
El proletariado fabril y de grandes empresas industriales apenas despuntaba. Eso no significa que no hubiera proletariado industrial, pero su peso era casi inadvertido. En el último cuarto del siglo pasado, comenzaron a desarrollarse algunas ramas nuevas de la clase obrera: ferrocarrileros, electricistas, de construcción y de transportes, principalmente y, a partir de 1919, comienzan a instalarse las primeras fábricas textiles, aunque continua predominando la producción de telares manuales.
Tal grado de desarrollo en cantidad y calidad de la clase obrera representaba una debilidad básica para las fuerzas revolucionarias en su conjunto, dado que la clase históricamente llamada a encabezar las acciones y las transformaciones revolucionarias y la marcha hasta el Socialismo se diluía en el mar de los sectores pequeño burgueses, sin capacidad de ejercer integralmente en la práctica su dirección de clase.
En esto ubicamos una de las fundamentales debilidades de la insurrección de 1932: la debilidad de la clase históricamente llamada a convertirse en clase dirigente de la revolución: la clase obrera.
Este elemento básico no dependía de la voluntad de los hombres; vale decir, que ninguna organización o persona era “culpable” de esa situación; sino que era un factor objetivo, determinado por el grado de desarrollo de las fuerzas productivas existentes en ese periodo histórico.
Como sabemos, el capitalismo cobro un desarrollo de creciente intensidad en el país en los últimos 25 años del siglo pasado, ligado a la ascendente producción y comercialización del café. Ya en 1880, el café pasó a constituir más del 50% de las exportaciones, y no es casualidad que, precisamente entonces, se inicie una serie de reformas burguesas (disolución de las comunidades indígenas, extinción de los tejidos) que abrieron paso al fortalecimiento y gigantesca extensión de la gran propiedad cafetalera sobre la tierra, del gran comercio hacia el exterior y de un creciente desarrollo del capitalismo interno (bancos, ferrocarriles, electricidad, puertos, transportes, construcción, minas, servicios, paso de la artesanía a la manufactura etc.
Es decir, el desarrollo del capitalismo se intensifica en el país, orgánicamente ligado a la creciente dependencia del imperialismo mundial, fase que alcanzan ya a estas alturas, los poderosos centros de la economía capitalista en las metrópolis, especialmente Estados Unidos y Europa (Inglaterra, Francia, Alemania). Proceso que ya a principios de este siglo estuvo en capacidad de analizar Lenin en su obra: “El Imperialismo, etapa superior del capitalismo”.
Como apéndice de la economía capitalista de las metrópolis, el capitalismo en el país se desarrollaba orientado la producción fundamental hacia afuera, hacia la exportación, constituyéndose el café en el principal producto exportable, con lo cual el sector agroexportador de las clases dominantes ligado al imperialismo (inglés, alemán, y finalmente norteamericano) es el predominante en la economía y en el Poder político del país.
A finales de la década del 20 esta situación sigue dominando la escena. La oligarquía agroexportadora es el sector de las clases dominantes que hegemoniza en el poder político y en la economía, aunque sensiblemente quebrantada por los golpes de la crisis mundial de 1929 que había hecho bajar drásticamente las exportaciones del café. El sector industrial —que décadas después le disputaría la hegemonía— estaba en pañales.
Esta situación objetiva del grado de desarrollo de las fuerzas productivas determina la debilidad cuantitativa y cualitativa del proletariado en 1932.
En lo político esto se traducía —y en tales condiciones no podía ser de otro modo— en el hecho de que en la dirección del movimiento revolucionario predominaran las capas y los cuadros radicalizados de la pequeña burguesía: el estudiantado, los maestros, los pequeños propietarios de talleres semi-artesanales radicalizados por la crisis, los operarios semi-artesanales y los campesinos (especialmente medios) impregnando al movimiento de sus fuertes características de clase: espontaneísmo, improvisación, falta de planificación, inestabilidad, etc. (características de clase que Lenin señala magistralmente en “¿Que Hacer?”).
