Texto y fotografía Néstor Martínez
Editor Trazos Culturales
Aún después de muerto, el carisma de Enrique Álvarez Córdova, sigue atrayendo. Tal es el caso del estadounidense John W. Lamperti, quien se sintió atraído por la historia de uno de los hombres proveniente de la familia más rica de El Salvador, pero que abrazó la causa de los pobres. Al no encontrar literatura sobre tal suceso, Lamperti decide escribir la biografía de Álvarez Córdova, una labor que le llevó diez años, sin saber en qué se metía, ya que Lamperti es matemático. El resultado final, el libro “Enrique Álvarez Córdova, Vida de un Salvadoreño Revolucionario y Caballero”. Así que, en nuestra siguiente conversación, Lamperti nos lleva detrás de los telones, allí, donde se gestó su obra.
– ¿Qué le motivó escribir el libro?
Cuando estuve en Centroamérica por primera vez, en el año 85 del siglo pasado, oí que había un hombre de una de las familias más ricas de El Salvador que se hizo jefe u hombre principal del movimiento revolucionario en este país y por eso fue asesinado por los militares o por la policía. Me pregunté por qué este hombre era tan distinto de otros de su clase, de su familia, y que sería interesante leer algo acerca de él, descubrir por qué era diferente y traté de encontrar algo para leer y no había. Después decidí que si no hay nada escrito sobre este hombre sería interesante tratar de hacerlo yo mismo, y no había salvadoreño escribiendo su biografía, por eso tenía que hacerlo yo mismo.
– ¿Qué tiempo le llevo la investigación y hacer el libro?
Más o menos diez años. Yo no sabía lo que estaba tratando de hacer. He escrito libros sobre mis asuntos profesionales como son las matemáticas, pero escribir una biografía no tenía ninguna idea, tampoco cómo obtener la base, la información, pero tuve suerte al encontrar algunas personas que me ayudaron mucho.
– ¿Qué es lo que le atrae de la personalidad de Don Enrique?
En el principio porque era hombre rico y se puso al lado de los pobres, pero después, cuando empecé a aprender más sobre él, me pareció que era más y más interesante, por ejemplo, como gran “sportman”, era magnífico jugador de baloncesto, miembro de la selección nacional de baloncesto; era jugador de tenis, polo, y otros deportes, y fue muy popular en su juventud. En mi mente tenía la palabra en inglés “carisma”, no sé cuál sea la palabra en español, pero son personas como el Presidente Kennedy de los Estados Unidos, Enrique tenía el carisma, y tenía una novia muy bella, Maribel Arrieta, que casi ganó la segunda posición en el concurso Miss Universo del año 1955. Era un hombre tremendo. Después, cuando comenzó a trabajar en las fincas de la familia, desarrolla la conciencia por los problemas de los campesinos y de los problemas de la gente pobre en El Salvador, y desde el principio estaba tratando de cambiarlo.
– Un hombre como Enrique, da un giro de más de trescientos sesenta grados, ¿qué piensa del giro que dio con respecto a la clase que él pertenecía?
No tengo ninguna respuesta sencilla, no hay ninguna respuesta muy corta, pero su amigo de muchos años, Antonio Cabrales, el señor que me ayudó bastante, me dijo que desde su niñez Enrique tenía un corazón muy grande, no es una política, pero creo que es una parte de la verdad. Él estaba trabajando en la finca de su familia tratando de mejorar las condiciones de empleo de los campesinos, y descubrió que todo era mejor con el mejor tratamiento de los obreros, la producción aumento y el trabajo de la finca fue mejorando. Después trató de hacer algo así en una escala más grande, y, como se sabe, fue Ministro de Agricultura y Ganadería en tres distintos gobiernos de El Salvador, siempre tratando de implementar una reforma agraria y nunca lo logró, tenía planes muy prácticos, muy bien elaborados, y los presidentes le hicieron promesas a Enrique, de que el Ministerio podría desarrollar planes y el gobierno los implementaría. Ellos tenían control de la Asamblea Legislativa, eran militares, supongo que tenían el control del ejército, y ellos prometieron implementar los planes para una reforma agraria, pero no lo hicieron, después Enrique se fue del gobierno pensando que no era posible hacer cosas de todas maneras. Si alguien podría haber implementado una reforma agraria en El Salvador usando el sistema político, habría sido Enrique Álvarez, porque tenía posición, dinero, amigos, la confianza de los presidentes, pero no lo logró… al fin, después de muchos años decidió que se necesitaba un cambio completo.
– Ese cambio completo, ¿se necesita todavía?
