Bloque Popular Revolucionario BPR 30 de Julio 1975 Beligerantes

Bloque Popular Revolucionario BPR 30 de Julio 1975 Beligerantes

martes, 21 de agosto de 2012

Agencia Salvadoreña de Prensa Socialista ( SALPRESS )El “Bloque” –no el que lidera el FMLN hoy, sino el Popular Revolucionario (BPR)– afirmó que esa iniciativa era contrarrevolucionaria e hija del imperialismo yanki; entre otros señalamientos, acusó al Frente de Acción Popular Unificada (FAPU) –ligado orgánicamente a la Resistencia Nacional (RN)– de seguir “confundiendo al pueblo con sus posturas vacilantes y sus análisis antojadizos”. ¿La UCA de “derecha”?




Mauricio Ramirez  SALPRESS 


AGENCIA SALVADOREÑA DE PRENSA SOCIALISTA 

( SALPRESS )






 




SOMOS AGENCIA



NOTICIOSA







DEL PROLETARIADO







PERIODISMO






REVOLUCIONARIO.




NUESTRO PUNTO DE VISTA SOCIALISTA :


Benjamín Cuéllar,un hombre que habla claro.

Lo recordamos como un hombre de nuestro pueblo

y  cuanta justicia hay en sus palabras de libertad,una

lucha diaria por la defenza de los derechos humanos.

El 22 de enero de 1980 el defendia a nuestro pueblo y

fue en medio de los disparos de los francotiradores de

la criminal tirania militar fascistoide.

Estabamos en la Universidad Nacional de El Salvador

U E S ,el Bloque Popular Revolucionario B.P.R.

dirigio salvando miles de vidas y la revolucion unidad

de el pueblo por el verdadero triunfo de la causa.

Mientras los del FMLN Traicionaron Comerciaron

con la Sangre de los Heroes y Martires.

Los del FMLN Comparten el Poder con la Burguesia,

la Tirania Militar Fascistoide y el Imperialismo USA. 

LOS DEL FMLN SE VOLVIERON ELECTOREROS !


¿La UCA de “derecha”?


Benjamín Cuéllar (*)
SAN SALVADOR - Esta casa de estudios nunca se ha declarado “vanguardia revolucionaria” del país o algo parecido. Ni ahora ni nunca. Por eso extraña que en medio de todo el relajo nacional, ahora haya quien diga de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (UCA) que se asume como la entidad llamada “a iluminar al país”. A saber de qué manga se saca tan falsa pretensión, a la cual se suman otras recriminaciones que igual resultan del todo retorcidas: que la UCA cree o intenta “conducir y empujar los cambios”, que aspira organizar la revolución y que no solo se piensa sino también se siente depositaria de la verdad. Súmenle a esas simplezas, unas cuantas más entre las que destacan que le “ofrece el hombro a ARENA y al statu quo”, que ahora tiene un discurso “genuflexo” y que –arrodillada ante la oligárquia– renunció “a sus principios”.

El poseedor del intachable dedo flamígero que ahora “condena” a la UCA por tan burdos cargos, asegura que tal viraje “no podría ser de otra forma” pues ya no le queda ni la sombra de aquellos curas pensantes con quienes se podía debatir por su profundidad […]”. De esos clérigos dice, con inaudito derroche de humildad, hasta él aprendió. Cabe entonces, para aclararnos, preguntar cuáles son los “curas” que echa de menos. Pero antes hay que señalar otra ligereza en el mismo tono: que“hoy los curas que están salen no solo del lado de la ANEP […] sino que (sic) los apoyan”. ¿Cuándo, cómo y en qué? ¡Por favor! Si a esas vamos, abusando de la chabacanería, cabría preguntar si hoy ya son “comandantes” Francisco Merino y Rodolfo Parker.

¿Estará Ignacio Ellacuría, el rector mártir, entre quienes este duro censor echa de menos y de quien muchos –sin serlo– presumen que fue su “maestro” y hasta su “amigo”? Acá en la UCA también está presente, pero por otra razón: por haberle marcado su rumbo en lo que toca a la conexión entre pensamiento y acción, siendo honesta con la verdad y teniendo presentes como su centro a las mayorías populares y la realidad nacional. Por eso, además de evocarlo, en momentos como los que actualmente transita el país se trata de ser fiel a su consistencia.