Esta correlación en la base clasista tenía necesariamente que incidir en el desarrollo y culminación del proceso revolucionario en esa etapa. En la práctica, fueron las grandes masas campesinas las que constituyeron la fuerza fundamental de masas de la insurrección. La clase obrera representó una fuerza importante pero no la principal, lo que estaba en relación con su grado de desarrollo en cantidad y calidad. De tal manera, los operarios y obreros de las ciudades, politizados por el Partido Comunista, por el Socorro Rojo Internacional y por sus sindicatos revolucionarios, realizaron heroicos esfuerzos durante la insurrección, pero no constituyeron —como clase— ni la fuerza principal ni la fuerza dirigente. La dirigencia del movimiento popular fue extraída de las capas revolucionarias de la pequeña burguesía que había adoptado la teoría revolucionaria del proletariado, pero sin alcanzar a proletarizarse integralmente.
Resumiendo: el cuadro clasista de fuerzas motrices de la revolución en ese periodo se integró de la siguiente manera: fuerza fundamental: el campesinado; fuerza importante, pero que no jugo el papel principal: la clase obrera; fuerza hegemónica: la pequeña burguesía radicalizada.
Cualquiera que medite sobre la composición fundamental de clase de las masas participantes, la extracción social de sus dirigentes, los teatros principales de lucha, podrá constatar esta conclusión. Y el hecho de que grandes masas hayan sentido la motivación de las ideas marxistas —de las ideas científicas del proletariado— y que hubieran sido dirigidas por el partido que expresaba los intereses históricos del proletariado, no cambia en esencia ese cuadro clasista de la insurrección, ya que, como se ve repetirse muchas veces en la historia de los procesos revolucionarios de los pueblos, no siempre el “ser social” coincide con el “ser ideológico” (para decirlo con las expresiones de Debray en “Crítica de las Armas”). Lo cual es muy importante de tomar en cuenta, ya que ahora mismo en nuestro país y en Latinoamérica, muchas organizaciones revolucionarias que proclaman la teoría marxista distan mucho de estar proletarizadas, de ser orgánicas expresiones de la clase de vanguardia, lo que constituye una de las mayores debilidades del movimiento revolucionario a la altura de 1976, cuando el proletariado ha crecido notablemente, hasta haberse convertido en El Salvador, en la mayoritaria clase social. Por ello, en este terreno, la lección de la insurrección del 32 no es inoficiosa, sino que se convierte en una valiosa arma para transformar la estructura clasista de una verdadera organización revolucionaria, en el sentido de convertirse no solo ideológicamente sino en su composición social, en genuina representante del proletariado en su más alta calidad. Y en esa debilidad es donde encontramos la raíz de clase, tanto del oportunismo de derecha, como del aventurerismo de izquierda.
II. —LA ORGANIZACION VANGUARDIA REVOLUCIONARIA DE LA CLASE OBRERA.
Para comenzar, hemos de ver que el partido del proletariado no podía, a la altura del 30-32 en las condiciones de su surgimiento, sobrepasar el marco social determinado por el grado de desarrollo de las fuerzas productivas. De tal manera, su composición clasista estaba integrada por campesinos medios y pobres, estudiantes universitarios, maestros, propietarios y operarios de pequeños talleres semi-artesanales, pequeños comerciantes y jornaleros agrícolas. En su dirección predominaban los estudiantes universitarios y los propietarios y operarios de talleres semi-artesanales. Esto le daba a la dirección del partido un sello eminentemente pequeño burgués.
El partido del proletariado —partido comunista que fue fundado en marzo de 1930— nació en el gran auge del movimiento de masas trabajadoras y con legítimo derecho aspiraba a convertirse en la genuina organización de vanguardia proletaria. Desde el principio se puso a la cabeza de la dirección de todo el movimiento popular. Su actitud combativa le granjeo sólido respaldo de las masas trabajadoras de la ciudad y del campo. Es indudable que esta tónica se la daba, no solo la alta radicalización de las masas en tal periodo de tempestuosa crisis económica y política, sino también la consecuencia revolucionaria de su dirigencia y, en especial, de Agustín Farabundo Martí, el revolucionario más grande que ha producido nuestro pueblo, activo internacionalista revolucionario, anti-imperialista y verdadero comunista que luchó con las armas en la mano como oficial de las guerrillas de Sandino y que, como Marx, vela en la violencia revolucionaria de las masas la partera de la historia. Su nombre glorioso ha sido inscrito en las banderas revolucionarias de nuestro tiempo, como fuente de inspiración y continuidad histórica de la gran lucha de los humildes por su definitiva liberación, rescatándolo del olvido y la indiferencia en que lo habían arrinconado aquellos que al tomar los atajos derechistas han llevado al partido que Farabundo Martí inspiró en su fundación, hasta las posiciones de apéndice de la política burguesa.