Todavía… no sé… ¡ja! ¡ja! ¡ja! Bueno, todavía se necesita cambio, claro, pero un cambio completo, como la revolución que algunas personas estaban pensado en los años 80’s creo que no por la vía de las armas, pero sí es posible una revolución por la vía política y social.
– Conociendo que la misma clase social de él lo calificó de traidor, y conociendo su muerte que fue horrible, realizada por “escuadrones de la muerte”, ¿no se puso nervioso al estar escribiendo el libro?
Noooo, no he pensado en eso, pero, sí en los años 80’s la situación en El Salvador era sumamente peligrosa para cualquiera que estuviera tratando de cambiar cosas, fueron años peligrosos con diez mil personas asesinadas, pero actualmente no.
– Digo esto porque si hubiera sido un salvadoreño… por ejemplo, si yo me pongo a escribir un libro para querer resucitar “malos recuerdos” para la oligarquía a mí quizá me hubieran amenazado, pero veo que hasta tuvo ayuda de personalidades que dejan mucho que desear para nosotros los salvadoreños… por eso era mi pregunta…
No, no he recibido ninguna amenaza, ni tampoco he pensado en cualquier peligro para mí, pero soy norteamericano, no ciudadano de El Salvador, y nunca he vivido por mucho tiempo en El Salvador, lo he visitado muchas veces por unas semanas…
–… ¿y después de publicado?
… no he recibido nada. Algunas personas me han dicho que el libro es bastante bueno, es todo.
– En El Salvador no ha tenido mayor difusión, excepto la que ha hecho el ingeniero Eduardo Castillo por medio del Diario Co Latino, ¿hay alguna idea de presentar el libro en El Salvador?
Es mi deseo que el libro se pueda editar en El Salvador en español y con precio bastante popular para que sea leído por la población de El Salvador, porque creo que Enrique Álvarez Córdova fue uno de los verdaderos héroes de El Salvador, y la gente aquí muy pocos lo conocen, y quisiera que eso cambiara, quisiera que la gente conozca y respete la memoria de Enrique Álvarez., como hace la gente de El Jobo, actualmente cooperativa, cerca de Sonsonate, allí es un lugar donde todo el mundo sabe quien era Enrique Álvarez y qué hizo, pero en otras partes del país la gente no lo conoce.
– ¿Quiere decir que es necesario ser “caballero y revolucionario”?, ¿hay un mensaje en el libro para los dirigentes de este país?
Sí, creo que sí. El tenía la idea, en los años 70’s por ejemplo, de que si los ricos, los grandes terratenientes pudieran ceder un poco de su poder, de sus privilegios a los pobres, sería posible evitar una explosión social, como Franklin Roosevelt en los Estados Unidos, en los años 30, durante la Depresión Económica, él trató de cambiar la situación un poco en favor de los pobres para evitar que el sistema dejara de funcionar y fue llamado “traidor a su clase” por hacerlo, pero no era tratando de destruir el sistema sino salvarlo, y en este caso lo logra ayudado por la Segunda Guerra Mundial que necesitó de la economía de los Estados Unidos. Enrique trató algo semejante, como Ministro de Agricultura, y había que cambiar el sistema a favor de los pobres para evitar para evitar una explosión social, pero no era posible y la explosión llegó en los años 80-81.
– ¿Qué es lo que más le impactó de su investigación?
Lo que más me impactó sobre Enrique fue su poder de ponerse en el lugar de los otros, él no quería beneficiar a los campesinos como otros, había otros hombres ricos que quisieron mejorar la situación de los campesinos y de los pobres, él no fue el único, pero él no quería simplemente beneficiarlos, sino darles más poder para cambiar sus propias vidas, y eso es raro, no hay mucha gente con poder que quieran ceder un poco de poder a los otros, a los que están tratando de beneficiar.
– En su opinión, ¿por qué el silencio sobre Enrique Álvarez Córdova? Usted dijo que no encontró nada sobre él…
Es difícil decirlo. Él fue asesinado un poco antes del comienzo de la guerra civil y fue evidente que en los años 80 no era posible de publicar o hablar en voz alta sobre gente de la izquierda… bueno, depende de dónde estuviera viviendo, ¡ja! ¡ja!, en Morazán posiblemente no era posible hablar del otro lado. Recuerdo el periódico “El Independiente”, de Jorge Pinto h., y este periódico fue destrozado por el ejército y por la policía y Jorge Pinto tuvo que huir de su país y vivir en México por tratar de publicar el otro lado de lo que estaba pasando en el país. Para publicar en El Salvador, por ejemplo, informes sobre las masacres en las áreas rurales, masacres por parte del ejército que tenían lugar ya en los años 80, no podía. Él escribió en este periódico, en El Independiente, algo sobre Enrique Álvarez y la fundación del Frente Democrático Revolucionario en la Universidad Nacional, que tomó lugar en abril del año 80. El Independiente tenía en primera plana gran artículo sobre eso con foto de Enrique, el primer presidente de este Frente, pero después no era posible en los años de la guerra, y después de la guerra no sé qué gente no quiera pensar en la historia hasta ahora, pero creo que se puede cambiar.