El inquisidor de turno quizás no recuerda el papel de Ellacuría durante la coyuntura nacional a mediados de 1974. Ubiquémonos en ese trance, cuando el penúltimo de los presidentes militares –que llegó a la silla mediante un escandaloso fraude de la mano del Partido de Conciliación Nacional (PCN), ahora CN, y uno de los más represivos de la historia nacional– impulsó el decreto del llamado “Primer proyecto de transformación agraria”. El coronel Arturo Armando Molina con “definición, decisión y firmeza” inició ese proceso arguyendo, entre otras cosas, que era el “seguro de vida” para el sistema opresor y excluyente ante al avance de la lucha –esa sí– revolucionaria.

¿Reacciones? ¡Hubo de todo! Obviamente, la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) junto con el resto de gremiales empresariales y el llamado Frente Agropecuario de la Región Oriental (FARO) –creado en ese marco– se opusieron rabiosamente. La Democracia Cristiana de la época, llamó al pueblo a no ser engañado con “campañas y controversias de los poderosos”, a estar “vigilante” y a “distinguir los hechos reales de la palabrería demagógica”. El “Bloque” –no el que lidera el FMLN hoy, sino el Popular Revolucionario (BPR)– afirmó que esa iniciativa era contrarrevolucionaria e hija del imperialismo yanki; entre otros señalamientos, acusó al Frente de Acción Popular Unificada (FAPU) –ligado orgánicamente a la Resistencia Nacional (RN)– de seguir“confundiendo al pueblo con sus posturas vacilantes y sus análisis antojadizos”.

En una defensa implícita de su eterno llamado a la unidad revolucionaria, el FAPU aceptaba que la lucha era larga pero que habían sectores “empecinados en hacerla más larga todavía”, en clara alusión a la “guerra popular prolongada” enarbolada por las entonces radicales Fuerzas Populares de Liberación (FPL), de las cuales dependía el BPR. El FAPU, en ese escenario, reprochó además el “apoyo crítico a las medidas del gobierno de Molina” por parte de “algunos sectores de la pequeña burguesía (la UCA, para ser más claros) […]”.

Ciertamente, el Consejo Superior Universitario de la UCA –del cual era parte Ellacuría– concluyó su pronunciamiento inicial en los siguientes términos: “Un análisis racional y cristiano de estas medidas, si es que se llevan a la práctica debidamente, abre un resquicio a la esperanza. Lo abre, ante todo, a las inmensas mayorías del país, si es que este primer paso rompe, por un lado, el cerco de la opresión secular y, por otro, da la iniciativa real al movimiento campesino”. Pero meses más tarde, el mismo Ellacuría escribió el editorial de la Revista ECA –cuya dirección ostentaba– titulado “A sus órdenes, mi capital”.

“Nuestra revista –afirmó en ese célebre texto añorado “cura pensante”– dedicó al problema un número extraordinario con la intención de contribuir al proceso. Hoy nos es éticamente ineludible correr el riesgo de volver sobre el asunto. Que no fuimos oportunistas entonces, lo vamos a probar de nuevo hoy. Estábamos en el principio de acuerdo con la medida, estamos en desacuerdo con la contramedida. Y como nos vimos moralmente obligados a defender aquella nos vemos hoy moralmente obligados a criticar ésta”.

Eso, más que contradicción, es pensar con libertad y ser honrado con la verdad. El coronel Molina, había prometido no retroceder; por cierto, en su gabinete fungía como segundo del Ministerio de Agricultura el destacado miembro del FMLN actual, Salvador Arias, quien renunció y denunció lo que Ellacuría le restregó en su cara al régimen. Lo dijo así en su editorial: “Que el Gobierno ha dado no un paso atrás sino un giro de 180 grados y una carrera de miles de pasos, es cosa evidente para quien examine las reformas a los instrumentos jurídicos pertinentes”.

Por eso, la UCA perdió el subsidio oficial que recibía y la Unión Guerrera Blanca (UGB) le reventó cinco bombas en sus instalaciones. Por esa actitud consecuente y coherente fueron ejecutados Ellacuría, cinco jesuitas más, Julia Elba Ramos y su hija Celina. Por su fidelidad a ese compromiso, la UCA ha exigido verdad y justicia para estas víctimas durante casi veintitrés años sin importar riesgos ni calumnias, a fin de lograr que también las obtengan –junto con su legítima reparación– las víctimas anónimas entre las mayorías populares.

¿Están dispuestos quienes acusan a la UCA de haber renunciado a sus principios, a renunciar ellos a sus cargos y a perder no la vida sino sus salarios de funcionarios por denunciar a un gobernante que avaló el Decreto 743? Esos detractores nada gratuitos saben que Alfredo Cristiani promovió eso, en junio del año pasado, para descabezar la única Sala de lo Constitucional que ha hecho su trabajo y evadir una posible captura ordenada por la justicia universal desde España. ¿Por qué no acusan a quien sancionó tal aberración, de proteger a Cristiani y a nueve militares a los que dos meses después les dio donde esconderse en la sede de la antigua Guardia Nacional?