Aunque Farabundo Martí no asistió al acto de fundación del partido comunista, pues se encontraba en México acompañando a Sandino en gestiones de ayuda para la guerrilla, fue su inspirador y su máximo dirigente y conductor.
Sin embargo, Martí actuaba en el marco de una estructura partidaria que, como hemos señalado, tenía una básica debilidad en su composición clasista y en tal contexto el mismo no podía sustraerse completamente a los rasgos propios de su origen.
a) En resumen: debilidad básica de la vanguardia, tanto en su base como en su dirección, fue su escasa composición proletaria y la débil influencia que el proletaria te como clase ejercía en su estilo y métodos de trabajo. Fueron sectores radicalizados de la pequeña burguesía los que le imprimían su sello de clase, los que ejercían la hegemonía práctica.
b) El Partido Comunista fundado en 1930, si bien era una autentica expresión de los intereses de las masas populares de ese periodo era, a la altura de 1930-32, una organización en su primera fase de desarrollo orgánico; se puede decir que se encontraba en su etapa inicial, ensayando sus primeros pasos, sin haber tenido el tiempo necesario para recabar la experiencia y preparación masiva para la confrontación decisiva con las experimentadas fuerzas reaccionarias.
Sin embargo, por el tormento histórico en que le tocó activar desde el propio instante de su nacimiento en el marco de una tempestuosa y decisiva coyuntura revolucionaria, y dentro de todas sus lagunas orgánicas ideologías, políticas y tácticas que reimprimía su fase inicial de desarrollo, tuvo que ponerse al frente de las masas trabajadoras para tratar de orientarlas en su ascenso y en sus batallas por el poder.
Es decir, que sin haber tenido el tiempo mínimo para su propia consolidación interna inicial, el naciente partido tuvo que enfrentarse a una de las tareas históricas más grandes y complejas: preparar y dirigir la insurrección de las masas populares hacia la toma del poder político.
La naciente organización, en su legítima calidad de vanguardia revolucionaria no se negó a desempeñar su función histórica de conductor de las masas trabajadoras hacia la toma del poder, pero el nivel de sus propias capacidades y debilidades tenía inevitablemente que reflejarse en la calidad de su conducción.
c) Una de las mayores debilidadas era el grado de desarrollo de su propia estructura orgánica interna, que dado el nivel en que se encontraba, no le permita coordinar eficazmente todo el vasto y complejo campo de organización, movilización y operación revolucionaria de las masas a nivel de todo el país, en lo general y en cada lugar concreto (cantón...) caserío, finca, etc.) y que se convirtió en un factor determinante en su incapacidad de ejercer la conducción política y militar en los momentos claves de la insurrección.
Lenin, al señalar las características del partido del proletariado de nuevo tipo, indicaba que era indispensable que el partido estuviera integrado por células de base —organizadas en los centros de trabajo industrial y rurales y en las localidades, células que permiten ejercer el trabajo organizado, la preparación política e ideológica, la planificación del trabajo, el control colectivo e individual y que, bajo los principios del centralismo democrático, convierten a la organización del proletariado en una compleja y coordinada red de organismos internos a distinto nivel, con una disciplina y capacidad de conducción revolucionaria cualitativamente superior al nivel de las grandes masas que se están incorporando al proceso. Eso permite a la vanguardia dirigirlas. Sin ello, su propio cuerpo orgánico y calidad conductora se diluyen en la gran masa, perdiendo capacidad de dirección.
Y este era precisamente el caso del PCS. No tenía a sus miembros sólidamente organizados en células. Su estructura de base celular prácticamente no existía. Y sus miembros, dentro de una vorágine de tareas prácticas se diluían en la masa, a tal grado que se había perdido el límite cualitativo y orgánico entre miembro y no miembro. Las reuniones de base en las localidades eran prácticamente asambleas de las masas, y eran centenares los trabajadores, sobre todo en el campo, que se consideraban confusamente miembros del partido sin estar organizados en él. Esto, que desde el punto de vista político era muy positivo y mostraba el grado de radicalización de las masas y el grado de influencia política e ideológica de la vanguardia, no era canalizado orgánicamente, por falta de una bien definida red celular. Sin esa estructura ese partido perdía no solo eficacia práctica, capacidad de coordinación y dirección, sino que su propia contextura interna se diluía en el espontaneísmo de las masas y daba lugar al estilo individual, sin control concreto del trabajo de sus cuadros; es decir, incidía en el forjamiento ideológico político y práctico de su membresía.