– Tengo una curiosidad. Usted estuvo como observador de las elecciones pasadas. Hay una palabrita común entre aquel pasado y este presente, y es “tolerancia”, ¿hay todavía resistencia a la tolerancia?
Sin duda todavía hay intolerancia, pero yo creo que en el asunto de las elecciones la situación se ha mejorado, las elecciones no son perfectas, pero son mucho mejores que las elecciones del año 72, cuando Napoleón Duarte fue electo Presidente, y fue negado a asumir la presidencia por acciones del ejército.
– ¿Hemos avanzado un poquito en la democracia?
Sí, yo creo que sería posible hacer cambios por vía del proceso electoral ahora, entonces no lo era, posiblemente hay más posibilidades de hacer avances por la vía pacífica actualmente, ¡espero que sí!
– ¿Cree usted que el no tener memoria histórica influye mucho a la hora de que nosotros los salvadoreños decidamos sobre los destinos de nuestro país?
Bueno, he oído que después de los eventos del año 32, la rebelión indígena y en parte comunista y la matanza de miles de personas después, había un gran silencio y no se puede leer en los libros en El Salvador, y tampoco fue enseñado en las escuelas que tenían lugar cosas semejantes. El primer libro sobre la rebelión y la matanza fue escrito por un norteamericano, un hombre de nombre Andersson, ahora se puede comprar el libro en El Salvador, en español, con el nombre de “1932”, en Estados Unidos tenía otro título, pero ahora hay más libros, ahora son más posible la investigación histórica, y sí, creo que es una indicación de progreso. Posiblemente vamos a recuperar la memoria histórica que estaba bastante perdida por muchos años.
Fuente citada:
http://www.diariocolatino.com/es/20090128/trazosculturales/63160/
Editor Trazos Culturales
Aún después de muerto, el carisma de Enrique Álvarez Córdova, sigue atrayendo. Tal es el caso del estadounidense John W. Lamperti, quien se sintió atraído por la historia de uno de los hombres proveniente de la familia más rica de El Salvador, pero que abrazó la causa de los pobres. Al no encontrar literatura sobre tal suceso, Lamperti decide escribir la biografía de Álvarez Córdova, una labor que le llevó diez años, sin saber en qué se metía, ya que Lamperti es matemático. El resultado final, el libro “Enrique Álvarez Córdova, Vida de un Salvadoreño Revolucionario y Caballero”. Así que, en nuestra siguiente conversación, Lamperti nos lleva detrás de los telones, allí, donde se gestó su obra.
– ¿Qué le motivó escribir el libro?
Cuando estuve en Centroamérica por primera vez, en el año 85 del siglo pasado, oí que había un hombre de una de las familias más ricas de El Salvador que se hizo jefe u hombre principal del movimiento revolucionario en este país y por eso fue asesinado por los militares o por la policía. Me pregunté por qué este hombre era tan distinto de otros de su clase, de su familia, y que sería interesante leer algo acerca de él, descubrir por qué era diferente y traté de encontrar algo para leer y no había. Después decidí que si no hay nada escrito sobre este hombre sería interesante tratar de hacerlo yo mismo, y no había salvadoreño escribiendo su biografía, por eso tenía que hacerlo yo mismo.
– ¿Qué tiempo le llevo la investigación y hacer el libro?
Más o menos diez años. Yo no sabía lo que estaba tratando de hacer. He escrito libros sobre mis asuntos profesionales como son las matemáticas, pero escribir una biografía no tenía ninguna idea, tampoco cómo obtener la base, la información, pero tuve suerte al encontrar algunas personas que me ayudaron mucho.
– ¿Qué es lo que le atrae de la personalidad de Don Enrique?