¿Por qué no acompañan a la UCA en todo eso y en la exigencia al Estado salvadoreño para que cumpla la sentencia condenatoria, emitida en el 2007 por la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el asesinato de Ramón Mauricio García Prieto Giralt, las amenazas contra sus padres y la protección a sus autores intelectuales que nunca fueron investigados? En esas batallas, la UCA sigue en pie de lucha. ¿Por qué no desenmascaran a quienes están detrás de tanta fachada e impunidad? ¿O será que después de los años transcurridos desde que fue escrito, sea de “izquierda” o de “derecha”, sigue vigente el famoso “A sus órdenes mi capital”?
(*) Columnista de ContraPunto


Miércoles, 22 de Agosto de 2012 / 09:58 h

Panificadores amenazan con paro de cinco días 

por alzas en precios de las harinas



Miembros del sector panaderos de El Salvador marchan esta mañana para denunciar el alza de la harinas.

Geovany Molina
Redacción Diario Co Latino

Esta mañana, una fuerte concentración de panificadores, todos miembros de la Asociación Cooperativa de Panificadores Artesanales de El Salvador (ASCOPARSAL) marcharon desde Ilopango sobre todo el bulevar del ejército para apostarse frente a Molsa, para protestar por los altos precios de la harina y otros insumos para la elaboración del pan.

Con pancartas y perifoneos, los protestantes  denunciaron las prácticas monopólicas de la empresa Molsa y Harisa, principales abastecedores de materia prima para la elaboración de pan.

El tráfico en la arteria que de Ilopango conduce a San Salvador, lució más congestionada que de costumbre con la presencia de los panificadores
“Esta manifestación se debe a que nos han subido en más del cien por ciento todos los costos de la materia prima para la elaboración del pan, no solo la harina, sino también la manteca ha subido en un 50%, la levadura un 70%, azúcar, bolsas y todo de un solo golpe”, denunció Franklin Bonilla, Presidente de ASCOPARSAL.
Bonilla manifestó que como gremial esta es la primera de muchas acciones si no se le pone un paro a esta situación que pone en riesgo sus trabajos “La marcha solo es una demostración, tenemos acciones como un paro de cinco días a nivel nacional de todas las panaderías, estamos hablando de doce gremiales que aglutinamos cerca de diez mil panaderos artesanales”, indicó.
La marcha que después se encaminó hacia la Asamblea Legislativa, para pedir que se le de vida a la pieza de correspondencia que como gremial presentaron hace un mes.

Mientras los panificadores recorrían la Alameda Juan Pablo II, la población que transita por esa arteria, aprobaba la protesta por considerar que de cumplirse sus exigencias la población en general era la beneficiada.

“Esta bien que hagan esto (la marcha) y de manera pacifica, porque lo que están pidiendo es de beneficio no solo para ellos sino también para nosotros que compramos pan, ahorita por una cora ($.25) solo le dan a uno dos pancitos chiquitos”,  expresó Miriam Villalta, una joven universitaria que veía la manifestación desde la pasarela a la altura del parque infantil.
Los panificadores entregaron una carta en la Asamblea Legislativa donde se explica el problema del alto costo de la harina y sus efectos en la economía salvadoreña. Esperan que los parlamentarios le pongan un alto a esta situación y que tomen en cuenta sus peticiones.

“Ya es hora que los diputados trabajen en beneficio del pueblo, ahora que demuestren que no solo buscan a estos sectores en tiempo de elecciones, si no que también velen por los derechos del pueblo”,  acotó Bonilla.

El gremio de panificadores artesanales explica que desde el 23 de julio comenzó a percibir un “aumento desmedido” en el precio de la bolsa de harina de 50 libras, que hasta esa fecha costaba $8.50; y que al momento ha tenido un incremento de casi el 75%.

El pasado 29 de julio, diputados del FMLN acompañaron una pieza de correspondencia presentado por esta gremial y solicitaron a la superintendencia de competencia y al ministerio de Economía, la pronta intervención para frenar esta alza.
Por este tema, el Gobierno, a través del Ministerio de Economía, está evaluando medidas para evitar más alzas en esta materia prima, entre ellas, eliminar temporalmente el impuesto de importación a ese producto con el fin de ayudar a amortiguar los costos de los panificadores y los precios que se trasladan al consumidor final.


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