A tal grado era notoria esta situación interna, que en la Conferencia de la III Internacional celebrada en ese periodo, no se admitió al PCS como miembro pleno de la misma, sino en calidad de observador, por no haber llenado aun los requisitos leninistas de organización, especialmente, el de la estructura celular.
En resumen: la estructura interna del P. C., su débil red celular, le impidieron llevar a la práctica una dirección eficaz, operativa, sobre las grandes masas populares. Y ese fue uno de los principales factores de la derrota.
lll. —LA ESTRATEGIA GENERAL.
Uno de los elementos que más mueven a reflexionar, es que la línea estratégica general de la revolución no estuvo delineada con absoluta claridad, ni ante la propia vanguardia, ni ante las masas. El elemento clave conveniente a la determinación del carácter de la revolución y, por consiguiente, de sus tareas y fases de desarrollo, se internaba en la bruma de la falta de claridad.
Lo que parecía claro para la vanguardia y las masas radicalizadas era la necesidad y la tarea de luchar por la toma del Poder por parte de los obreros y campesinos, romper las bases del aparato estatal de los explotadores, para realizar profundas transformaciones revolucionarias. Pero en cuanto al carácter de estas transformaciones ya no existía la misma claridad.
¿Tendría la revolución el mismo carácter que tuvo en la Unión Soviética: una revolución socialista basada en los Soviets de obreros, campesinos y soldados?
¿O se concebía como una revolución agraria, anti-imperialista, anti feudal y anti oligárquica, con transformaciones democrático-burguesas?
Del análisis de los relates sobre el 32 y de los pronunciamientos e instructivos emitidos por el Partido Comunista y el Socorro Rojo Internacional se infiere que no había suficiente claridad ni uniformidad respecto al carácter de la revolución en ese periodo histórico.
Aún hoy, algunos sobrevivientes del 32 en sus relatos niegan que los objetivos de la revolución hayan sido los del inmediato establecimiento del Socialismo, de la Dictadura del Proletariado, basada en los Soviets (consejos) de Obreros, campesinos y soldados y se muestran enfadados (concretamente en el libro escrito por Roque Dalton sobre esos sucesos) porque así se piense, expresando enfáticamente que el gran objetivo era “la revolución democrático-burguesa”.
Sin embargo, muchos documentos e instructivos de la época desmienten tales versiones o por lo menos indican falta de uniformidad, y con toda energía llaman a “la destrucción implacable de la burguesía nacional y el imperialismo”. “Camaradas Obreros: ármense y defiendan la Revolución Proletarial” “Todo el Poder a los consejos de obreros, campesinos y soldados” (del Manifiesto del C. C. del P. C. Dado en el cuartel general del Ejército Rojo, 21 de enero de 1932). Tomado del mismo libro. Y en la práctica, la formación de los soviets durante la insurrección fue aplicada sin vacilaciones en" muchas localidades.
En cuanto a cómo habían comprendido las masas trabajadoras el lineamiento estratégico: es evidente, que había mayor confusión aun. Muchos luchaban por el comunismo en abstracto, sin comprender, naturalmente, las diferencias entre la fase socialista y la fase de la construcción del comunismo. Otros tenían como motivación el socialismo. Y una gran masa lucha simplemente por la posesión de la tierra para trabajar.
No es el objeto de este artículo intentar un análisis sobre cuál era el verdadero carácter de la revolución en aquella etapa de nuestra historia, dadas las condiciones objetivas y subjetivas reinantes; sino simplemente señalar que una de las mayores debilidades de la insurrección popular de 1932 fue la de no tener suficiente claridad en cuanto a la estrategia general de la revolución en tal periodo histórico.
Este es un punto dentro de esos acontecimientos muy importante, en cuyo análisis es necesario profundizar.
Sólo deseamos agregar que esto tenía incidencia sobre otros aspectos estratégicos importantes; por ejemplo, sobre la delimitación de los enemigos fundamentales y secundarios y sobre la clara delimitación de los aliados, de la base social de las alianzas de clase para llevar a cabo los objetivos de esa fase concreta de la revolución.