En el principio porque era hombre rico y se puso al lado de los pobres, pero después, cuando empecé a aprender más sobre él, me pareció que era más y más interesante, por ejemplo, como gran “sportman”, era magnífico jugador de baloncesto, miembro de la selección nacional de baloncesto; era jugador de tenis, polo, y otros deportes, y fue muy popular en su juventud. En mi mente tenía la palabra en inglés “carisma”, no sé cuál sea la palabra en español, pero son personas como el Presidente Kennedy de los Estados Unidos, Enrique tenía el carisma, y tenía una novia muy bella, Maribel Arrieta, que casi ganó la segunda posición en el concurso Miss Universo del año 1955. Era un hombre tremendo. Después, cuando comenzó a trabajar en las fincas de la familia, desarrolla la conciencia por los problemas de los campesinos y de los problemas de la gente pobre en El Salvador, y desde el principio estaba tratando de cambiarlo.
– Un hombre como Enrique, da un giro de más de trescientos sesenta grados, ¿qué piensa del giro que dio con respecto a la clase que él pertenecía?
No tengo ninguna respuesta sencilla, no hay ninguna respuesta muy corta, pero su amigo de muchos años, Antonio Cabrales, el señor que me ayudó bastante, me dijo que desde su niñez Enrique tenía un corazón muy grande, no es una política, pero creo que es una parte de la verdad. Él estaba trabajando en la finca de su familia tratando de mejorar las condiciones de empleo de los campesinos, y descubrió que todo era mejor con el mejor tratamiento de los obreros, la producción aumento y el trabajo de la finca fue mejorando. Después trató de hacer algo así en una escala más grande, y, como se sabe, fue Ministro de Agricultura y Ganadería en tres distintos gobiernos de El Salvador, siempre tratando de implementar una reforma agraria y nunca lo logró, tenía planes muy prácticos, muy bien elaborados, y los presidentes le hicieron promesas a Enrique, de que el Ministerio podría desarrollar planes y el gobierno los implementaría. Ellos tenían control de la Asamblea Legislativa, eran militares, supongo que tenían el control del ejército, y ellos prometieron implementar los planes para una reforma agraria, pero no lo hicieron, después Enrique se fue del gobierno pensando que no era posible hacer cosas de todas maneras. Si alguien podría haber implementado una reforma agraria en El Salvador usando el sistema político, habría sido Enrique Álvarez, porque tenía posición, dinero, amigos, la confianza de los presidentes, pero no lo logró… al fin, después de muchos años decidió que se necesitaba un cambio completo.
– Ese cambio completo, ¿se necesita todavía?
Todavía… no sé… ¡ja! ¡ja! ¡ja! Bueno, todavía se necesita cambio, claro, pero un cambio completo, como la revolución que algunas personas estaban pensado en los años 80’s creo que no por la vía de las armas, pero sí es posible una revolución por la vía política y social.
– Conociendo que la misma clase social de él lo calificó de traidor, y conociendo su muerte que fue horrible, realizada por “escuadrones de la muerte”, ¿no se puso nervioso al estar escribiendo el libro?
Noooo, no he pensado en eso, pero, sí en los años 80’s la situación en El Salvador era sumamente peligrosa para cualquiera que estuviera tratando de cambiar cosas, fueron años peligrosos con diez mil personas asesinadas, pero actualmente no.
– Digo esto porque si hubiera sido un salvadoreño… por ejemplo, si yo me pongo a escribir un libro para querer resucitar “malos recuerdos” para la oligarquía a mí quizá me hubieran amenazado, pero veo que hasta tuvo ayuda de personalidades que dejan mucho que desear para nosotros los salvadoreños… por eso era mi pregunta…
No, no he recibido ninguna amenaza, ni tampoco he pensado en cualquier peligro para mí, pero soy norteamericano, no ciudadano de El Salvador, y nunca he vivido por mucho tiempo en El Salvador, lo he visitado muchas veces por unas semanas…
–… ¿y después de publicado?
… no he recibido nada. Algunas personas me han dicho que el libro es bastante bueno, es todo.
– En El Salvador no ha tenido mayor difusión, excepto la que ha hecho el ingeniero Eduardo Castillo por medio del Diario Co Latino, ¿hay alguna idea de presentar el libro en El Salvador?
Es mi deseo que el libro se pueda editar en El Salvador en español y con precio bastante popular para que sea leído por la población de El Salvador, porque creo que Enrique Álvarez Córdova fue uno de los verdaderos héroes de El Salvador, y la gente aquí muy pocos lo conocen, y quisiera que eso cambiara, quisiera que la gente conozca y respete la memoria de Enrique Álvarez., como hace la gente de El Jobo, actualmente cooperativa, cerca de Sonsonate, allí es un lugar donde todo el mundo sabe quien era Enrique Álvarez y qué hizo, pero en otras partes del país la gente no lo conoce.