Una imprecisa delimitación en este terreno hizo más fácil a las clases enemigas fundamentales el engaño sobre enormes masas de pequeños y medianos productores, comerciantes y de capas medias y el aislamiento de los obreros y campesinos del centro y occidente del país. Para grandes masas revolucionarias, la lucha se presentaba como una lucha entre “ricos y pobres”, diluyéndose en esa caracterización global los matices de clases necesarios para que las clases revolucionarias motrices pudieran fortalecer su campo e impedir que enormes sectores no proletarios se convirtieran en reservas activas de la contrarrevolución.
IV. —LA ESTRATEGIA Y LA TACTICA MILITAR.
Finalmente, es preciso referirse a otro factor clave de la derrota del 32: a la falta de una verdadera preparación militar revolucionaria; a la ausencia de una estrategia y táctica militar apropiadas a las condiciones.
Ya hemos dicho las circunstancias en las que el partido de Farabundo Martí se vio precisado históricamente a ponerse al frente de la insurrección, apenas ocurrida su aparición. No se podía concebir que en tan poco tiempo y en las condiciones de una no completa consolidación interna la naciente organización tuviera llenadas todas sus líneas de trabajo, sus cuadros técnicos, los instructores políticos y militares, la logística e infraestructura necesaria, etc.
Teniéndolo en cuenta sin embargo, es necesario reconocer un hecho objetivo, que unido a los otros señalados y a otros de ellos derivados, tuvo una gravitación decisiva sobre el curso de las operaciones militares insurreccionales.
a) Es evidente que no había una concepción estratégica militar coherente para la conducción de la insurrección frente a la estrategia contrarrevolucionaria.
Tal estrategia tendría que tomar en cuenta la real correlación de fuerzas militares entre el enemigo y el pueblo (hombres, poder de fuego, reservas, capacidad general operativa, etc.); el grado de sus contradicciones o dificultades internas; la dirección del filo fundamental de sus golpes (del enemigo), etc., para poder actuar en el momento, en el terreno y con los métodos y medios más propicios para las fuerzas del pueblo.
b) Tal concepción tendría que guiar, naturalmente, la escogitación de las tácticas apropiadas a cada batalla y choque concreto. La ausencia, tanto del primero como del segundo elemento, determino no solo la falta de guía y proyección general de la insurrección, sino también el espontaneísmo en la adopción de la táctica en cada choque concreto. Expliquémonos: la táctica varía en cada caso de acuerdo con una serie de circunstancias en que se da cada operación militar concreta, pero debe estar dentro de los lineamientos generales estratégicos y guiados por las orientaciones tácticas generales. Al faltar esto, las múltiples acciones realizadas en los escenarios de la insurrección caían en el espontaneísmo, el empirismo, la descoordinación y la dispersión frente a planes estratégicos y tácticos del enemigo, centralizados, meditados y conducidos técnicamente.
c) La preparación técnica militar de los cuadros encargados de dirigir la operatividad a nivel local no se llevó a cabo. Fueron designados los Comandantes Rojos locales, tomando en cuenta algunas cualidades y capacidades específicas, pero sin prepararlos concretamente para la dirección de las acciones armadas, por lo que —llegado el momento— muchos tuvieron que operar dentro de un nivel muy empírico y primitivo. No obstante eso, muchos comandantes rojos dieron pruebas de un heroísmo sin límites y de una capacidad intuitiva que los condujo a grandes aciertos tácticos y aun estratégicos. Como por ejemplo, el caso del dirigente campesino Segundo Ramírez, que organizó una columna de 5.000 campesinos de la zona de Izalco e ingresó a la ciudad de Sonsonate.
Es cierto que en el fragor de los combates de clase el pueblo hace surgir a multitud de dirigentes revolucionarios capaces y experimentados en la lucha; sin embargo, la falta de mandos revolucionarios con la debida preparación militar, fue otra de las grandes debilidades de la revolución en 1932.
d) La logística militar revolucionaria. La ausencia de logística adecuada se hizo más sensible en uno de los factores fundamentales de la lucha: el armamento. Fuera de los instrumentos de trabajo —los machetes y armas similares— y de escopetas y otras armas de fuego “caseras”, las masas trabajadoras tuvieron que enfrentarse prácticamente con las manos a toda la técnica y poder de fuego de un ejército profesional reaccionario, asesorado y abastecido por el imperialismo. No se había realizado el armamento del pueblo (la armamentación). Ni siquiera el armamento de la organización que constituía el Estado Mayor de la Revolución. Esto se confirma dramáticamente en el relato de supervivientes que eran miembros del Comité Central del Partido, que cuando fueron capturados estaban desarmados, porque este organismo rector de la revolución, en general no poseía armas. Y si esto suceda con el organismo llamado a llevar la dirección estrategia político-militar de la guerra, podemos deducir el cuadro completo de las fuerzas del pueblo en este terreno.
Esto, indudablemente, fue otro de los factores claves de la derrota. Las lecciones que de allí se derivan son obvias.
Hemos reseñado lo que nos ha parecido que constituyen algunas de las principales debilidades que estuvieron en la raíz de la derrota popular de 1932. Estas no son todas las debilidades y, de las descritas, se derivan y ramifican otras que también incidieron en el proceso. La labor de desentrañarlas es necesaria para extraer las enseñanzas que guíen la practica revolucionaria actual.
Y es necesario recalcar que el campo de este artículo es solo un matiz del rico cuadro de tales acontecimientos, cada una de cuyas partes urge de la profundización en el estudio y de su concatenación, para no caer en la unilateralidad de enfoque.
Es necesario tomar en cuenta que las debilidades y errores no son más que una parte dentro de todo un gigantesco mareo de positivas experiencias; que las sombras cubren nada más que, una pequeña porción en el grandioso panorama de luz revolucionaria generada por la energía de las masas. Y que al enfocarlas lo hacemos con el objeto de extraer las experiencias necesarias para el que hacer futuro, puesto que la historia no terminó en 1932 sino que sigue su marcha hacia sus estadios más luminosos y fecundos.
La insurrección de 1932 es el acontecimiento más grande en la lucha de clases en toda la historia del país. La participación de grandes masas trabajadoras, su heroísmo sublime fue su signo descollante. El papel revolucionario desempeñado sin vacilaciones por su organización de vanguardia en su tarea de incorporar a las grandes masas a la revolución y la realidad de dirigentes revolucionarios como AGUSTIN FARABUNDO MARTI es otro de sus grandes legados.
Con respeto, cariño y admiración, las actuales generaciones revolucionarias levantan en alto las banderas rojas en la sangre de miles de trabajadores que fecundaron el terreno de la felicidad futura de todos los humildes y oprimidos; ¡Al asaltar el Poder, al tratar de “escalar el cielo” (como decía Marx de los comuneros de París) han señalado el camino que indefectiblemente conducirá a las victorias definitivas del pueblo!.
Con respeto, cariño y admiración, las actuales generaciones revolucionarias levantan en alto las banderas rojas en la sangre de miles de trabajadores que fecundaron el terreno de la felicidad futura de todos los humildes y oprimidos; ¡Al asaltar el Poder, al tratar de “escalar el cielo” (como decía Marx de los comuneros de París) han señalado el camino que indefectiblemente conducirá a las victorias definitivas del pueblo!.
San Salvador, mayo de 1976.
LA OTRA CAMPAÑA EN EL SALVADOR Y EXTERIOR DE EL PAIS No- A la Farsa Electoral" Salvadoreños Por El Bien del Pais , No - Votes "
EL SALVADOR ESTAMOS LUCHANDO COMO LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA CON LA GUIA EL MARXISMO LENINISMO REVOLUCIONARIO PENSAMIENTO Salvador Cayetano Carpio Comandante Solo Hay Uno, Marcial !
1 DE MAYO FORJEMOS LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA CON HEGEMONIA DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO HACIA LA CONSTRUCCION DE EL SISTEMA SOCIALISTA LA CIENCIA DEL PROLETARIADO EL MARXISMO LENINISMO REVOLUCIONARIO CON EL 1 DE MAYO SOCIALISTA DEL 2016 DIA INTERNACIONAL DE LA CLASE OBRERA MUNDIAL.
PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES,UNIOS !
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL ES COMPARTIR ESTO.