– ¿Quiere decir que es necesario ser “caballero y revolucionario”?, ¿hay un mensaje en el libro para los dirigentes de este país?
Sí, creo que sí. El tenía la idea, en los años 70’s por ejemplo, de que si los ricos, los grandes terratenientes pudieran ceder un poco de su poder, de sus privilegios a los pobres, sería posible evitar una explosión social, como Franklin Roosevelt en los Estados Unidos, en los años 30, durante la Depresión Económica, él trató de cambiar la situación un poco en favor de los pobres para evitar que el sistema dejara de funcionar y fue llamado “traidor a su clase” por hacerlo, pero no era tratando de destruir el sistema sino salvarlo, y en este caso lo logra ayudado por la Segunda Guerra Mundial que necesitó de la economía de los Estados Unidos. Enrique trató algo semejante, como Ministro de Agricultura, y había que cambiar el sistema a favor de los pobres para evitar para evitar una explosión social, pero no era posible y la explosión llegó en los años 80-81.
– ¿Qué es lo que más le impactó de su investigación?
Lo que más me impactó sobre Enrique fue su poder de ponerse en el lugar de los otros, él no quería beneficiar a los campesinos como otros, había otros hombres ricos que quisieron mejorar la situación de los campesinos y de los pobres, él no fue el único, pero él no quería simplemente beneficiarlos, sino darles más poder para cambiar sus propias vidas, y eso es raro, no hay mucha gente con poder que quieran ceder un poco de poder a los otros, a los que están tratando de beneficiar.
– En su opinión, ¿por qué el silencio sobre Enrique Álvarez Córdova? Usted dijo que no encontró nada sobre él…
Es difícil decirlo. Él fue asesinado un poco antes del comienzo de la guerra civil y fue evidente que en los años 80 no era posible de publicar o hablar en voz alta sobre gente de la izquierda… bueno, depende de dónde estuviera viviendo, ¡ja! ¡ja!, en Morazán posiblemente no era posible hablar del otro lado. Recuerdo el periódico “El Independiente”, de Jorge Pinto h., y este periódico fue destrozado por el ejército y por la policía y Jorge Pinto tuvo que huir de su país y vivir en México por tratar de publicar el otro lado de lo que estaba pasando en el país. Para publicar en El Salvador, por ejemplo, informes sobre las masacres en las áreas rurales, masacres por parte del ejército que tenían lugar ya en los años 80, no podía. Él escribió en este periódico, en El Independiente, algo sobre Enrique Álvarez y la fundación del Frente Democrático Revolucionario en la Universidad Nacional, que tomó lugar en abril del año 80. El Independiente tenía en primera plana gran artículo sobre eso con foto de Enrique, el primer presidente de este Frente, pero después no era posible en los años de la guerra, y después de la guerra no sé qué gente no quiera pensar en la historia hasta ahora, pero creo que se puede cambiar.
– Tengo una curiosidad. Usted estuvo como observador de las elecciones pasadas. Hay una palabrita común entre aquel pasado y este presente, y es “tolerancia”, ¿hay todavía resistencia a la tolerancia?
Sin duda todavía hay intolerancia, pero yo creo que en el asunto de las elecciones la situación se ha mejorado, las elecciones no son perfectas, pero son mucho mejores que las elecciones del año 72, cuando Napoleón Duarte fue electo Presidente, y fue negado a asumir la presidencia por acciones del ejército.
– ¿Hemos avanzado un poquito en la democracia?
Sí, yo creo que sería posible hacer cambios por vía del proceso electoral ahora, entonces no lo era, posiblemente hay más posibilidades de hacer avances por la vía pacífica actualmente, ¡espero que sí!
– ¿Cree usted que el no tener memoria histórica influye mucho a la hora de que nosotros los salvadoreños decidamos sobre los destinos de nuestro país?
Bueno, he oído que después de los eventos del año 32, la rebelión indígena y en parte comunista y la matanza de miles de personas después, había un gran silencio y no se puede leer en los libros en El Salvador, y tampoco fue enseñado en las escuelas que tenían lugar cosas semejantes. El primer libro sobre la rebelión y la matanza fue escrito por un norteamericano, un hombre de nombre Andersson, ahora se puede comprar el libro en El Salvador, en español, con el nombre de “1932”, en Estados Unidos tenía otro título, pero ahora hay más libros, ahora son más posible la investigación histórica, y sí, creo que es una indicación de progreso. Posiblemente vamos a recuperar la memoria histórica que estaba bastante perdida por muchos años.
Fuente citada:
http://www.diariocolatino.com/es/20090128/trazosculturales/63160/