AGENCIA SALVADOREÑA DE PRENSA SOCIALISTA SALPRESS Agencia Salvadoreña de Prensa Socialista (SALPRESS) Genera y Procesa Envia Tu Noticia Es Socialismo Es Practica Humana Es Internacionalismo Proletario San Salvador,El Salvador; 20 de Abril del 2016 Con La Campaña Extra-Parlamentaria Contra La Farsa Electoral a Nivel Continental America Latina y Nuestra Posición Politica Ideologica Consistente Con El Movimiento Revolucionario Mundial El Marxismo Leninismo Revolucionario Pensamiento Salvador Cayetano Carpio Comandante Solo Hay Uno,Marcial ! :Muchas han sido las experiencias combativas y revolucionarias de nuestro pueblo. 13 de Abril/2016
La Coordinadora Sindical Salvadoreña ante las violaciones sistemáticas a la libertad sindical, la represión y el constante acoso, amenazas amedrentamiento de las organizaciones sindicales agrupadas en la CSS manifestamos:
1- Que en las últimas semanas los sindicados y organizaciones pertenecientes a la Coordinadora Sindical Salvadoreña han sido víctimas sistemáticas de una arremetida antisindical por parte del gobierno por medio de sus ministros, vice ministros, jefes, directores de diferentes instancias gubernamentales.
2- Que nos solidarizamos con la lucha impulsada por el Sindicato de Trabajadores/as del Ministerio de Gobernación y Desarrollo Territorial (SITRAMIG) que en estos momentos están realizando una huelga de hambre y paro de labores para exigir que el ministro Arístides Valencia no se entrometa en los asuntos internos del sindicato ya que esto vulnera la autonomía y la libertad sindical, el único objetivo de esta acción es dividir y acabar con la organización de los trabajadores; además se exige que se respeten las cláusulas del Contrato Colectivo y que se realice una nivelación salarial justa sin discriminación para los trabajadores y que pare con las contrataciones y aumentos selectivos.
3- Que la Sra. Directora Ejecutiva del ISDEMU, Yanira Argueta está persiguiendo y hostigando al compañero LEOPOLDO DE LA O, actual secretario de finanzas de USTTISDEMU, a quien le sigue un proceso de despido a pesar de haber ganado la demanda en los tribunales al ser declarado el caso como improponible, además ha restringido el derecho al libre ejercicio de la libertad sindical prohibiendo reuniones de la junta directiva del sindicato, realizando descuentos, traslados y amenazas de despido para los directivos sindicales.
4- Que el Ministerio de Salud ha iniciado una seria de sanciones en contra de los dirigentes sindicales de SITRASALUD y desconoce el derecho a la libre sindicalización de los trabajadores, este ministerio por medio de los directores de los diferentes hospitales públicos del país mantienen retenidas las cuotas sindicales, niega los permisos, irrespeta el fuero sindical y ha iniciado una campaña de desprestigio y de miedo en contra de SITRASALUD.
5- Que nos oponemos rotundamente a las acciones represivas de la PNC por medio de la UMO en contra de los vendedores de Soyapango pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Vendedores que protestaban pacíficamente el pasado jueves 7 de abril. La UMO arremetió de manera violenta lanzando gas pimienta, golpeando a los vendedores y sin mediar palabras capturo a 11 manifestantes, luego de eso intervino sin orden judicial el local de ATRAIVEAS decomisando documentación importante de la organización. Denunciamos que este tipo de hechos son un una muestra de la naturaleza intransigente del actual gobierno en contra de todos aquellos que nos opongamos a sus planes que afectan al pueblo y a la clase trabajadora.
6- Que en la Asamblea Legislativa actualmente se están tomando medidas que buscan eliminar algunos beneficios para los trabajadores (bonos, escalafón entre otros) y continúa el ataque en contra de SITRAL impidiéndole a toda costa el derecho a la Libertad Sindical.
Ante esto la CSS exige un cese inmediato a la política anti laboral y anti sindical impulsada por el gobierno de turno en contra las organizaciones y sindicatos agrupados en la CSS. La Coordinadora va a continuar su lucha por mejores condiciones laborales, el derecho a la libertad sindical, por mejores salarios y por empujar una propuestas de pensiones que beneficie a toda la clase trabajadora, siempre nos mantendremos en lucha contra la ley de la función pública, la flexibilidad laboral y nos mantendremos en firme oposición ante cualquier tipo de leyes que vulneren los derechos conquistados con la lucha de miles de trabajadores y trabajadoras que hoy quieren ser aniquilados.
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